En el mundo de la belleza hay algunos trucos que pasan de generación en generación, y que nos ayudan a lucir buena cara de una forma sencilla. Hoy hemos recogido algunos de los consejos de belleza de nuestras abuelas, que podemos poner en práctica en nuestro día a día.
Lavar la cara con agua fría
Sí, sabemos que levantarse en una mañana de invierno y lavarse la cara con agua fría quizá no sea lo más apetecible, pero merece la pena hacer un esfuerzo. Es una de las formas más sencillas y efectivas para estimular la circulación. ¿El resultado? Una piel suave, libre de imperfecciones y con los poros cerrados. ¡Funciona!
Labial como colorete
Esto es algo que le hemos visto hacer a nuestras abuelas mil y una veces. Cuando ellas eran jóvenes el colorete era un producto prácticamente desconocido, así que cogían un poco de labial con las yemas de los dedos y se lo aplicaban en las mejillas.
Lavanda en la almohada
Uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos en el día a día es a las bolsas y ojeras que aparecen en nuestro rostro como por arte de magia. Y es que, a veces simplemente dormimos, pero no descansamos tan bien como deberíamos. Para conseguir que nuestra mente y nuestro cuerpo se relajen sólo tenemos que aplicar unas gotas de aceite de lavanda en la almohada. Un remedio natural con propiedades relajantes.
Leche desmaquillante
Y, por último, en la época de nuestras abuelas no existían tanto productos desmaquillantes como ahora. Ellas se las ingeniaban para eliminar todo el maquillaje de su rostro. ¿Cómo? Con la leche de la nevera. Un remedio casero estupendo para desmaquillarse y, además, mantener la piel sana e hidratada.