Los MBA, una opción para destacar en un mercado laboral marcado por la pandemia


Cursar un MBA es ya un requisito casi imprescindible para progresar en el mundo de los negocios. Lo que antes era una formación exclusiva dirigida a altos cargos se ha convertido en una opción mucho más popular y abierta que permite no solo acceder a puestos de gestión y dirección, sino que aporta los conocimientos y habilidades imprescindibles para surcar las inseguras aguas de un mercado laboral seriamente afectado por la covid-19. La pandemia ha acelerado la transformación digital de las empresas, ha cambiado la forma de trabajar y potenciado el teletrabajo, pero también la importancia de competencias como la adaptabilidad, el pensamiento crítico, la capacidad de liderazgo e innovación y la gestión de equipos en remoto; aspectos en los que inciden muchos de los MBA más demandados.

“Esta pandemia va a suponer un antes o un después, porque está cambiando algunos de nuestros hábitos como profesionales y como clientes. Por eso, será importante encontrar la manera de adaptarnos y adelantarnos, para estar mejor preparados de cara al futuro”, afirma Josep Franch, decano de Esade Business School. La noción del “trabajo para toda la vida”, asegura, va desapareciendo, la vida media de las empresas se acorta, han surgido empleos que no existían hace solo 10 años y dentro de otros 10 habrá unos nuevos que hoy no podemos ni imaginar. “Cada vez trabajamos más por proyectos, y un MBA, por su preparación, entiende cómo afrontar ese reto, pudiendo incluso compaginar varios proyectos de manera simultánea”, lo que implica, añade Franch, la capacidad de aprender y desaprender, y un aprendizaje continuado.

El contexto actual ha provocado una demanda mayor de perfiles con experiencia en el diseño e implantación de estrategias digitales, un factor que debe tenerse en cuenta a la hora de comprobar la programación de un MBA. “Es muy importante que el currículum se centre en habilidades y competencias relacionadas con la innovación y la tecnología, y cómo alinearlas con el negocio”, explica José Esteves, vicedecano de programas MBA de IE University. Las competencias digitales se unen a otras como las habilidades analíticas y una visión de negocio orientada a los datos, pero también a una necesaria combinación de las llamadas habilidades blandas o soft skills: agilidad en la toma de decisiones, resiliencia, tolerancia al estrés, creatividad y flexibilidad, por citar algunas de las más relevantes.

Cómo elegir el MBA más adecuado

Puede que todos tengan un nombre similar, pero conviene tener claro desde un principio que no todos los MBA son iguales. Una vez claros los objetivos que se pretenden conseguir, y a la hora de elegir el centro educativo, entran en juego factores de muy diversa índole. “Es importante fijarse en el prestigio de la institución en el ámbito empresarial y académico, tanto nacional como internacional”, sostiene Juan Campos, director del Executive MBA de ESIC. Y este dependerá, entre otras cosas, “de la calidad del claustro, las acreditaciones internacionales de sus programas, el contenido y el formato de enseñanza (presencial, online o blended), la metodología de aprendizaje, la vinculación con el mundo empresarial y los servicios que ofrezca la escuela, como bolsa de trabajo o la red de alumni”. El perfil de los demás estudiantes y la flexibilidad del máster son aspectos que también deben tomarse en consideración antes de decidirse por uno en concreto.

Los MBA aportan una formación diferencial muy apreciada por el mercado laboral que, sin duda, seguirá evolucionando, con una salvedad: “Para que sigan siendo relevantes, deberán ser capaces de innovar y anticipar las tendencias que van a marcar el futuro”, sentencia Franch. Entonces, ¿influye la actual crisis social, económica y sanitaria en la conveniencia de cursar un determinado máster? Los expertos así lo sugieren. “En un contexto de volatilidad, incertidumbre, ambigüedad y complejidad como este”, esgrime Esteves, los MBA que marcarán la diferencia serán aquellos que, más allá de preparar para gestionar una empresa, aporten “el conocimiento y las habilidades necesarias para reinventar y transformar las organizaciones”. Valores como la responsabilidad social, la ética y la sostenibilidad juegan asimismo un rol destacado que los propios candidatos suelen tener en cuenta al valorar las distintas opciones.

“Si bien, a lo largo del 2020, se incrementó de forma significativa la demanda de programas de gestión para recién graduados (MBM), los Executive Master in Business Administration (EMBA) aportan un valor diferencial para los directivos y empresarios que tienen que responder a los grandes retos que un entorno tan incierto como el actual les plantea”, ilustra Campos. Se trata de aspectos como la creación de valor económico y social para las empresas y las comunidades en las que desarrollan su actividad; dar respuesta a las diferentes brechas que surjan en un entorno disruptivo como este; y ofrecer “un liderazgo moral, social, organizativo e intelectual que inspire y mueva a la acción a los diferentes grupos de interés”.

Estos son los MBA recomendados por Emagister

Una enseñanza híbrida y flexible

Tras el confinamiento forzado de los primeros meses de la pandemia, la covid-19 ha potenciado un modelo educativo híbrido que combina la enseñanza presencial (y su debida seguridad sanitaria) con la online, e incluso con clases a las que algunos alumnos asisten físicamente mientras que otros lo hacen por medio de pantallas (blended). Sin olvidar que, a la vez, todo tiene que estar preparado para un posible regreso a un entorno enteramente virtual. Se ha reformulado no solo la enseñanza, sino también la manera de motivar e implicar a los alumnos y el desarrollo de contenido multimedia especialmente pensado para este tipo de entornos. “En las sesiones presenciales se realizan dinámicas de mucho valor para el estudiante que no pueden reproducirse con la misma eficacia en las sesiones online, mientras que la parte en línea incluye tanto sesiones síncronas como asíncronas impartidas por el propio profesorado”, argumenta Franch.

Una de las máximas irrenunciables en la educación online de alta calidad es que nunca se debe intentar copiar, sin más, lo que se hace en una clase presencial. Cada entorno tiene sus propias herramientas, y la enseñanza de una sesión virtual ha de estar adaptada a ese nuevo contexto: “Lo primero es definir correctamente los objetivos de aprendizaje y el tipo de experiencia que el alumno necesita”, aclara Ignacio Gafo, vicedecano de programas MBA de IE University. “Lo segundo, diseñar los programas considerando estos objetivos de aprendizaje y las metodologías adecuadas en cada caso (simulaciones, juegos, casos interactivos, discusiones en grupo y segmentadas…); incorporar las herramientas y la tecnología para asegurar una experiencia dinámica y personalizada; y realizar una medición continua del cumplimiento de esos objetivos, para corregir cualquier posible desviación”.

La posibilidad de hacer networking, es decir, desarrollar una red de contactos profesionales con personas que tengan intereses similares, ha sido siempre uno de los puntos fuertes de cualquier MBA de prestigio. Una situación que no ha de cambiar en el futuro, incluso cuando se opta por realizar un máster por Internet, híbrido o blended. En muchos casos, incluso los MBA online tienen sesiones presenciales a las que se debe asistir; pero, además, cada vez es más factible desarrollar esos contactos en un entorno virtual, “bien sea por la incorporación de generaciones acostumbradas a las plataformas digitales y las redes sociales; bien por una mejora de las herramientas de networking online, que permiten crear experiencias personalizadas y de gran calidad”, termina Gafo.

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