Mucho sentimiento confrontado había en la primera tarde dominical de NBA en Toronto de la temporada con alegría para los Raptors ante los Chicago Bulls (113-104). El siempre profundo amor que siente la parroquia ‘raptor’ por el chico que se hizo jugador y estrella en la capital de Ontario (2009 – 2018) bajo los consejos de su admirado José Manuel Calderón, DeMar DeRozan.
“Fue mi primer base, me hacía las cosas mucho más fáciles”, reconocía a MD el escolta. Pero fue también una tarde de morboso odio, el que siente y también expresa hacia Goran Dragic la bulliciosa afición de los Raptors, que no le perdona sus desprecios a la franquicia en entrevistas y redes sociales. Pero el paisano de Luka Doncic, tan ‘flamenco’, 16 puntos y dos retadores gestos de silencio tras dos triples. Pero ni los Raptors ni sus viscerales incondicionales se callaron. Al final, como siempre, todo el ruido absorbido por la estruendosa euforia por una nueva victoria de Toronto -sin minutos para Juancho-, y que alcanzó su clímax con el apoteósico mate All-Star de O.G. Anunoby con 1:30 por jugar.
Ni la ausencia su ejecutor y creador Pascal Siakam -dos semanas fuera por lesión-, ni la falta de inspiración -42,7% en tiros de campo y 27% en triples-, ni un plan tan concienzudo como el de los Bulls. A excepción de los Sixers -a quienes ganaron en el primer partido de los dos jugados en el Scotiabank Arena-, nadie pone la correa a los Raptors. Su mayor energía al final -más rebotes y más robos-, y un infalible Fred VanVleet -30 puntos y 11 asistencias- se llevaron por delante a Chicago, que llegó a disfrutar de ventajas superiores a los 10 puntos en la primera parte.
Como ‘rehén’ del dominio ‘raptor’, DeMar DeRozan, otro genio secuestrado por las marañas tácticas de Nick Nurse, que, con constantes 2×1 que se intensificaban a media pista y en las esquinas, dejaron al tan querido escolta en Toronto en 20 puntos, a más de la mitad de su su anterior exhibición contra los Celtics (46). Sólo le permitieron 9 tiros de campo y limitaron también su distribución, con 2 asistencias. Un ‘afectado’ más tras Darius Garland, James Harden y Trae Young. De nada le sirvió al equipo de Billy Donovan diversificar la producción anotadora a través de Nikola Vucevic (18), un ‘caliente’ Goran Dragic (16), Ayo Dosunmu (15), Patrick Williams (13) y Javonte Green (10).
El reto que significaba no contar por primera vez con Pascal Siakam -con el mejor Siakam, además, en un principio de temporada-, superó a los Raptors, pues no es sólo el camerunés su mayor anotador (25 puntos), sino su segundo mayor asistente (7,7 pases de canasta). Acabó haciendo lo que quiso Fred VanVleet –recién regresado de lesión y con qué ganas-, pero empezó pasando un mal rato ante la preparada defensa de los Bulls, que le aisló emn el primer cuarto defendiéndole con el drop en el bloqueo directo con el defensor del bloqueador, Vucevic, esperándole cerca del aro mientras su defensor pasaba las pantallas para quedarse en un 2/5 en tiros de campo y un 0/3 en triples.
En escena, haciéndose notar desde bien temprano, el ‘pesado’ de Alex Caruso, uno de los mejores defensores de la NBA. Sólo 4 puntos, pero su trabajo a destajo en otras facetas, con un doble-doble de 11 rebotes y 11 asistencias más 2 robos y 2 tapones, fue toda una demostración de que ni en la NBA a veces ser un anotador compulsivo lo es todo. La circulación de balón de los Raptors no fluía y las soluciones tampoco estaban en el perímetro (3/11 en triples en el primer cuarto).
Los Bulls se lo sabían bien para atacar. Les encantan a los Raptors los 2×1, aunque el que le hacían a Vucevic era también por necesidad, por la falta de tamaño para defender al potente pívot montenegrino. Christian Koloko (11 puntos), comprometido sustituto de Siakam también como compatriota suyo, se lio a meter tapones -6 en total y ¡3! en los primeros 6 minutos-, pero la cuestión es que el equipo de Illinois supo rotar para encontrar al hombre liberado en el perímetro en un serio primer cuarto (21-30). Pero sucede que a los Raptors, como cuarto mejor ataque de la NBA que son, se les caen los puntos. Entre sus hombres más prolíficos, Scottie Barnes (19 puntos y 10 rebotes). Empezó el ala-pívot a producir junto a VanVleet y comenzó Toronto a leer las ventajas y los triples a entrar. Continuar en el ‘pick-and-roll’ con pases bombeados para burlar a Vucevic fue una de las soluciones.
Mientras, en el otro lado de la cancha, Nurse le cortaba el suministro de juego a los Bulls con un permanente 2×1 a DeRozan. que obligó al escolta a soltar rápido el balón y a delegar en los demás sí o sí, lo que resultó en un colapso de la ofensiva de Chicago para sólo 19 tantos en el segundo parcial y en un 55-49 al descanso.
Los Bulls reordenan ideas tras el descanso
Y Donovan se la devolvió a Nurse: 2×1 constantes sobre Van Vleet para comenzar a cerrar el grifo en Toronto -ningún triple en el tercer cuarto-, pero, sobre todo, un reordenamiento de las ideas en ataque, alejando a DeRozan del balón, situando a Nikola Vucevic en la cabecera para lanzar triples y distribuir y, sacando tajada de los ‘dardos’ del ex, usando a Goran Dragic como frío ejecutor en el perímetro. Las transiciones también permitieron salir de la sequía a DeRozan, 9 puntos en el tercer cuarto. Pero se lo perdonaba el Scotiabank Arena, respetuoso con el escolta hasta con un hincha aclamando silbidos a pie de pista para el ’11’ en unos tiros libres. El silbado fue él.
El 83-82 con el que se afrontaba el último cuarto anunciaba emoción. Y, pese a la dinámica ascendente de los Bulls, los Raptors ataron el triunfo con un autoritario dominio en el rebote -19 a 10 capturas en este último parcial-, con un sensacional Fred VanVleet que disuadió a Chicago de los traps por lo bien que lo estaban haciendo sus compañeros, entre ellos, Anunoby (22 puntos en total), el que, con su monstruoso mate, levantó al Scotiabank Arena y hasta al rapero Drake, uno más entre la alborotada multitud.
Mala noche para DeRozan
Aunque ansiosos de reencontrarse con los Raptors este lunes en Chicago para completar el ‘back-to-back’, los Bulls, son otros de los que se vuelven del ‘Norte’ con el rabo entre las piernas. Como los Sixers, como los Hawks, como los Cavaliers, los únicos los Raptors que han conseguido ganarles. Y, a este paso, pronto lo empezarán a decir en Toronto: que pase el siguiente.