Como Samsung (re) dio a conocer su teléfono plegable plegable la semana pasada, seguí viendo la misma pregunta en mis círculos sociales: ¿por qué?
Me preguntaba lo mismo, para ser honesto. No estoy seguro de que incluso Samsung lo sepa; al final me ganarían, pero solo un poco. El “Modo Flex” plegado a la mitad, estilo laptop, le permite colocar el teléfono sobre una mesa para realizar videollamadas con manos libres. Eso es bastante bueno, supongo. Pero … ¿es eso?
La mejor respuesta a “¿por qué?” Se me ocurrió que hasta ahora no es muy satisfactorio: porque pueden (tal vez). Y porque necesitan hacer algo alguna cosa.
Viajemos en el tiempo a principios de la década de 2000. Los teléfonos eran raros, variados y ningún fabricante sabía realmente qué iba a funcionar. Teníamos flipphones básicos y Nokia ladrillos indestructibles, pero también teníamos teléfonos que giraban, se deslizaban e incluían teclados físicos gruesos que parecían absolutamente cruciales. El compinche! LG Chocolate! BlackBerry Pearl! La mayoría eran bastante malos para los estándares de hoy, pero al menos era fácil distinguir un modelo del siguiente.
(Foto de Kim Kulish / Corbis a través de Getty Images)
Luego vino el iPhone en 2007; una losa rectangular de vidrio definida menos por botones e interruptores físicos y más por el software que la alimentó. El dispositivo en sí, una silueta. Hubo dudas sobre esta fórmula, inicialmente; el primer Android Los teléfonos se envían con teclados giratorios, trackballs y varias almohadillas deslizantes. A medida que aumentaron las ventas de iPhone, los botones, controles deslizantes y teclados de todos los demás se redujeron a medida que los diseñadores emulaban el factor de forma del iPhone. La mejor respuesta, al parecer, era simple.
Doce años después, todo se ha vuelto igual. Los teléfonos se han vuelto … aburridos. Cuando todos intentan construir un mejor rectángulo, la batalla se convierte en una de las especificaciones de hardware. ¿Cuál tiene la CPU más rápida? La mejor camara?
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