En una concentración ante la puerta del Ministerio de Economía, los sindicatos han advertido al Gobierno de que si no negocia para derogar la reforma laboral, la reforma de pensiones de 2013 y aumentar el SMI habrá más movilizaciones. Es significativo que sea ante la sede del departamento que dirige Nadia Calviño. En las más de 50 concentraciones que han convocado en toda España han acudido a las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno. En Madrid han optado por llevar su protesta cerca de la vicepresidenta tercera, el miembro del Ejecutivo menos cercano a sus reivindicaciones y la que tiene la última palabra, con permiso de La Moncloa, en la política económica.
Allí los líderes de CC OO, Unai Sordo, y UGT, Pepe Álvarez, han exigido al Gobierno que “abra una agenda social en este momento”, en palabras del primero. Esa agenda pasaría, especialmente, por empezar a negociar la derogación de la reforma laboral y de pensiones y el aumento del salario mínimo. “O hay negociación o hay BOE o las movilizaciones solo han empezado”, ha advertido Álvarez, quien inmediatamente después ha señalado que, de llegar, serían contenidas y ajustadas a las circunstancias de la pandemia.
El discurso de Sordo antes unas decenas de delegados sindicales con mascarillas y banderas —organizados en cuatro filas para intentar mantener la distancia de seguridad, algo que no acaban de conseguir en todo momento— empezó por recordar que los sindicatos han “arrimado el hombro” durante estos meses. Se refería a los acuerdos sobre ERTE “y sus prórrogas, al teletrabajo o a los decretos de igualdad salarial”. Pero a continuación ha empezado a dejar claro que el tiempo de que todo pase por contener los daños de la pandemia ya va quedando atrás: “Ha llegado el momento de desmontar la reforma laboral y lo queremos hacer recuperando la negociación colectiva”.
Álvarez, por su parte, ha empezado por reconocer “que se ha hecho mucho”, en referencia a las medidas adoptadas para contener la crisis, “pero es insuficiente”. “Que cumplan el compromiso de derogar la reforma de Rajoy”, ha exigido, y que el Ejecutivo suba el SMI. “En este ministerio, los trabajadores de seguridad también tiene que derecho a que suban sus sueldos, como los funcionarios que trabajan aquí, o las limpiadoras”, ha ilustrado gráficamente.
Un elemento que no se han dejado los líderes sindicales ha sido la exigencia al Gobierno de que negocie. Pero a continuación añade Sordo: “Ojalá haya acuerdos, pero que nadie lance el mensaje de que sin acuerdo no se hace nada. No se puede conceder derecho de veto”. Sin ser explícito, este sindicalista está exigiendo que las patronales CEOE y Cepyme, más reacias aceptar cambios en la reforma laboral, no pueden instalarse en el inmovilismo para evitar modificaciones legales que no quieran.
Este mensaje se dirige al Gobierno, pero, sobre todo, a la vicepresidenta Calviño para que no se repita el episodio del SMI a finales del año pasado, cuando, ante la ausencia de pacto, no se subió, siguiendo la línea marcada por la titular de Economía.
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