El 21 de enero de 2019, el propietario de varios establecimientos de ocio en Puerto Banús (Marbella) volvía a casa de madrugada, como cualquier otra noche. Viajaba en su vehículo, un lujoso Bentley color negro. Pero esa noche, cuando entraba en su vivienda ubicada en una de las zonas más lujosas de la Costa del Sol, dos encapuchados le esperaban junto a la puerta. Sin tiempo de reaccionar, recibió una decena de disparos. Murió en el acto. Los asesinos dejaron tras de sí un reguero de casquillos y cristales. Ahora, la Policía Nacional ha desarticulado a una banda de seis sicarios a los que se achaca una decena de asesinatos, entre ellos el de este empresario de 49 años. Cuatro de ellos fueron arrestados a finales del pasado mes febrero cuando viajaban a España para cometer el undécimo encargo, aunque no se ha hecho público hasta este jueves.
La investigación comenzó aquella misma madrugada. Agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) se pusieron manos a la obra para seguir el rastro de los asesinos. “Ha sido un trabajo muy complejo”, cuentan fuentes policiales, quienes explican que los miembros de la organización son “auténticos profesionales”. Y que, por ejemplo, utilizaban móviles encriptados para sus comunicaciones. Sin embargo, poco a poco, y tras más de un año de trabajo, los investigadores consiguieron identificar ―con la colaboración de la policía holandesa― a los integrantes de esta banda.
Supieron entonces que su ámbito de actuación principal eran los Países Bajos, aunque tenían toda la estructura necesaria para desplazarse a cualquier país para realizar sus ejecuciones. De hecho, según las mismas fuentes, aceptaban encargos de diferentes organizaciones criminales, que los utilizaban para solucionar problemas. Ya fuera cuentas pendientes con miembros de otras bandas, asesinatos para hacerse con el poder de determinados territorios o problemas generados por operaciones ilícitas.
Uno de esos trabajos llevó a cuatro de estos sicarios de vuelta a España. A finales de febrero, viajaron desde Países Bajos con un objetivo bien marcado. Y los agentes pusieron en marcha un “amplio dispositivo” para frustrar el nuevo asesinato. Cuatro días después de que empezaran el viaje desde el norte de Europa, cuando entraban a territorio español en un coche, miembros del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional los arrestó. Intervinieron entonces un arma semiautomática con silenciador, además de munición que ocultaban tras falsos fondos en el vehículo. A la vez, la policía holandesa detuvo a los otros dos miembros en aquel país.
Los agentes destacan que la organización criminal desmantelada es “una de las más activas de Europa” y se le implica, presuntamente, en una decena de asesinatos. Todos los arrestados han ingresado en prisión.
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