No es una final, ni siquiera unas semis. No se trata del partido definitivo para ganar una Liga, no descender o clasificarse para la Champions. Pero esta noche (Anoeta, 21 horas, Cuatro y Movistar) 16 jugadores y un entrenador de la Real pueden entrar en los libros de la centenaria historia del club como los integrantes del primer equipo txuri urdin que rubricó una gran remontada en Europa, los que facturaron la primera noche realmente inolvidable en el coliseo de Amara. Los partidos con tintes épicos dejan una huella imborrable en el disco duro de la memoria -cada realista tendrá tatuado alguno en sus neuronas- y el de hoy ante el AS Roma puede ser uno de esos que se siga contando dentro de cinco lustros. Jueves por la noche, calor, Europa League, un histórico italiano como la Roma, quizá el técnico más afamado del mundo, Mourinho, enfrente y la necesidad de una gesta para voltear el 2-0 de la ida. El partido tiene los ingredientes y alicientes para el seguidor realista. Si todo sale bien y ocupa una butaca azul, tendrá una bonita historia que contar por mucho tiempo.
Por eso, los jugadores que se vistan hoy de blanco y azul y escuchen cómo más de 30.000 almas vocean el Txuri Urdin como si no hubiese un mañana son aspirantes a entrar en la eternidad txuri urdin. Serán los protagonistas de esas historias permanentes en el tiempo: los artífices de la primera gran remontada. Merece la pena el esfuerzo, aunque la empresa sea realmente compleja. De lograrse la hazaña, luego quedarían unos cuartos, unas semifinales… pero nadie olvidaría la noche del 16 de marzo de 2023.
Fe a raudales
Y la Real tiene lo más importante para que se obre ese ‘milagro’: fe en lograrlo. Ésta se ha ido alimentando durante unos días que han sido de autoconvencimiento, de pensar que se puede, que, en términos de juego y ocasiones, los de Imanol no fueron menos en Roma, aunque sí mucho más inocentes en las áreas.
No, no está fina la Real, pero este partido trasciende a esa mala racha de juego y resultados. Para pasar, la Real necesita recuperar todo su fútbol, que lo tiene, y añadirle el componente de las entrañas y el orgullo, que le ayudará a sacar la afición. Sobre el campo pueden estar los futbolistas que le llevaron a conquistar Old Trafford o le catapultaron hasta la tercera plaza en Liga. Y además, está Silva, la mano que mece la cuna realista.
Y es que Imanol cuenta con toda la plantilla, salvo Aritz y Sadiq. Los cracks están disponibles y los que salieron de lesión como Oyarzabal, Merino o Silva, con mucho mayor rodaje. Es el escenario perfecto para que desempolven su mejor versión. Imanol quiere introducir “matices” en su equipo para sorprender a la Roma y convertir por lo menos el primer tramo del partido en un infierno. El técnico acudió al entrenamiento entonando en alto el ‘¡sí se puede, sí se puede!’.
Oyarzabal o Sorloth, la duda
Con respecto al partido de ida, se espera el retorno de Brais a la medular, donde la Real, a priori, hará gala de su ‘rombo mágico’ con el gallego, Zubimendi, Merino y Silva. Quedan más dudas en ataque, donde Kubo parece seguro y Sorloth y Oyarzabal pugnarían por la plaza que resta. La conexión del capitán con la grada es innegable. Tiene la antorcha para incendiar el partido.
En todo caso, Imanol cuenta con otros recursos como Momo Cho, Carlos Fernández o Barrenetxea, en previsión de que el partido puede ser largo y hará falta dinamita también en el tramo final y la prórroga si se llega.
La Roma también llegó ayer a Donostia con su plantilla al completo. Pellegrini jugará con un casco protector en la cabeza y hay jugadores como Bellotti, Solbakken o Diego Llorente que han protagonizado recuperaciones poco menos que milagrosas. Dybala apunta a ser el que intente sabotear los sueños de los realistas a la contra. Quizá reserven a Tammy Abraham en el banquillo.
2,4 millones en juego
Es lo menos importante, por supuesto, porque el sueño, todavía en pie pese a lo sucedido en la ida, es llegar a la final de Budapest del 31 de mayo. Pero en juego también hay dinero. La Real se juega nada menos que 2,4 millones de euros esta noche. Si gana, se embolsará 630.000 euros más a lo ya recaudado, 9,08 millones de euros en concepto de su participación deportiva. Pero es que si remonta y gana por más de dos goles a la Roma, hará caja con otros 1,8 millones, que es el premio por pasar a cuartos.
Se espera noche caliente, de emociones, mágica, en un Anoeta a rebosar, con 1.750 romanos en las gradas. Es un partido para la historia, para la memoria.