Mejor jugador del partido en el estadio Balaídos, con dos paradas incontestables e indispensables para la victoria posterior de su equipo en inferioridad numérica frente al Celta (0-1) al borde del final, el portero Jan Oblak resurge crucial en la reacción del Atlético de Madrid, reencontrado con la versión decisiva y reconocible del guardameta año y medio después.
Tres intervenciones sobresalen en el triunfo en Vigo, el tercero en las últimas cuatro jornadas del conjunto rojiblanco y con un tanto tan solo en contra (el 1-1 del Getafe de penalti).
Una sobre la línea, cuando enmendó su fallida parada anterior frente a Iago Aspas; otra a un disparo lejano, al que respondió con rotundidad y reflejos; y, por encima de todas, el ‘milagro’ con el que salvó con la mano derecha un remate a un metro de Reinildo Mandava contra su propia portería.
Era la única forma, quizás, de impedir el gol que iba a marcar Iago Aspas, que esperaba en el segundo palo la llegada del pase desde la banda derecha de Haris Seferovic hasta que se cruzó Reinildo y, sobre todo, Oblak, que emergió de nuevo como salvador del Atlético, después de la irregularidad del último año y medio.
Es crucial en el indiscutible crecimiento del equipo tras el Mundial 2022, visible en el rendimiento más allá de los resultados.
“Nuestro portero ha hecho unas grandísimas paradas. Necesitamos a Jan en este estado, en el mejor Jan“, expresó Koke Resurrección, el capitán del Atlético de Madrid. “Lo más importante y positivo es que demostramos que somos un equipo. Apareció Jan (Oblak) otra vez, se le abrió el arco a Memphis, que seguramente para él es importante y para nosotros… Tres puntos de oro”, dijo Rodrigo de Paul, en declaraciones a ‘Movistar‘.
DEL 62 AL 80 POR CIENTO DE PARADAS POR TIRO
Los números confirman la reaparición de Oblak en toda la extensión que lo transformó en uno de los mejores guardametas del mundo. A la vuelta del parón de la competición, con siete partidos ligueros, ha recuperado los registros del pasado, interrumpidos por un año y medio de dudas, en el que no fue el portero que lo paraba todo, tanto en la pasada campaña, con sus peores cifras, como en el semestre anterior de la actual.
Entonces, en 2021-22, en concreto en LaLiga, recibió 1,03 goles por partido, cuando su promedio de paradas fue el más bajo de siempre desde que juega en el Atlético (1,71 por choque), también su porcentaje de paradas por tiro (un 62,28 por ciento) y de duelos imbatido a lo largo del campeonato, con menos de un tercio: 31,58 por ciento, según las estadísticas avanzadas de ‘Be Soccer Pro’.
Las primeras 14 jornadas disputadas de este ejercicio hasta el parón por el Mundial de Qatar 2022 fueron mejores que entonces, pero también estaban por debajo de lo habitual en el cancerbero esloveno: 0,85 goles por partido, 2,42 paradas por gol, un 70,73 por ciento de acierto por disparo y un 33,33 por ciento de duelos imbatido.
Un seguro que, de pronto, desprendió incertidumbre en el curso anterior y en el primer tramo del actual, entre la irregularidad evidente y la pérdida de fiabilidad de su conjunto.
Ahora, ha recuperado su esplendor. Un factor fundamental en la mutación del Atlético que interrumpió la Liga en noviembre con 7 victorias, 3 empates y 4 derrotas y que la ha retomado desde el 28 de diciembre con 4 triunfos, 2 igualadas y un partido perdido, el 0-1 con el Barcelona en el que mereció mucho más.
0,42 GOLES POR PARTIDO DESDE LA REANUDACIÓN DE LALIGA
Desde el 2-0 al Elche con el que retomó la competición liguera hasta el 0-1 al Celta en Balaídos de este domingo, Oblak ha disparado sus números hasta niveles reconocibles o incluso mejores del pasado: 0,42 goles concedidos por partido; 3,2 intervenciones por gol; un 80 por ciento de paradas por tiro y un 57 por ciento de jornadas imbatido en esta etapa.
Son estadísticas mucho más acordes a toda su dimensión, a los 0,45 tantos recibidos por encuentro del curso 2015-16 (el mejor en ese sentido del cancerbero esloveno en el Atlético en un campeonato entero) y por encima de los 0,62 de 2020-21, cuando fue campeón de Liga; los 0,67 de 2019-20; los 0,69 de 2018-19; los 0,57 de 2017-18 y los 0,69 de 2016-17, cuando ya había consolidado una titularidad que no fue tal hasta marzo de 2015.
Igual ocurre con su porcentaje de acierto, con el 80 por ciento de éxito por tiro en las últimas siete jornadas (similar al 81,2 de 2020-21; al 80,29 por ciento de 2018-19 o al 84 por ciento de 2015-16 y 2017-18, sus mejores marcas en ese apartado, tan superiores al 62,28 por ciento de la pasada temporada) o con su promedio de cuatro paradas por gol, a la altura del curso que fue campeón de la Liga, tan cruciales para el reencuentro del Atlético.