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Hay calles de Madrid cuya apariencia apenas se distingue de otras en Nueva York, Londres o Berlín. En esas calles se concentran franquicias comerciales cuyos rótulos son palabras de un lenguaje global, con tipografías, logos y colores similares en todo el mundo. Entre ellas, a veces, se cuela una palabra diferente, un rótulo de vidrio, plástico o madera que los vecinos de la zona conocen. Es un bar, una mercería, una farmacia. Es el rótulo que diferencia los tramos que aún no han cedido a la gentrificación en las grandes ciudades, el que evoca antigüedad. Es lo que Federico Barrera llama “patrimonio gráfico”.
“Las ciudades se están unificando en todo el mundo. La globalización nos está llevando a unas ciudades zombis en las que todo es igual, con las mismas tiendas y la misma apariencia. Son calles similares estés donde estés. Pasa tanto en el centro de las ciudades como en muchos barrios”, dice a Verne por teléfono Barrera, portavoz del colectivo Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico. Este grupo reivindica y rescata en redes sociales los rótulos de comercios que dan personalidad a los barrios, “los que cuentan la microhistoria de cada calle”.
La red reúne a personas de diez ciudades españolas que, como Barrera, están interesadas en el patrimonio gráfico. “Nos encontramos los unos a los otros en Instagram. Compartimos la misma inquietud e interés por los rótulos de comercios históricos”, cuenta Barrera. La asociación se compone de representantes de A Coruña, Barcelona, Huelva, Jaén, Málaga, Pamplona, Santander, Sevilla y Zaragoza, cada uno con su cuenta de Instagram dedicada principalmente a su ciudad. Madrid también está representada en el colectivo a través de cinco cuentas, entre las que se encuentran las de Alberto Nanclares, del colectivo Basurama, y de Jacobo García, del colectivo Zuloark. También hay una cuenta dedicada a toda la comunidad autónoma de Aragón.
Aunque casi todas las imágenes que cuelgan en Instagram sean de las ciudades en las que residen, también atrapan los rótulos que más les llaman la atención en otros municipios. Fotografían negocios en activo y también otros clausurados, cuyos rótulos siguen en las fachadas a las que dan color desde hace décadas. “Esperemos que la pandemia no haga que cierren todavía más negocios antiguos”, añade el portavoz de la red.
Barrera asegura que los miembros de la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico están pendientes de cualquier ataque a los rótulos históricos para intentar salvarlas: “Hacemos lo posible por protegerlos. Tenemos poco margen de actuación, pero al menos podemos denunciarlo. Perder estas señas de identidad es negativo para toda la ciudad”. Por ejemplo, en febrero consiguieron conservar parte de los rótulos antiguos del Multicine Alameda de Sevilla, que abrió en 1977. En las últimas semanas, por ejemplo, se han movilizado para intentar salvar el letrero de Curtidos Baranda (calle Santa Isabel 42, Madrid). Al ser patrimonio privado, es normal que muchos de estos rótulos acaben en la basura.
Hemos pedido a varios integrantes de esta red que elijan imágenes de sus rótulos favoritos en sus ciudades. A continuación puedes ver parte de la selección, algunos con su historia aportada por este colectivo, acompañados de la dirección de los grafismos para que puedas verlos in situ.



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