Como es tradición, en paralelo a la Copa del Rey de baloncesto también se celebró la Minicopa. En la competición para adultos, el campeón fue el Unicaja de Málaga, que tras eliminar a Barça y Real Madrid se llevó el segundo título de su historia tras superar al Lenovo Tenerife.
Pero justo antes de la gran final ante el conjunto aurinegro, el Olímpic de Badalona (con récord de asistencia en una final de Minicopa incluido) fue testigo de una de las mayores exhibiciones que se recuerdan en el baloncesto formativo.
Mahamadou Landoure, estrella del Real Madrid, se fue hasta los 56 puntos, 33 rebotes, 14 faltas recibidas y 5 tapones para un total de 82 de valoración. Números impresionantes que reflejan a la perfección lo visto en la pista: era infinitamente superior a todos, compañeros y rivales. Como no podía ser de otra forma, el joven jugador de 13 años y 2,11 metros terminó llevándose el MVP.
Un pasado azulgrana
A pesar de empezar ganando y no perder opciones de triunfo en ningún momento, el Barça terminó sucumbiendo ante lo que un día fue suyo. Landoure jugó la anterior Minicopa como invitado con los azulgranas, que no supieron sacarle provecho a su descomunal físico. Este año jugó con en el Real Madrid, con el que desmotró su exponencial mejoría respecto la temporada pasada.
Mahamadou Landoure hizo una exhibición en la final de la Minicopa.
La cantera blanca es probablemente la mejor de Europa y Landoure es otra prueba de ello. A pesar de ser muy superior físicamente, el joven interior tenía muchos recursos técnicos, finalizando bien con ambas manos, realizando movimientos en el poste e incluso exhibiendo buena muñeca desde el tiro libre (14/24), algo importantísimo para alguien de sus condiciones. Todos los presentes en el Olímpic notamos que se había trabajado mucho y muy bien con él: no solamente era más alto y más fuerte que los demás.
La NBA, su gran objetivo
Inevitablemente, el gran sueño del jugador es la NBA. No sería el primer jugador de Mali en lograrlo, ya que Soumaila Samake y Cheick Diallo abrieron las puertas para los jugadores del país africano, pero es una motivación presente en Landoure.
A nadie sorprende que su gran ídolo sea Shaquille O’Neal: intimidadores, fuertes y con especial interés en maltratar el aro. “Es uno de los mejores jugadores de la historia y me gusta su estilo de juego. Veo muy a menudo sus videos antiguos y me inspiran mucho en mi progreso y mi aprendizaje. También juego en la posición de pívot y me gustaría tener una gran carrera”.
Muchas similitudes en el juego de ambos que Landoure espera exhibir en la mejor liga del mundo: “Aspiro a convertirme en un profesional de pleno derecho y evolucionar al más alto nivel. Y de cara al futuro, no me pongo límite. Sueño con jugar en la cima más alta del baloncesto mundial y, por qué no, jugar en la NBA.