Los mejores tips para combatir la sequedad en la piel

La estación invernal es una clara enemiga que actúa negativamente contra nuestra piel con el frío, el viento o incluso la calefacción característica de la época. Durante los meses de invierno, la piel se vuelve más apagada, más tirante y sensible, pero, sobre todo, mucho más seca. La hidratación de la capa externa de nuestro cuerpo va desapareciendo poco a poco, provocando, por consiguiente, rojeces, grietas e irritaciones en la epidermis.

A pesar de que el invierno deja ciertos estragos en la piel, no es la única época del año que genera algún que otro cambio en la misma. La llegada del verano está a la vuelta de la esquina y desde la marca de cosmética natural Maminat, su creadora, Natalia Olmo, ha querido compartir algún que otro consejo para preparar a nuestra piel ante los cambios de temperaturas que vivirá en los próximos meses; “Si tienes la piel sensible, la dermis sufrirá más debido a los cambios bruscos de temperatura”, confirma.

Aun estamos a tiempo de poner solución a las consecuencias de las altas temperaturas del verano si incluimos en nuestra rutina diaria estos 10 tips que luchan contra la llegada del calor;

Para empezar, es clave ir controlando la temperatura de la calefacción para evitar que la piel sufra con el cambio brusco de grados, lo cual puede propiciar que lo capilares lleguen a dilatarse.

Aunque en los días fríos lo que más apetece es una ducha caliente, es cierto que estas temperaturas son, en cierta manera, enemigas para nuestra salud. Lavarse con agua caliente puede hacer desaparecer los aceites buenos de la piel. Por ello, sustituir la palabra ‘caliente’ por “templada” hará que se conserven los lípidos naturales.

La hidratación de nuestra piel es un punto clave para el buen mantenimiento de la misma. Además de utilizar cremas hidratantes que actúan desde el exterior, es importante hacerlo de la misma manera desde el interior de nuestro organismo, bebiendo entre 1,5 y 2 litros de agua diarios. Ingerir alcohol y cafeína favorecen la sequedad y el sufrimiento de la piel.

Utilizar un humificador de vez en cuando también ayudará a evitar las consecuencias negativas que traen las diferentes temperaturas del año, manteniendo más hidratada la piel con la humedad que genera, consiguiendo, además, evitar la sequedad provocada por la calefacción.

Al igual que es importante beber agua, la alimentación también es clave. Las verduras y las frutas son impecables en su función como combatientes contra la piel seca. Las naranjas, el melón, la sandía, el kiwi, el tomate o el pepino son los que más destacan. Los alimentos ricos en Omega3 también son grandes aliados ya que mantienen nuestras células más jóvenes.

La protección solar es primordial tanto en invierno como en verano. La cantidad de rayos UVA son igual durante todo el año y su incidencia en nuestra piel puede provocar la sequedad y la aparición de posibles manchas en ella. Por eso, incluir en nuestra rutina el uso de crema solar antes de salir a la calle será muy beneficioso.

Aunque tu piel sea grasa, es importante que no te olvides de su hidratación, porque la necesita igual que una de tipo seco. Si conseguimos una piel que esté correctamente hidratada creará, indirectamente, una capa que la proteja de todos los agentes externos.

Mujer cuidando de su piel/ Gtres
Mujer cuidando de su piel/ Gtres

Nunca está de más añadir un extra de hidratación en nuestra rutina con productos naturales que contengan importantes vitaminas en sus propiedades. El rostro, las manos y los labios son las zonas del cuerpo que más necesitan de este extra.

Es importante estar atento de la fórmula del maquillaje que utilizamos. Hay que tener en cuenta que los beneficios siempre serán más positivos si sus ingredientes son naturales y respetan y cuidan nuestra piel, pero, si no es así, pueden llegar a ser dañinos.

Y, por último, cabe recordar la importancia de elegir una rutina diaria correcta. «Tanto para prevenir los efectos de las bajas temperaturas en el cutis, como para recuperar la piel de estos factores. Poner en marcha una buena rutina, es clave» detalla la experta.




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