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Los Nets desesperan a Embiid pero los Sixers logran poner el 2-0

Los Nets desesperan a Embiid pero los Sixers logran poner el 2-0

Los Philadelphia 76ers se vieron por primera vez ante sus esperados miedos en estos playoffs -el impacto negativo de las dobles defensas a Embiid-, y los vencieron merced a un encomiable esfuerzo de grupo y la contagiosa y enérgica personalidad de Tyrese Maxey con sus 33 puntos. Los Nets, los disciplinados y colectivos Nets, insistieron en hacer la vida imposible a Joel Embiid llegando a desesperarle a él y a un Doc Rivers más nervioso de la habitual, limitado el potencial MVP a 20 puntos -6/11 en tiros de campo-, 19 rebotes y 7 asistencias pero 8 pérdidas, llegándose a poner Brooklyn 10 arriba en el segundo cuarto y marchándose 44-49 al descanso. Pero, emulando la excelencia defensiva de su rival y con un Maxey instalado en el acierto, los Sixers acabaron celebrando un 96-84 y el 2-0 de la eliminatoria.

“¡Vamos chicos! Vamos, vamos…”, gritaba Rivers, sin consigna táctica alguna a sus jugadores más con un tono de impotente súplica que de estimulante arenga. Hecho un manojo de nervios, facciones en tensión, la inseguridad agasajaba al técnico de Philadelphia. Tanto, que apenas había transcurrido un solo minuto de la segunda parte cuando solicitó tiempo muerto tras una bandeja de Spencer Dinwiddie que significaba el 44-51. Acabó desmontando el minucioso plan de los Nets desde la defensa con una zona compacta pero vio por momentos amenazado su plan para el anillo.

En realidad, unos Nets escasos de talento lo llegaron a poner en entredicho en muchos momentos con su insistentes dobles defensas sobre Embiid, que no se vio más libre hasta el final con el encuentro cuesta abajo.

La majestuosa noche de un vertiginoso Maxey penetrando y en transición y devastador en el perímetro con un 6/13 en triples, la fiabilidad de Tobias Harris con sus 20 tantos, así como el orden defensivo de ‘Philly’ en la segunda mitad dejando al conjunto neoyorquino en 35 puntos, permitió arreglar la mala noche de Embiid y también la de James Harden, incapaz de mantener su consistencia en el tiro del primer choque con un esperpéntico 3/13 en tiros para acabar con 8 tantos y espeso también en la dirección, con asterisco sus 7 asistencias debido a sus 5 pérdidas.

A Brooklyn se le vino su estrategia abajo porque, por mucho ingenio que le ponga en defensa, le falta esa improvisación en ataque que sólo poseen los mejores cuando las defensas se ponen duras. Bajar su número de triples de 8 a 5 en la segunda parte y su 37,5% en tiros de campo fue un déficit que no pudo compensar con la defensa a la que subieron el nivel los Sixers, que, frente a su despropósito para generar un baloncesto claro y fluido -casi tantas pérdidas como asistencias (21-19), acabó encontrando los tiros liberados propiciados por los dobles marcajes a Embiid.

Cameron Johnson asumió el papel de máximo anotador con 28 puntos -11/19 en lanzamientos y 5/11 en triples-, y hasta llegándose a estampar un mate a Embiid, pero su desplome entre la primera y la segunda mitad -de 22 tantos a 6-, ilustró la desaceleración ofensiva de unos Nets que añoraron al mejor Mikal Bridges, con 21 tantos tras un 6/15 en tiros, tampoco atinado Spencer Dinwiddie, con 12 puntos desglosados con un 5/14 en lanzamientos.

El entrenador de Brooklyn, Jacque Vaughn, radicalizó sus ideas más allá de renunciar a cualquiera de ellas pese a la clara derrota en el primer encuentro (121-101). “Hay que jugar más rápido y más pequeño”, decía en la previa el técnico, discípulo de Doc Rivers como jugador en su época en Orlando.

