Los Charlotte Hornets, como tantos de sus iguales que deambulan por las catacumbas de la NBA, arrastran una fama que no se corresponde en la pista. Se dirá que la franquicia de la que es dueño Michael Jordan desde 2010, colista del Este y con el segundo peor récord de la liga con 11-32, va preparando el terreno para pujar por Victor Wembanyama, el para muchos potencial jugador de la historia con el que el mejor de todos los tiempos soñaría como aliciente. Sin embargo, no se puede advertir ninguna suspicacia de ‘tanking’ en el equipo de Steve Clifford, que, pese a volver a perder en Toronto, no dejaron en paz a los Raptors hasta los últimos minutos diga lo que diga el marcador final (124-114).
Los Hornets, pese a los 10 puntos de ventaja en los que se movió el equipo canadiense, nunca dejó de perseguir y echó el aliento al final, con un 2+1 convertido por Mason Plumlee que asustaron a los Raptors con 1:39 por jugar (114-109). Pero Fred VanVleet, uno de esos a los que le va el morbo de los momentos calientes, tranquilizó a su equipo y jaleó al Scotiabank Arena con un triple letal. Pascal Siakam, pese a ser defendido con mayor dureza por la franquicia de Carolina del Norte, fue de nuevo demasiado.
El pívot camerunés subió incluso sus registros y se fue a los 35 puntos con un casi perfecto 11/13 en tiros, además de 7 rebotes y 3 asistencias. Juancho Hernangómez volvió a dejar buenos minutos desde el banquillo con 5 puntos (1/1 en tiros), 3 rebotes, 2 asistencias y 1 robo en 12 minutos, sumando un +4 en pista. El alero no tiene el tiempo de juego del que disponía con las lesiones pero se ha consolidado en la rotación de Nick Nurse.
Los Raptors siguen progresando y, con la tercera victoria seguida, ya se ponen completamente a la par con las posiciones de play-in, undécimos con 19-23 como los Bulls (10º). Lejos aún los puestos de acceso directo a play-offs -los Knicks son sextos con un 23-19-, avanzarán aún más si vencen el sábado en casa a los Hawks, novenos con 19-22 y en caída libre.
Desde luego, Wembanyama no sería un simple principio, sino que hasta podría ser el impulso definitivo de estos Hornets. La base de Charlotte es sólida, cimentada en un LaMelo Ball con arrojo y astucia para escapar de todas las trampas tácticas de los Raptors y casi duplicar su anotación, de los 17 de la noche del martes a los 32, incluyendo una buena selección de tiro con un 11/19 en lanzamientos y un 4/10 en triples. Le falta al base, sin embargo, algo de tablas aún como distribuidor de juego, con 7 asistencias pero 5 pérdidas a la vez sin saber tomar la decisión correcta en varias ocasiones cuando penetró y vio que no había camino al aro ante las ayudas rivales.
A su lado, Terry Rozier, con quien forma una pareja fantástica, sacando provecho mutuo de la capacidad de atracción del otro. El escolta acabó con 21 tantos (8/16 en tiros) y cuando actuó él como manejador asumió perfectamente Ball el rol de ejecutor desde el perímetro como ‘catch and shooter’. Les rodean otros jóvenes buenos elementos como P.J. Washington (11 tantos), J.T. Thor, interior drafteado el 21 en 2021 y con muy buena movilidad con sus 2,06, sólo 4 puntos pero poniendo en dificultades a Siakam y acabando como el mejor del equipo en términos de más-menos con un +4 gracias a su defensa.
El otro que sumó en positivo, también gracias a su buen hacer cerca del aro propio, el que casi cambia la NBA por la NFL este verano a sus 25 años por la falta de oportunidades, Dennis Smith Jr. “Es uno de los mejores defensores de la liga”, advierte el técnico de los Hornets, Steve Clifford, quien achaca a lesiones como las de Ball el escaso éxito esta temporada de un equipo que llegó hasta el play-in en la anterior.
Sin embargo, los Hornets no funcionaron en defensa como colectivo de nuevo, penalizados en exceso en transición por los Raptors y sin hallar soluciones contra Siakam, muy bien escoltado por Scottie Barnes (21 puntos), Gary Trent Jr. (19), O.G. Anunoby (15) y un VanVleet -11 puntos y 8 asistencias por 1 sola pérdida-, que ha modificado su rol, jugando más al margen del balón y no asumiendo un tiro en el que se estaba mostrando muy irregular (sólo 8 intentados para 4 acertados).
Charlotte intentó jugar más agresivo para enfrentarse a los duros 1×1 de los Raptors e intentó en muchas ocasiones cambiar la manera de defender un pick and roll en el que Toronto fue igualmente muy productivo. Mason Plumlee, superior en tamaño a Siakam y cualquier jugador del equipo de Nurse, hizo daño en la pintura de los Raptors con sus 15 puntos -además de 15 rebotes-, pero sufrió otra vez atrás.
El pívot concede espacio en la defensa del bloqueo directo con su defensa hundida y los Hornets intentaron protegerle con una ayuda de un tercer jugador en ese pick and roll y en otras ocasiones optaron por saltar al 2×1 al manejador con un tercer jugador cerrando la continuación, pero los Raptors, pese a pasar de un 45% a un 35,7% en triples -10 de 28-, casi siempre supieron dar ese pase de más para encontrar al hombre liberado.
Fue precisamente una situación de 2×1 ante la que el equipo canadiense encontró a VanVleet liberado para el triple decisivo. Los Raptors salen de la crisis mientras los peleones Hornets tratan de labrar una fama de equipo honesto. Desde luego, visto el entusiasmo con el que se aplican, lo son. A nadie le amarga un dulce -véase Victor Wembanyama-, pero a Michael Jordan, ante todo un ganador, no le pega eso de dejarse perder.