“Nos estamos jugando el tipo pudiendo estar protegidos”. El anestesiólogo José Amorós, que trabaja en un hospital privado de Alicante, no oculta su indignación: “¿Qué te parecería ver que hay jubilados, parientes de médicos, profesionales que no están en primera línea ya vacunados de la covid, y tú, como trabajas en la sanidad privada, no lo estás?”. “Hemos ido a la justicia, nos ha dado la razón, pero no sabemos cuándo nos va a tocar. Ahora, por lo visto, faltan vacunas”, dice Amorós, que es además vocal de Medicina Privada de Alicante. Como cuenta Isabel Moya, presidenta del Colegio de Médicos de esa provincia, el 21 de enero pidieron medidas cautelarísimas para que la consejería les vacunara. El juzgado las concedió, pero aún no han recibido el tratamiento.
Este es el caso más extremo de una situación que ASPE, la patronal de la sanidad privada, lleva toda la semana aireando: que en varias comunidades sus profesionales sanitarios han sido los últimos en vacunarse. Y en algunos casos ni han empezado. Según datos de la patronal, el total de profesionales de la sanidad privada es de 312.000, de los que 93.000 están directamente implicados en hospitales y atienden a 12 millones de personas. “Estamos en primera línea de la covid”, señala Carlos Rus, su presidente.
“Nos constan muchas quejas, sobre todo de Galicia y la Comunidad Valenciana”, dice Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería. “Me dicen que eso está pasando en Galicia, País Vasco, Comunidad Valenciana y Extremadura“, decía el viernes Ayuso tras un rápido sondeo. “En Madrid, por ejemplo, no ha pasado y enviaron dosis a todos los hospitales a la vez, pero en otros sitios han dado prioridad a la pública”, afirma el enfermero.
De acuerdo con una nota del jueves de ASPE, en Canarias está a punto de comenzar la vacunación de la primera línea de sanitarios (UCI, urgencias, plantas covid y microbiología); en el País Vasco el Departamento de Salud ha comunicado que se vacunará a los profesionales de la sanidad privada después de los de la pública; en Galicia también han anunciado que lo van a hacer; Castilla y León no ha iniciado el proceso; en Navarra hay un plan para vacunar a toda la sanidad privada, pero se paralizo por falta de medicamentos; En Aragón, Andalucía, Baleares y Cataluña se está vacunando y en Madrid, La Rioja y Murcia no ha habido retrasos.
La patronal destaca que en Alemania, Austria, Francia, Grecia, Italia, Polonia, Rumanía y Suiza, por ejemplo, el personal de los hospitales privados recibe el mismo trato que el de los hospitales públicos y se programa su vacunación con calendario único.
Amorós resalta un aspecto que él cree que no se tiene en cuenta. Que cuando se habla de sanidad privada se piensa “solo en el señor que tiene un seguro”, pero se trata de un servicio que también ofrece la atención a los 1,4 millones de afiliados de Muface, la mutualidad de funcionarios. “Atendemos a profesores, soldados, militares y también a funcionarios de la misma consejería que no nos vacuna”, dice. En su caso, además, cuenta que los dos grandes hospitales públicos de Alicante, el General y el de San Juan, les han derivado sus urgencias porque están saturados con la covid. “Nosotros vemos a esos pacientes que tienen covid o que no sabemos si lo tienen. Estamos tan en primera línea como ellos”, concluye Amorós.
La Consejería de Salud valenciana ya ha empezado a mandar dosis a centros privados. “De momento ha enviado 200 a dos hospitales, y somos 1.500 contando solo los médicos”, se queja Moya. “A ver si aceleran”.
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