Entre toda la determinación que había demostrado hasta ahora, reluciente de aspecto, mecanismos y soltura defensiva y ofensiva, surgió un
Atlético de Madrid desfigurado por primera vez en esta temporada, vencido sin matices, inofensivo adelante hasta la hora de partido y con los mismos goles en contra en un solo encuentro que en las diez jornadas anteriores de Liga.
Ni en el colectivo ni en las individualidades. Nada funcionó en el conjunto rojiblanco. Ni sobre el terreno ni desde el banquillo, por muchas vueltas que le diera Simeone a la táctica o los nombres, superado como estuvo el bloque que organizó en cada sector, en cada cualidad y, sobre todo, en cada disputa, también por intensidad.
Es una de las causas indiscutibles de la derrota, tan variadas. Cada balón dividido, cada presión al medio centro –Héctor Herrera lo sufrió en cada maniobra en el primer tiempo-, cada salto, cada recepción de espaldas de un jugador rojiblanco, cada duelo lo ganó el Real Madrid en el primer tiempo… Por ahí perdió el partido.
Pero también por otros lados, como cada aspecto táctico. En la puesta en escena. Y después. “El entrenador se equivocó en el planteamiento y en la búsqueda del partido. Desde ahí busqué intervenir con cambios ante lo que está viendo”, admitió el propio Diego
Simeone, que apostó por el 5-3-2 que ha consolidado en la actualidad para el inicio para luego rectificar el 4-4-2 cuando observó que todo lo planificado era devorado por su adversario.
Ni en defensa ni en ataque resultó la primera apuesta. Ni en ataque ni en defensa solucionó apenas nada la segunda opción. Quizá creció el Atlético en el inicio del segundo tiempo, pero tanto porque lo permitió el Real Madrid, por delante en el marcador, como porque mejoró el Atlético, aunque apenas tiró de verdad a portería.
No fue atrás el equipo inabordable de los últimos tiempos. Ni con cinco ni con cuatro en la línea defensiva, ni con tres ni con dos centrales, ni en la contundencia ni en la cobertura. Nadie en esta Liga lo apagó tanto como hizo el Real Madrid, quizá el Villarreal, pero en ese caso sin tanta rotundidad como en la primera parte.
MENOS REMATES QUE NUNCA EN ESTA LIGA
El Atlético redujo a cinco sus remates, según las estadísticas oficiales de LaLiga . Nunca antes en toda esta Liga había completado un encuentro con tan poca acción sobre la portería rival. Los duelos con el Celta (0-2) y el Barcelona (1-0) habían sido hasta entonces los menos productivos en ese sentido, con nueve, cuatro más de los que conectó este sábado el bloque de Simeone. Uno tuvo más trascendencia que el resto: el fallo de Thomas Lemar aún con 1-0.
Tampoco pudo manejar la posesión como pretendía. No renunció al balón esta vez el conjunto rojiblanco como otras ocasiones en el derbi, sino que lo perdió sin discusión ante el Real Madrid. Su nuevo estilo exige más posesión de la que dispuso, un 43,5 por ciento. Sólo en otro duelo, en el triunfo ante el Betis por 2-0, tuvo menos volumen. Entonces, el primer tiempo fue parecido, pero ni el conjunto verdiblanco es el Madrid ni tiene tanta contundencia.
En el resto de sus choques de este curso tuvo más el balón: 55,2 por ciento en el 6-1 al Granada; el 63,3 por ciento en el 0-0 con el Huesca; el 54,4 en el 0-0 con el Villarreal; el 47,9 en el apurado 0-2 al Celta; el 55,2 en el 1-3 al Osasuna; el 67,5 en el 4-0 al Cádiz; el 45,9 en el 1-0 al Barcelona; el 66,9 en el 0-1 al Valencia y el 53,6 en el 2-0 al Valladolid. Sólo en cuatro se apropió menos de la pelota que su rival. Son cuatro de los encuentros en los que recibió más tiros. Once el sábado ante el Madrid, que marcó dos.
Desde el Atlético se incidió en el desgaste como otra causa de que el partido fuera como fue, por haber jugado el miércoles un duelo tan estresante y tan intenso por la clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Salzburgo (0-2). “Veníamos de un esfuerzo mental y físico grande en Champions y nos pasó factura”, expuso el técnico al término del duelo del sábado.
LA SIGNIFICATIVA SUPLENCIA DE SAÚL Y LOS TRES CAMBIOS AL DESCANSO
Aun así, en su elección del once repitió diez posiciones de la visita a Austria: el portero Jan Oblak; los centrales Stefan Savic, Felipe Monteiro y Mario Hermoso; los ‘carrileros’ Kieran Trippier y Yannick Carrasco; los medios Marcos Llorente y Koke Resurrección; y los delanteros Luis Suárez y Joao Félix. Es el once tipo que maneja a día de hoy el técnico, que sólo lo alteró con Herrera por Saúl.
Derrotado después de 26 jornadas invicto en la Liga y siete triunfos consecutivos, reducido el margen de error que aún sostiene sobre el Real Madrid, con tres puntos menos y un partido más, hay varias decisiones significativas de Simeone en el derbi, desde la alineación titular que propuso hasta los cambios rápidos después.
En el once, la suplencia de Sául
Ñíguez, una posibilidad latente desde las pruebas del técnico el pasado lunes tanto para la visita al Salzburgo como para medirse al Real Madrid. El centrocampista ha perdido esa condición de indiscutible que ha tenido sin alteración desde 2017-18 y con menos constancia desde principios de 2016-17.
A entonces hay que remontarse para que no fuera titular a las órdenes de Simeone, salvo que fuera por una cuestión de rotación, descanso, lesión o sanción. En concreto, al 12 de diciembre de 2016, hace justo cuatro años, en el 3-0 del Villarreal al Atlético, cuando fue suplente por decisión técnica con Gabi Fernández y Tiago Mendes en el once con el que partió ese día Diego Simeone en el encuentro.
Tan llamativa es su suplencia en el derbi como significativa la entrada de Héctor Herrera, que transmite una confianza del técnico en él que antes no tenía. En cualquier caso, como todo el equipo, el medio centro mexicano decepcionó en la primera parte. Además fue uno de los sustituidos al intermedio, muy poco habitual en el entrenador, más aún con la cantidad de sustituidos: tres jugadores.
También fueron reemplazados Felipe Monteiro y Yannick Carrasco para la entrada de Renan Lodi, que ha perdido el sitio en el Atlético ya de forma indudable; Thomas Lemar, cuya mejoría aún está a años luz de lo que se esperaba cuando lo fichó del Mónaco y cuyo fallo sobre la portería de Thibaut Courtois fue increíble; y Ángel Correa, uno de los futbolistas más solventes en esta temporada.
Luego cambió a Joao Félix, en el minuto 60, con 1-0 en contra, quizá la sustitución menos comprensible de las que hizo Simeone. “Entendí el partido así. Quería más pierna y gente fresca adelante, más trabajo en el medio para poder tener más pelota. El partido se estaba rompiendo en favor del Real Madrid y queríamos competir mejor”, explicó el técnico argentino, que sustituyó después a Suárez. Ni uno ni otro remataron ninguna vez a portería.
Source link