Los Nets intensificaron su acoso y derribo sobre Embiid, al que ya habían limitado a 26 puntos en el primer duelo, con sus dobles defensas casi en cualquier punto, variando la dirección del segundo hombre que venía en ayuda y el ‘timing’, cambiando todo en los bloqueos y Royce O’Neale ceñido a él cual garrapata con su agobiante movimiento de brazos para impedirle recibir en el poste.

Se le vio tan incómodo a Embiid con su cara hecha en poema, que hasta por momentos se percibió minada su confianza, atreviéndose los Nets incluso a dejarle solo uno contra uno con O’Neale en la cabecera con la diferencia de tamaño entre ambos -2,13 el camerunés, 1,98 el estadounidense-, y paralizado el camerunés, sin atreverse a atacar el aro. Sólo pudo conectar uno de esos tiros en ‘fade away’ de media distancia que tanto definen su eficacia y elegancia y al final.

‘Philly’ no disfrutó del acierto desde lejos del primer encuentro -un 31% frente al 49% del sábado-, pero Maxey se presentó como la alternativa como puñal en transición y atacando un 1×1 en el perímetro que también ganó en varias ocasiones Tobias Harris, produciendo también en el poste. Será fundamental que el base-escolta y el alero mantengan esta constancia ante, no sólo ante la contención de Embiid, sino ante la anulación de su prolífico ‘pick and roll’ con James Harden.

Salvo con Seth Curry, los Nets cambiaron siempre cuando el ‘Big Two’ de los Sixers jugó el bloqueo directo para no dar lugar a esas situaciones de continuación corta donde Embiid es imparable, dejando sin respuesta a la ‘Barba’, estéril atacando el uno contra uno y sin jugar para su compañero pese a que, fuera cual fuera el cambio, siempre gozaba de ‘mismatch’ dentro.

Las transiciones derivadas de sus buenas defensas y su buen trabajo en el rebote dieron alas en el primer tiempo a unos Nets que movieron también bien el balón en el ataque estático, forzando cuando podían a Embiid a salir al perímetro -donde sufre más-, y castigando las malas rotaciones de Maxey para penetrar y obtener tiros abiertos.

No obstante, en un gran punto para Rivers, Philadelphia cerró su defensa a cal y canto en la segunda parte, con una compacta zona 2-3, convertida a veces a 2-1-2 con Embiid subiendo su posición para incrementar la presión sobre la primera línea de unos Nets obligados a jugar por fuera, huérfanos de un interior grande que les permita otras opciones como jugar en el poste. Las dobles defensas sobre Bridges funcionaron, Brooklyn no cogió desprevenidas las rotaciones con su movimiento de balón y tampoco resultaron los aclarados para Dinwiddie.

Tal y como estaba previsto, los Sixers aceleran hacia su maldita frontera los últimos 20 años -las Semifinales de Conferencia-, pero los Nets subrayaron las conocidas lagunas de su plan por el anillo ante un equipo con una considerable limitación ofensiva. Encontraron soluciones, pero no queda clara su fiabilidad, si pueden mantenerse en el tiempo. Doc Rivers y Joel Embiid sufrieron un rato la presión que tendrán que van a tener que aguantar en estos playoffs.

PHILADELPHIA 76ERS

9684

BROOKLYN NETS

Philadelphia 76ers: Harris (20), Tucker, Embiid (20), Maxey (33), Harden (8). 
Banquillo: McDaniels, Melton (9), Niang, Reed (6), House. 

​Brooklyn Nets: Johnson (28), Finney-Smith (8), Claxton, Bridges (21), Dinwiddie (12).
​Banquillo: O’Neale (6), Curry (9), Harris. 

Parciales: 25-25/19-24/24-14/28-21.
​Árbitros: David Guthrie, Curtis Blair, Tre Maddox.

Incidencias: segundo partido de la primera ronda de playoffs disputado en el Wells Fargo Center de Philadelphia ante 20.958 espectadores. 

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