Los sindicatos UGT y CC OO han reclamado este domingo el desbloqueo de la negociación colectiva para hacer frente a las altas tasas de inflación y han hablado de “elevar la tensión” si las organizaciones empresariales, CEOE y Cepyme, siguen sin aceptar la incorporación de cláusulas salariales para mantener el poder adquisitivo. “De la crisis de la pandemia salimos gracias a la corresponsabilidad y ahora esa corresponsabilidad está brillando por su ausencia. No puede ser que las empresas salven sus beneficios y que los trabajadores volvamos a perder poder adquisitivo”, ha lamentado el secretario general de CC OO, Unai Sordo. Por su parte, Pepe Álvarez, líder de UGT, ha celebrado los efectos de la reforma laboral sobre el empleo y ha exigido que se reconfigure el despido para evitar que “se pueda continuar despidiendo por cualquier cosa”.
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50.000 personas, según los organizadores, alrededor de 10.000 a tenor de los cálculos de la Delegación del Gobierno, se han manifestado por el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en las calles de Madrid bajo un sol abrasador. En todo el territorio nacional las marchas han sido más de sesenta, y han movilizado a medio millón de personas, según los sindicatos convocantes. En la cabecera de la manifestación de Madrid han estado presentes, además de los líderes de UGT y CC OO, figuras muy representativas del Gobierno, como la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; la portavoz y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez; la ministra de Educación, Pilar Alegría, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón. Junto a ellos también han acudido figuras de la política madrileña como Mónica García, de Más Madrid ―que ha estado arropada por el diputado de esta formación en el Congreso, Iñigo Errejón―; y Juan Lobato, secretario general de los socialistas en Madrid.
Ambiente durante la marcha en Madrid. Jaime Villanueva
Minutos antes de que diera comienzo la concentración, Díaz ha anunciado que en los “próximos días” se constituirá una comisión de expertos para poner en marcha lo que ha denominado como “gran reforma del derecho laboral”; y que en un plazo de “pocas semanas” se abordará también con los agentes sociales “una ley de participación institucional” con la que se pretende “seguir mejorando la vida de la gente”. Esta reforma en la que se trabaja tiene como objetivo primario, en palabras de la vicepresidenta, la elaboración de un “Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI”, y dejar atrás los “tintes autoritarios” del actual.
La ministra de Trabajo también se ha felicitado por las conquistas sociales pactadas en los últimos meses. “Hemos subido el salario mínimo interprofesional (SMI) un 36%; hemos hecho leyes de igualdad retributiva para las trabajadoras de nuestro país; hemos hecho leyes para los vulnerables”, ha recordado. “Mereció la pena este esfuerzo del Gobierno en coalición, la lucha, la reivindicación de cada Primero de Mayo combatiendo los recortes y los retrocesos de las derechas”, se ha sumado la ministra portavoz, Isabel Rodríguez.
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Tanto en el inicio de la marcha en Madrid, que ha partido desde la Gran Vía hasta Plaza de España, como en el final, sindicalistas y políticos han tenido palabras de solidaridad para el pueblo ucranio, asediado desde hace más de dos meses por el Gobierno ruso de Vladímir Putin. “Hoy es un día de lucha internacional y nuestro recuerdo primero tiene que ser para los trabajadores de Ucrania y sus organizaciones sindicales, que padecieron primero la persecución de su Gobierno ultraliberal, y ahora las bombas de Putin”, ha indicado Álvarez.
“Las reivindicaciones no han hecho más que empezar”, han advertido los secretarios generales de UGT y CC OO. “Si no hay acuerdo [de negociación colectiva], la conflictividad en nuestro país está servida”, ha dicho Álvarez al cierre de la manifestación. “Como todo el mundo sabe, el Acuerdo de Negociación Colectiva (AENC) está bloqueado. Y si no se desbloquea, los sindicatos llevaremos a cabo un proceso de movilización creciente en torno a la negociación de los convenios”, ha asegurado Sordo, quien también ha alertado del peligro de la entrada de partidos como Vox en las instituciones. “Hay que desenmascarar a aquellos que lanzan mensajes a los trabajadores y votan en contra de la subida del SMI, de la revalorización de las pensiones y de la reforma laboral. Hay que recuperar un contrato social para el siglo XXI como forma de contraponerse al neofascismo”, ha remachado.
“Al lado de los trabajadores”
En Barcelona, miles de manifestantes han marchado por la vía Laietana, desde la plaza de Urquinaona. En otras ciudades como Girona y Lleida también han salido a la calle los sindicatos mayoritarios tras la pancarta: La solución: subir salarios, contener precios, poner fin a las desigualdades.
El líder de UGT Cataluña, Camil Ros, se ha felicitado de celebrar el día “en mejores condiciones”, recordando así la aprobación de la reforma laboral que se pactó con la patronal. Sin embargo, tanto él como su homólogo de CC OO, Javier Pacheco, han instado a que el nuevo cálculo de la subida salarial se haga teniendo en cuenta el IPC. Con esa fórmula, han defendido, no son los trabajadores los que pagan “los platos rotos” de la crisis desatada por el aumento de la inflación. Pacheco se ha referido a la larga disputa entre el Ejecutivo catalán y el sector educativo y ha calificado al Govern de “soberbio” por no pactar con la comunidad educativa cambios de calado como la reforma del calendario escolar.
Pancarta exigiendo salarios dignos en la manifestación del Día Internacional del Trabajador en Girona.toni ferragut (LA NETA NETA)
El jefe de la oposición en Cataluña, el socialista Salvador Illa, también ha participado en la manifestación y ha sacado pecho de la subida del salario mínimo y la reforma laboral. “Es momento de recordar quién está al lado de los trabajadores y quién no”, ha continuado, en un claro ataque a ERC, que no quiso apoyar los retoques en la normativa laboral que en su día había aprobado el PP y cuya modificación consideró insuficiente.
Desde las filas republicanas le ha respondido el diputado en el Parlament y extitular del Departamento de Trabajo, Chakir El Homrani. “Está claro que hacen falta mayorías parlamentarias [para defender los derechos de los trabajadores]. Pero es necesario que no se conculquen derechos fundamentales, como la participación política y de movilización, el derecho a comunicaciones privadas o el derecho de reunión”, ha dicho en referencia al escándalo de espionaje a independentistas a través del software Pegasus que denuncian los investigadores canadienses del Citizen Lab.
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