Los Phoenix Suns han abandonado de una vez por todas su forzado y largo letargo, liberados de esa espiral negativa de malos resultados y lesiones. Si les quedaba algún complejo, algún pero a su candidatura al anillo, se despojaron de él con una victoria de mucho prestigio ante los mismísimos Celtics y en el imponente TD Garden (94-106). Sin todavía Devin Booker -tampoco Landry Shamet ni Cameron Payne-, pero con el eterno y elegante Chris Paul -15 puntos y 8 asistencias-, dirigiendo con maestría a los suyos, con un plan ejecutado de manera impecable en ambos lados de la cancha. El sonrojante 132-100 ante los Hawks no era más que pasado.
El mejor escudero de CP3, el que nunca falla ni en un aro ni en otro, Mikal Bridges, punta de lanza en ataque con 25 tantos y cabeza visible del entramado ante el que todavía pudo sobrevivir Jaylen Brown -27 puntos con un decente 9/21 en lanzamientos pero un 3/12 en triples y ante el que, simplemente, se achicó Jayson Tatum, 20 escasos tantos afeados por un horrible 3/15 en tiros y un 3/10 en triples, incapaz el potencial MVP de meter un solo tiro de 2 y teniendo que recurrir a los tiros libres (11/12) para decorar su expediente.
Tatum fue el ‘rehén’ del inexpugnable plan con el que secuestraron los Suns a la ofensiva de los Celtics, desubicados sin Marcus Smart. La franquicia de Arizona no otorgó ni la mitad de concesiones de los Nets y los verdes, sin encontrar caminos al aro en los primeros segundos de posesión y limitadas las transiciones, sufrieron colapsos intermitentes en el cinco contra cinco.
La zona de Phoenix -a la que se unió una gran defensa de los duelos individuales y fugaces rotaciones defensivas-,dejó sin respuesta a Boston. Sin Smart, deben asumir más trabajo Tatum y Brown para generar sus tiros y los fallos concatenados entregan más puntos al contraataque. Las escasas 18 asistencias con las que terminaron los chicos de Joe Mazzulla -frente a las 28 de los Suns-, delataron el bloqueo ofensivo. Una de las más notorias consecuencias, el 26% en triples de los de Massachusetts ante el 38% de los de Arizona.
Si Bridges representa lo que siempre ha caracterizado a estos Suns de Monty Williams, el perfecto equilibrio entre ataque y defensa, Chris Paul ilustra algo como el ideal de jugador veterano. Camino de los 38 años, el base seguirá jugando el tiempo que quiera porque apenas que sólo debe ejercitar la mente.
Aunque más eclipsado en la segunda parte por la defensa más agresiva de Boston, impartió cátedra en una fabulosa primera parte –11 tantos con un 4/7 en tiros, un 1/2 en triples y 6 asistencias-, seleccionando con una precisión exquisita los lanzamientos y los riesgos en el pase para asistir. Como mandaba él, mandaban con claridad los de Williams al descanso (44-57).
Pero los verdes, con mentalidad y recursos para revertir cualquier situación, iban a casi reestablecer el ‘orden’ con el 73-74 al final del tercer parcial como reflejo. Los Celtics empezaron a aplicar una defensa más intensa sobre CP3 que empezaba hay a media pista, tarea en la que estuvo sobresaliente sobre todo Derrick White.
Aislado el base, lejos del aro tras salida de bloqueo como para poder zarandear con su tiro de media distancia, dejó de fluir el juego de los Suns. Pero se conoce bien un Paul que no quiso forzar en exceso y que pese a ver ralentizado su juego no cometió una sola pérdida. Los fallos y consiguientes transiciones de Phoenix proveyeron puntos al equipo de Joe Mazzulla, en el que empezaron a producir en masa los ‘Jays’ -12 puntos para Tatum y 11 para un Brown que se abrazaba a su tiro de media distancia.
Sin embargo, la realidad era que los Celtics anotaban más en base a los tiros libres de Tatum y lanzamientos de altísima dificultad de Brown ante toda la zona de los Suns reagrupada. Luciendo espíritu de equipo, el rato en el banquillo de Paul vino bien a Phoenix, que empezó a mover más el balón y a descolocar la defensa de los Celtics encadenando manos a mano. Aunque pudo dejar Robert Williams III su espectacular tapón de turno, tan ‘furioso’…¡que mandó el balón a la grada!.
A veces, retirar al ‘bueno’ viene bien para fomentar la creatividad en los demás y, como paradigma de ello, unos Suns en los que casi todos marcaron o rozaron los dobles dígitos, con dobles figuras no sólo para Bridges (25) y Paul (15), también para un Damion Lee con impacto desde el banquillo (11), y para Dario Saric y Deandre Ayton, con sendos dobles-dobles, 14 puntos y 13 rebotes para el croata y 13 tantos y 10 capturas para el bahameño.
Con el valioso aprendizaje del año pasado de que la temporada regular no lo es todo -el equipo con mejor récord de la NBA con 64-18-, los Suns parecen haber superado lo peor. Si presumen de mentalidad más dura estos Celtics, también el equipo de Williams, con peor situación hoy en la tabla en el ‘enredo’ que hay en el igualado Oeste, pero con ese hábito adquirido de sufrir que apenas pusieron en práctica el curso anterior y que añoraron ante Doncic y sus Mavericks a la primera que tuvieron que arremangarse, en Semifinales de Conferencia. .
Nadie dice que le vaya a pasar lo mismo al poderoso líder del Este. Pero no estaría mal que en Boston sacaran de esta derrota esa moraleja.