Los talibanes buscan puerta por puerta a excolaboradores de las tropas extranjeras y funcionarios del antiguo Gobierno

Talibanes patrullan las calles de Kandahar este jueves durante la celebración del 102º aniversario de la independencia de Afganistán.
Talibanes patrullan las calles de Kandahar este jueves durante la celebración del 102º aniversario de la independencia de Afganistán.STRINGER / EFE

Un informe de la ONU, realizado por un experto en evaluación de riesgos, desmiente las garantías de seguridad dadas por los talibanes a los excolaboradores de las tropas internacionales y miembros del antiguo Gobierno, a los que los insurgentes aseguraban no tener intención de perseguir ni castigar. Según el informe confidencial, los talibanes han intensificado en la práctica la búsqueda de desafectos, incluso entre la multitud agolpada en torno al aeropuerto de Kabul, y amenazado con matar o detener a miembros de sus familias si no consiguen dar con ellos.

La campaña de relaciones públicas lanzada desde el primer momento por los insurgentes, que los presenta en las redes sociales con actitudes más moderadas que durante su anterior mandato (1996-2001), se desdibuja así ante las conclusiones del texto, que asegura que, según numerosas informaciones, existen listas de objetivos con sus nombres y ubicaciones para darles caza. Además, el documento confirma la búsqueda casa por casa “deteniendo y/o amenazando con matar o arrestar a miembros de la familia de individuos concretos hasta que estos se entreguen a los talibanes”.

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El documento, fechado este miércoles, fue entregado a Naciones Unidas por el Centro Noruego de Análisis Globales, un centro de expertos que suministra información de inteligencia a las distintas agencias del organismo internacional. Además de excolaboradores de las tropas internacionales, también corren riesgo de represalias miembros del Ejército y la policía del depuesto Gobierno, así como de fuerzas especiales.

El informe confidencial incluye copia de una carta remitida el lunes a un funcionario afgano no identificado que trabajó en su día en labores de contrainsurgencia para las tropas de EE UU y el Reino Unido. En la misiva, el objetivo, que logró esconderse poco antes de que los insurgentes entrasen en su vivienda, era invitado a contactar con la llamada Comisión de Inteligencia del Emirato Islámico de Afganistán, como los talibanes denominan el país. En caso de no presentarse, sus familiares “serán tratados según la sharía”, o ley islámica, advertía el mensaje.

Las razonables dudas acerca del comportamiento de los talibanes -basadas en su experiencia de gobierno anterior- se han multiplicado a la vista de su brutalidad en los accesos al aeropuerto internacional de Kabul, única vía de salida del país para miles de afganos, mientras la resistencia de los afganos alcanza la capital del país con protestas similares a las vividas en otras provincias. Según alertó este miércoles un cable de la Embajada de EE UU, la situación en torno al aeródromo estaba fuera de control, pese a las garantías dadas por los nuevos gobernantes de Kabul. “El Gobierno de EE UU no puede garantizar un acceso seguro al aeropuerto internacional Hamid Karzai”, indicó la legación en una alerta de seguridad. “Las condiciones de seguridad en Kabul, aeropuerto incluido, continúan cambiando rápidamente”.

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La advertencia de la Embajada es congruente con la denuncia del informe en poder de la ONU, pero también con las declaraciones del presidente Joe Biden, que este miércoles, en una entrevista en la cadena de televisión ABC, confirmaba la existencia de incidentes en torno al aeropuerto. “Están teniendo… estamos teniendo algunas dificultades con aquellos que nos ayudaron mientras estuvimos aquí”, dijo en referencia a los excolaboradores de las tropas extranjeras. No obstante, el mandatario insistió en la colaboración de los talibanes al permitir a los ciudadanos estadounidenses el acceso a las instalaciones. “Una de las cosas que no sabíamos es lo que los talibanes iban a hacer al respecto. Pero están cooperando, permitiendo a los estadounidenses salir [de Kabul], al personal de las embajadas, etcétera”. Muy distinta suerte corren los desesperados afganos, como subraya el informe remitido a la ONU.

En una comparecencia en el Pentágono, el general Hank Taylor ha informado este jueves de que el número de efectivos de EEUU en Kabul supera los 5.200 y de que la seguridad de los vuelos de evacuación está garantizada, así como la apertura de nuevos accesos al recinto aeroportuario. Desde el 14 de agosto, EE UU ha evacuado a unas 7.000 personas; unas 12.000 en total desde finales de julio entre ciudadanos estadounidenses, personal de la Embajada, afganos solicitantes de la visa especial a la que tienen derecho como excolaboradores de las tropas extranjeras (SIV, en sus siglas inglesas) y otros evacuados.

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