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Los Sixers doman a los Hawks con un Embiid imperial

Joel Embiid hizo un poco de todo anoche para amarrar la victoria de los Philadelphia 76ers en casa de los Atlanta Hawks por 111-127, que vieron como un potente tercer cuarto de su rival sentenciaba el 2-1 en la eliminatoria de Semifinales de Conferencia Este.

A pesar del desgarro en un cartílago de su rodilla derecha, Embiid sigue jugando el mejor baloncesto de su carrera profesional en este final de temporada en que los Sixers apuntan al anillo. Con 27 puntos, 9 rebotes, 3 tapones y 8 asistencias, su récord de pases de canasta en unos playoffs, el pívot camerunés dominó una vez más a placer el ritmo del partido.

Después de caer en el primer partido ante Trae Young y compañía, Philadelphia parece haber retomado el control de la serie con dos triunfos seguidos en la eliminatoria.

Tobias Harris, con 22 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias, y Ben Simmons, con 18 tantos y 7 asistencias, ayudaron al equipo dirigido por Doc Rivers a imponerse con claridad en el encuentro. En el tercer cuarto, un parcial de 11-0 permitió a los Sixers huir en el casillero después de dominar el marcador desde el primer período.

El parcial final de cuarto fue de 34-19, lo que permitió a los Sixers gestionar un liderato de hasta 22 puntos en el tramo final. Young, con 28 puntos y 8 asistencias, lideró el insuficiente esfuerzo local.

Los Hawks tan solo lideraron en los primeros compases del tercer partido, hasta un 11-10 que marcó su última ventaja en el choque. John Collins, con 23 puntos y 7 rebotes, y Bogdan Bogdanovic, con 19 tantos, colaboraron con su referente desde el quinteto titular.

Los locales intentaron frenar a Embiid con una defensa basada en los dos contra uno que sirvió de mucho, ya que el pívot estuvo acertado desde la línea personal con 12 de 16 aciertos.

El camerunés, una vez más, asustó a su afición cuando se dolió de una de sus piernas tras pisar a Clint Capela en la lucha por un rebote. Embiid cojeó e hizo gestos de dolor, pero luego descartó nada grave en la rueda de prensa posterior al partido.

Quién sí se lesionó fue Danny Green, que se marchó al vestuario en el primer cuarto con un tirón muscular en la pantorrilla derecha, una lesión que apunta a dejarle fuera más de un partido. En la eliminatoria, el veterano campeón de la NBA no ha sido un factor decisivo con promedios de 4,5 puntos por encuentro.

Desde el banquillo, el turco Furkan Korkmaz aportó 11 puntos en el cuarto inicial y terminó el partido con 14 puntos
y un +24 en valoración, la mejor del choque.

Esas aportaciones de secundarios, y más todavía cuando se lesionan jugadores como Green, son las que marcan la diferencia entre un equipo de playoffs y un equipo de campeonato. Para ganar se necesitan a las estrellas y a mucho más que ellas.


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