Un primer buque con víveres zarpó este martes de Chipre para dirigirse por un corredor humanitario establecido por la Unión Europea hacia la Franja de Gaza, amenazada por la hambruna tras más de cinco meses de guerra entre Israel y Hamás. Según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, 27 personas, entre ellas al menos 21 niños, murieron por desnutrición y deshidratación en los hospitales de Gaza desde el inicio de la guerra, el 7 de octubre.
La misión, bautizada como Operación Safeena (barco en árabe), es altamente compleja por los desafíos surgidos desde que comenzó a gestarse, hace más de dos meses. Su cargamento — unas 200 toneladas de alimentos como arroz, harina o conservas- será distribuido por la organización World Central Kitchen (WCK), del chef hispano-estadounidense José Andrés.
“Las mayores complicaciones de esta de esta misión empezaron en el momento en que pensamos llevarla a cabo. Es algo que hemos estado pensando desde hace meses, pero que comenzamos a trabajar de manera presencial en el puerto de Larnaca hace tres semanas. Durante los primeros días nos dábamos cuenta de que las posibilidades de que esto fuera real eran remotas, que era extremadamente difícil conseguir esta apertura de este corredor marítimo que durante tantos años ha estado bloqueado . Y bueno, hemos ido superando todas las dificultades y por fin hoy se han dado las condiciones idóneas para poder zarpar” cuenta Laura Lanuza, portavoz de Open Arms a RFI.
⛴️ Así zarpaba esta mañana desde el puerto de Lárnaca 🇨🇾la misión conjunta #OpenArms y @WCKitchen rumbo a #Gaza, cargada con 200 toneladas de comida.
🕊️Arrancaba así este corredor humanitario marítimo a la Franja, en una misión de alta complejidad. Confiamos en que este paso… pic.twitter.com/ztx1mWaO4n
— Open Arms (@openarms_fund) March 12, 2024
Uno de los primeros desafíos de la operación fue cómo y dónde trasladar las 200 toneladas de ayuda, dado que el Open Arms no tiene esa capacidad. La solución vino como una plataforma de 20 metros de largo por 10 de ancho. La plataforma, amarrada al barco con cables de acero, alberga las 200 toneladas de alimentos no perecederos, entre ellos latas de atún, harina, arroz y legumbres, repartidos en 130 palés. Para desembarcar la carga ha habido que recurrir a la creatividad, porque la condición sine qua non que ha impuesto Israel es que la tripulación no mantenga ningún contacto con la población de Gaza. World Central Kitchen construye desde hace semanas un espigón con escombros y con algunas grúas y máquinas de construcción que todavía funcionan. Su ubicación no ha sido desvelada por razones de seguridad. En este sentido, la “creatividad” ha sido un punto clave según relata Laura Lanuza a RFI.
La meteorología ha sido otro de los retos. Fue la causa por la que se retrasó la salida del barco, programada inicialmente para el pasado sábado. El límite para zarpar fue que las olas no superasen el metro y medio de altura según cuentan desde la ONG. El Open Arms, un barco que la ONG suele emplear para realizar labores de salvamento marítimo de migrantes en el Mediterráneo, partió cuando se determinó que las condiciones metereológicas iban a ser las más adecuadas para hacer el viaje.
“Queremos que este viaje sea el primero de muchos. Que esta vía se vuelva permanente porque la situación en Gaza es insostenible y esto puede paliar la situación” cuenta la portavoz de Open Arms a RFI.
Chipre ya prepara un segundo buque, “mucho más grande”, declaró el jefe de la diplomacia chipriota, Constantinos Kombos, antes de plantear “un proceso más sistemático con volúmenes más importantes” de ayuda. En los últimos días, varios países lanzaron paquetes de comida por aire. “El tiempo apremia para evitar la hambruna, especialmente en el norte de la Franja, que no recibe suficiente ayuda alimentaria”, alertó en las últimas horas Cindy McCain, responsable del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimó el mes pasado que 2,2 millones de los 2,4 millones de habitantes de Gaza se encontraban ya “en situación de crisis alimentaria o peor”, en la “fase 3 o superior” (de un total de 5) de la clasificación del hambre.
El mundo musulmán entró el lunes en el mes del ayuno sagrado del Ramadán, sinónimo de copiosas comidas en familia cuando se pone el sol, pero este año los palestinos de Gaza no están para festejos.
Radio France Internacionale