Los partidos pro-China de Hong Kong acaparan todos los escaños en las elecciones ‘solo para patriotas’

Los partidos pro-China de Hong Kong acaparan todos los escaños en las elecciones ‘solo para patriotas’


No había sorpresa posible, sin apenas otros candidatos que concurriesen, y los partidos favorables a Pekín se han llevado todos los escaños en las elecciones legislativas solo para patriotas celebradas este domingo en Hong Kong, según el recuento oficial completado este lunes. Pero la apatía ha sido la auténtica vencedora. Tan solo un 30,2% del censo de 4,5 millones de votantes acudió a las urnas, muy poco más de la mitad de la participación de los comicios anteriores, en 2016. La tasa de participación más baja de la historia de la antigua colonia británica, muy por debajo del 43,7% registrado en 2000.

A esta cita con las urnas, aplazada quince meses con el argumento de la lucha contra la pandemia, apenas se presentaba una decena de candidatos independientes o moderados. La mayor parte de los dirigentes de la oposición prodemocracia se encuentran detenidos, en el exilio o han abandonado la política tras la entrada en vigor el año pasado de la draconiana Ley de Seguridad Nacional. La reforma electoral impuesta por Pekín en marzo de este año, para garantizar que solo patriotas ocupen escaños, hace casi imposible que puedan presentarse aspirantes de oposición, y convierte en fantasía la posibilidad de que el bando prodemocracia pueda llegar a ganar comicios: quienes deseen concurrir deben ser aprobados previamente por un comité nombrado por el gobierno autónomo.

En una rueda de prensa este lunes, la impopular jefa del gobierno autónomo hongkonés, Carrie Lam, atribuyó la baja participación a factores como el mal tiempo. “La participación fue relativamente baja, pero han votado 1,35 millones de personas, no podemos decir que no votara mucha gente”.

Acerca de los resultados, Lam consideró que el Consejo Legislativo (Legco, el Parlamento autónomo) “es bastante representativo, y hay mucha gente entre los legisladores que no estaban en las legislaturas anteriores. He colaborado con algunos de ellos en áreas como la innovación y la tecnología”.

La jornada electoral se desarrolló de manera muy distinta a la última que se había celebrado en el territorio autónomo, en noviembre de 2019, durante las protestas multitudinarias contra Pekín que paralizaron la ciudad durante la segunda mitad de aquel año. Entonces, cuando aún regía el sistema electoral antiguo, se registró una participación récord, del 71,2%, y la oposición barrió para hacerse con cerca del 90% de las 452 concejalías. Esta vez, la población optó por aprovechar una jornada en la que el transporte público era gratis para hacer sus compras navideñas y abarrotar los distritos comerciales.

En unos comicios en los que el 52% de la población, según las encuestas, apuntaba que no veía ningún candidato que mereciera su apoyo, el recuento apunta a que ninguno de los candidatos entre la decena que se declara independiente o sin afiliación ha conseguido un escaño. Los principales partidos de oposición democrática habían renunciado a presentar candidatos. Por tanto, el Consejo Legislativo cubrirá por primera vez sus noventa escaños (veinte más que hasta ahora, tras la reforma electoral de marzo) únicamente con legisladores pro-China.

Starry Lee, la líder del principal partido pro-China, la Alianza Democrática para la Mejora y Progreso de Hong Kong (DAB, por sus siglas en inglés), rechazó también en declaraciones a la prensa que su formación carezca de mandato popular pese a arrasar en estas elecciones. “No creo que [la baja participación] se relacione directamente con que los ciudadanos no estén de acuerdo con este sistema electoral. Creo que hace falta algún tiempo para que la gente se adapte a este sistema”.

Las autoridades hongkonesas habían intentado estimular la participación con todo tipo de medidas: desde la disposición de colegios electorales en la línea de demarcación con la China continental, para los residentes que no pueden entrar en la antigua colonia británica por el cierre de fronteras, hasta el uso gratuito del transporte público durante la jornada. El Gobierno autónomo también pagó una campaña publicitaria en los medios y de mensajes telefónicos para animar a los votantes a ejercer su derecho.

En total se presentaban 153 candidatos para los 90 escaños. Cuarenta de estos asientos los decide un nuevo comité electoral de 1.448 miembros, simpatizantes del gobierno central chino. Otros treinta se reparten según los votos de agrupaciones sectoriales —comercial, financiero, contabilidad…—, mientras que los ciudadanos de a pie solo eligen a los veinte restantes, distribuidos por circunscripciones geográficas.

Hace cinco años, cuando el Consejo Legislativo (Legco) estaba formado por 70 diputados, las agrupaciones sectoriales decidían la mitad de los escaños, 35. La otra mitad se repartía según los votos directos de los ciudadanos. Entonces, la oposición prodemocracia ganó 19 de los 35 asientos elegidos directamente por los ciudadanos, además de otros diez elegidos por las agrupaciones sectoriales. Ello le daba la posibilidad de vetar algunos proyectos de ley, o enmiendas a la constitución hongkonesa (la Ley Básica), para los que se necesitaban dos tercios de los votos.

El Gobierno chino comenzó a plantearse la necesidad de la reforma tras haber constatado con alarma el año pasado que la oposición tenía posibilidades reales de hacerse con la mayoría en el Parlamento autónomo y, con ello, las competencias para vetar los presupuestos locales o incluso presentar una moción de censura contra Lam.

En el mismo día en que se celebraba el recuento electoral, el Gobierno central chino ha publicado un libro blanco en el que calificaba de “brillantes” las perspectivas para la democracia en Hong Kong. Según el documento, gracias a la reforma electoral, China ha “restablecido el orden” y “puesto a la democracia nuevamente por el camino debido” en el enclave tras las protestas de 2019, cuya responsabilidad Pekín atribuye a “fuerzas externas”.

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