Los Denver Nuggets acarician ya el trofeo Larry O’Brien. Lo ven tan cerca que no quieren un traspié y más días de comerse la cabeza y dudas acuciantes. El Ball Arena, bullicioso e inexpugnable a lo largo de gran parte de la temporada, se vestirá de gala para una noche que promete ser histórica. Con 3-1 a favor en las Finales de la NBA 2023, los de Colorado solo deben confirmar una vez más su superioridad, darlo todo para hundir cualquier esperanza de los Miami Heat. De ganar, la franquicia celebraría el primer anillo de su historia en 47 años de existencia, un hito para el recuerdo que representaría además el primer entorchado de un rara avis como Nikola Jokic.
La cita es esta próxima madrugada del martes en España (02:30h, Movistar + y League Pass), y Michael Malone quiere luchar contra la naturaleza humana y una posible pájara debido a la relajación. “Mi mayor preocupación es luchar contra esto. La mayoría de equipos, cuando están 3-1, salen a respirar. Se relajan y dan por hecha la victoria”, asegura el técnico. “Sabemos que todo es posible, y nuestro mensaje es sentir que nosotros estamos 3-1 abajo. Ellos están desesperados, nosotros debemos estarlo más. Ellos tienen hambre, nosotros debemos tener más”, añade.
Denver desaprovechó su primera oportunidad de cerrar una eliminatoria en estos playoffs contra los Timberwolves en Minnesota, pero aprovechó las siguientes tres. Se cargaron a los Wolves en casa, en el quinto partido, y luego dieron cuenta de los Suns en el sexto de semifinales y de los Lakers en el cuarto de Finales de Conferencia, ambas victorias lejos de su feudo. En estos playoffs, solo los Heat han arrancado un triunfo en Denver, que presenta un demoledor 9-1 ante su público.
“Estamos centrados en el objetivo, pienso que estaremos preparados”
A pesar del viento a favor, nadie compra el discurso de eliminatoria sentenciada. “Vamos a encararlo como un partido de victoria obligada. Sé que es una gran oportunidad, todos lo sabemos. Viendo el entrenamiento de hoy, como estamos centrados en el objetivo, pienso que estaremos preparados“, apunta Jokic. La historia está del lado de los Nuggets: solo un equipo ha desaprovechado un liderato de 3-1 en unas Finales en 36 ocasiones. Ese precedente, sin embargo, acecha a lo lejos como una amenaza. Denver nunca ha estado en esta posición en su casi medio siglo de historia. Llevan 46 años buscando un título esquivo, y estas son sus primeras Finales. Al otro lado, los Heat saben muy bien lo que es ganar y están dirigidos en los despachos por un tótem, Pat Riley, que las ha visto de todos los colores.
“Es muy difícil dar el último paso hacia el título”
El ejecutivo, presente bien como jugador, entrenador o directivo en un cuarto de todas las Finales (19 de 76), sabe que todo es posible. Erik Spoelstra, su reputado técnico, piensa en términos similares. “Tenemos un grupo muy fuerte a nivel mental. Creemos en nuestras opciones. Tenemos un gran objetivo y, desde nuestro punto de vista, nada ha cambiado. Es muy difícil dar el último paso hacia el título”, afirma el técnico visitante. “Somos muy testarudos y descarados, y creo que de vez en cuando es bueno ser un poco descarados”, añade.
“Sabemos lo que podemos hacer. No hemos llegado hasta aquí para dejarlo ahora”
Kevin Love, que ha viajado un día más tarde debido a su primera paternidad, puede relatar con pelos y señales lo que significa remontar un 3-1 en unas Finales. Él fue protagonista de la única instancia en 2016, cuando los Cleveland Cavaliers se cargaron contra todo pronóstico a los Golden State Warriors. Estará en el vestuario para la arenga y sobre la pista si sus compañeros le necesitan y Spoelstra lo considera oportuno.
“Sabemos lo que podemos hacer. No hemos llegado hasta aquí para dejarlo ahora“, apremia Jimmy Butler, el gran motivador, corazón y líder de estos Heat. No han sido por ahora sus Finales después de unos playoffs de ensueño donde Miami ha superado una y otra vez las expectativas en contra. La fórmula no tiene truco: “No importan las apuestas, los datos. Cuando saltas a la pista solo tienes que competir. Tenemos que ganar un partido, luego otro y luego otro más”.
La mesa está puesta, y el quinto partido emociones fuertes y una competitividad de primera categoría, una máxima de todos los encuentros de estas Finales a pesar de lo engañoso del 3-1 favorable a los locales. En Denver se frotan las manos y la ciudad se preparar para celebrar su primer anillo. En Miami, sin embargo, tienen otros planes. Esta próxima madrugada saldremos de dudas.