Los republicanos exhiben una defensa monolítica de Trump en el ‘impeachment’



Kevin McCarthy, líder de la minoría republicana en la Cámara baja. En vídeo, declaraciones de Donald Trump. SHAWN THEW (EFE) / VÍDEO: ATLAS
Donald Trump no hizo nada malo y la única motivación de los demócratas es impedir un segundo mandato del republicano. Es la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes y no el 45º presidente, por tanto, la que ha incurrido en un insólito abuso de poder al poner en marcha el proceso de impeachment. Así se resume la argumentación de los congresistas republicanos, aireada durante la mañana de un histórico martes en la que los demócratas han anunciado los cargos que presentarán en el proceso de destitución, iniciado a raíz del escándalo de las supuestas presiones del presidente al Gobierno ucranio para que investigara a sus rivales políticos.
En una conferencia de prensa convocada después de la comparecencia en la que la demócrata Nancy Pelosi ha presentado formalmente los artículos del impeachment, los dos cargos de abuso de poder y de obstrucción al Congreso a los que se enfrentará el presidente, el congresista republicano Steve Scalise ha acusado a la presidenta de la Cámara baja de “postrarse ante los elementos más radicales de sus bases”. “Estaban decididos a proceder con el impeachment independientemente de los hechos”, ha añadido Scalise. “Le hacen un impeachment porque tienen miedo de que salga reelegido. Ese es el abuso de poder”.

“El presidente no ha hecho nada susceptible de impeachment”, ha reiterado el líder de la minoría republicana en la Cámara, Kevin McCarthy. “Solo espero que ningún otro Congreso repita nunca lo que estamos pasando estos días”.
Los republicanos defienden que las evidencias reunidas estos meses por los demócratas no prueban que el presidente estuviera buscando su propio beneficio político cuando pidió a Ucrania que investigara a sus rivales electorales. La reacción de los congresistas confirma lo que ya se ha visto a lo largo de los más de dos meses de proceso: el impeachment tiene visos de recibir el rechazo monolítico de los republicanos, unidos sin aparentes fisuras en torno a la agresiva defensa que ha protagonizado Trump.
“¡Pura locura política!”. “¡Caza de brujas!”. Trump se ha desahogado en Twitter después de la presentación de los cargos. “Tanto el presidente como el ministro de Exteriores de Ucrania han dicho, muchas veces, que no hubo presión. Nadler [presidente del Comité Judicial] y los demócratas lo saben, pero se niegan a aceptarlo”, ha defendido.
Todo indica, así, que la votación seguirá fielmente las líneas partidistas. Incluso un republicano como el neoyorquino Peter King, moderado y que no se presentará a la reelección, el eslabón más frágil de la barrera de contención republicana, ha denunciado que los artículos del impeachment constituyen un “desvergonzado e infundado abuso del poder del Congreso por parte de los demócratas de la Cámara”.
La firme oposición de los republicanos no será obstáculo para que prospere el impeachment en sí mismo, ya que lo debe aprobar por mayoría simple la Cámara de Representantes, donde los demócratas gozan de una holgada mayoría desde las legislativas de noviembre del año pasado. Pero convierte en aún más remota la probabilidad de que se alcance en el Senado, controlado por los republicanos, la mayoría de dos tercios que sería necesaria para destituir al presidente.


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