Ocho años atrás, en 2015, todos los jugadores de los Miami Heat saboreando un día de descanso, Josh Richardson -rookie entonces y ahora en los San Antonio Spurs-, se encontraba practicando tiro. Quería convencer al entrenador del conjunto de Florida, Erik Spoelstra, que tenía sitio en los Heat más que en el de la G-League. ‘Spo’, ahí presente, lo vio. Pero con eso no le valía.
– Tienes que lanzar 100 tiros y meter 70, le desafió el técnico.
Richardson aceptó, pero sólo acertó 57. Cinco esprints a lo largo de la pista con ida y vuelta. Vuelta a empezar. Sólo 64 aciertos. Otra vez a cumplir el castigo de las carreras. “¡Compite contra ti mismo!”, le chillaba el técnico. 69 en la tercera tentativa y, hasta el cuarto intento, nada. Ya no podía con su alma. Pero Spoelstra, en esta inspiradora historia que explica Jason Quick en The Athletic, le convenció y al final acabó orgulloso de él.
Ten a un exigente y fantasioso loco en el banquillo y unos jugadores que crean en él, que se mueran por él, y podrás llegar con ello hasta el fin del mundo.
He aquí la esencia, la explicación de estos Heat, de lo que han hecho, plantarse en las Finales de Conferencia por segunda temporada consecutiva tras despachar anoche para celebrar el 4-2 a unos más que peleones New York Knicks (96-92), exprimiéndose ellos a más no poder y al límite su estrella, 41 puntos de Jalen Brunson en 45 minutos tras zamparse los 48 de Game 5. No necesitó tanto Miami de la suya, 24 para Jimmy Butler.
Hace un mes, sudaban para deshacerse de los Bulls en el segundo partido del play-in después de una preocupante imagen ante los Atlanta Hawks en la primera oportunidad. Presentándose a los playoffs como el peor ataque, perdían a Victor Oladipo y Tyler Herro, de lo mejor -Herro es el mejor tirador-, en un equipo hecho de restos, de sobras, de jugadores que no quiere nadie -el conjunto de playoffs con más jugadores no drafteados con 7-, con un veterano como Kevin Love al que los Cavaliers dieron el finiquito a media temporada.
Otro como Kyle Lowry cuyos mejores días supuestamente habían pasado. Trayendo al devaluado Cody Zeller -sin equipo-, porque el mercado no ofrecía nada mejor en febrero para añadir más profundidad a la pintura. No muchas más estrellas más allá de Jimmy Butler, el chico de moda. Pero un entrenador con muchas ideas y unos jugadores que las siguen con los ojos cerrados para ejecutarlas como autómatas dejándose llevar por la corriente del fenómeno Butler, 23 puntos de media en la temporada regular, 32 en la fase por el título.
Así que tiene sentido que el octavo del Este echara a la calle al campeón y mejor equipo de la campaña regular de la NBA como los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo con un 4-1 y ahora a los New York Knicks. Nadie les esperaba tampoco en este punto al hacer ellos también su machada con su 4-1 a los Cavaliers, pero el séquito de Jalen Brunson no cumplió de la misma manera que el de Butler
Es la segunda vez que el octavo comparece en las Finales de Conferencia. El primer y único hasta ahora -porque la historia es sabia y el orden cómo sucede todo no es casualidad -, los Knicks, en 1999. Y por el camino eliminaron en primera ronda, sí, a los Heat. Aquel conjunto neoyorquino dirigido por Jeff Van Gundy y con Patrick Ewing y Rick Brunson, padre de Jalen Brunson. Sólo pudieron con ellos en las Finales los Spurs de las ‘Torres Gemelas’, Tim Duncan y David Robinson.
Jalen Brunson, llegada al estrellato para quedarse
Brunson es una barbaridad de base. Sujeto a las órdenes de Luka Doncic como su segundo hasta el año pasado, su ascenso al estrellato ha sido meteórico y parece que para quedarse, derrochando calidad y personalidad -sin rendirse ni a la tremenda exigencia física y mental que supone encadenar choques de 48 y 45 minutos-, con esos 41 tantos -14/22 en tiros de campo y 5/10 en triples-, tras los 38 del miércoles.
Pero, en lo que será un valioso aprendizaje para la franquicia y el base, no puedes someter a tu líder a tal esclavitud por mucho que la acepte. Como tampoco que su principal apoyo –Julius Randle-, se marque una actuación tan paupérrima la noche decisiva con 15 puntos y un 3/14 en tiros de campo, nada que ver con los 23 de Bam Adebayo como escudero de Butler
Como también es inviable que Brunson tenga que chocar con todo y pensar cada instante algo diferente porque la espera un enjambre de jugadores debido a que sus compañeros no pueden abrir la pista -un 28% en triples-, y que el equipo acabe con 13 asistencias -25 de los Heat-. Es lo que pasa cuando tu único sistema a la hora de la verdad es tu estrella.
Pero la temporada ha sido de provecho para los Knicks, por el viaje a playoffs como por su destino final, sin participación en la fase por el título el curso pasado y tras 10 años sin unas Semifinales de Conferencia, las de aquellos Knicks de Carmelo Anthony.
La prioridad este verano será añadir sobre todo tiro en un ataque en el que Brunson echó en falta la contribución de otros en un duelo siempre con rentas ajustadas con los Heat tomando la iniciativa en la segunda mitad. Tras los 15 de Randle, apenas los 11 de un RJ Barrett incapaz de convertir más de un lanzamiento -1/10-, y los 11 desde el banquillo de Hart.
En la segunda unidad de Miami, Max Strus aportó 14 y 11 y 9 asistencias Lowry en pleno auge de su segunda juventud, tan correoso como pillo con también 3 robos y un tapón. Butler volvió a tener que pasar por la dura defensa de Grimes primero y Hart después pero -pese a su 7/22 en tiros- supo sacar tajada del contacto para ir a la línea de tiros libres y golpear desde el poste, con un Adebayo haciendo mucho daño en la continuación del ‘pick and roll’.
Los Knicks lo fiaron todo al final a únicamente Brunson, planteamiento insostenible tanto ante unos Heat encantados de que solo un jugador les tuviera que ganar el partido. Capaz de llevar a su equipo lejos con LeBron, Wade y Bosh como hizo con los anillos de 2012 y 2013, también lo es Spoelstra de hacerlo con ‘cuatro cañas’ -7 Finales de Conferencia en total en 13 años-, y ni para
Sixers o Celtics será agradable tener que lidiar con estos infinitos Heat para que la jubilación definitiva de Udonis Haslem siga esperando. Ningún octavo ha ganado nunca el título. Parece un disparate. Pero, con estos Heat, nunca digas nunca.
Miami Heat
9692
New York Knicks
Heat (96): Love (3), Butler (24), Adebayo (23), Vincent (7), Strus (14). Banquillo: Robinson (6), Martin (8), Zeller (0), Lowry (11), Haslem (-), Highsmith (-), Jovic (-), Yurtseven (-).
Knicks (92): Randle (15), Robinson (2), Brunson (41), Barrett (11), Grimes (3).
Banquillo: Toppin (7), Hartenstein (2), McBride (0), Hart (11), Rose (-), Fournier (-), Jeffries (-).
Parciales: 24-31 / 27-19 / 23-21 / 22-21
Árbitros: Scott Foster, Tre Maddox, Kevin Scott
Incidencias: sexto partido de las semifinales de la Conferencia Este de los playoffs de la NBA 2023 disputado entre los Heat y los Knicks en el Kaseya Center de Miami, Florida, ante de 19.737 espectadores. Miami gana la eliminatoria por 4-2.
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