Después de una nueva y cruda derrota antes de lo esperado, el megaproyecto de los Phoenix Suns, que dio un acelerón al todo o nada con la incorporación en febrero de Kevin Durant, parece haber encallado de forma definitiva. Tras la derrota sin paliativos contra los Denver Nuggets en las semifinales de la Conferencia Oeste en los playoffs, la franquicia va a buscar cambios significativos este verano. Con la llegada de Mat Ishbia, nuevo propietario del equipo, resulta evidente que pueden desencadenarse una serie de cambios relevantes en la dirección deportiva y la plantilla después de tres temporadas seguidas acercándose y fracasando en el intento por ganar el anillo.
Según fuentes consultadas por Tim MacMahon para un reportaje en la ESPN, la reorganización en Phoenix puede incluso afectar a Monty Williams, el entrenador que les ha situado entre la élite de la NBA. “Algunas cabezas rodarán después de esto”, vaticinaba un ojeador de otra franquicia después de presenciar la segunda derrota abultada en un partido a todo o nada en dos campañas.
Entre los movimientos o tanteos que se esperan a lo largo del período fuera de temporada, está la valoración de mercado y el posible traspaso de figuras como Chris Paul y Deandre Ayton, capitales en el equipo que alcanzó las Finales de la NBA en 2021 y que acumula decepciones notables desde entonces. Ambos fueron baja en el sexto y definitivo partido contra Denver, y podrían haber vestido ya por última vez como miembros del conjunto de Arizona. La prioridad de Phoenix será rodear a Devin Booker y Kevin Durant, sus dos All Star de altura, con jugadores de complemento al estilo de otras franquicias como los Lakers de LeBron y AD o los Heat de Butler y Adebayo.
Chris Paul, a sus 38 años, tiene medio garantizado su salario de 30,8 millones de dólares para la próxima campaña, que se debería abonar completamente a partir del 28 de junio. Phoenix puede intentar moverlo antes de esa fecha clave si encuentra un paquete interesante. Ayton, por su parte, renovó por 133 millones de dólares después de firmar con los Pacers como agente libre restringido y forzar la reacción a regañadientes de su franquicia. Las malas relaciones del pívot con su entrenador y algunos compañeros, acusado indirectamente de pasividad en ciertos momentos del año, pueden precipitar la salida del número uno del Draft de 2018.
A sus 24 años, el pívot ha promediado 18 puntos y 10 rebotes este curso, unos números y aportación lo suficientemente interesantes para atraer a otras franquicias. Él, según fuentes de la ESPN, estaría encantado de hacer borrón y cuenta nueva.