Los Minnesota Timberwolves dejaron sin fiesta a los Sacramento Kings y a su público, que esperaban sellar su pase a los playoffs anoche con una victoria que finalmente cayó del lado visitante. El triunfo por 115-119 de los Wolves, su cuarto consecutivo, fastidió lo que debía ser una noche histórica para los locales y, de rebote, también complicó la vida a los Golden State Warriors, que se quedan ahora fuera de los puestos de clasificación directa para la postemporada de la NBA.
Con un balance de 39 victorias y 37 derrotas, la franquicia de Minneapolis depende ahora de sí misma para mantener la sexta plaza que da acceso directo a los playoffs. Con su back-to-back victorioso ante los vigentes campeones y el equipo revelación de la temporada, demostraron que son capaces de molestar a más de uno antes de que termine el curso.
Con un brillante esfuerzo coral, los visitantes no temblaron a pesar del rugido de la afición local, una de las más célebres y bulliciosas en la liga estadounidense. Después de situarse 13 arriba en el primer cuarto, los Wolves vieron como su rival se recuperaba para mandar al descanso por 58-57 gracias al liderazgo de Domantas Sabonis, autor de 24 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias. Remando jugada a jugada, los visitantes consiguieron abrir un hueco de 10 puntos a 4 minutos de la conclusión que resultó definitivo.
Jaden McDaniels, con 20 puntos y el mate feroz que selló el triunfo, capitaneó a un grupo con siete jugadores en dobles dígitos de los nueve que jugaron para Chris Finch. Sin poder contar con Karl-Anthony Towns, baja por gestión física en el back-to-back, Rudy Gobert (16) y Anthony Edwards (17) dieron un paso al frente. Naz Reid, con 18 puntos desde la segunda unidad, también resultó clave en el esfuerzo balanceado del equipo.
Los Kings, que contaron con 29 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias de De’Aaron Fox y 19 de Harrison Barnes, jugaron más tiesos de lo habitual quizás afectados por la presión ambiental. No iba a ser una noche cualquiera, ya que la ciudad esperaba cortar una sequía de 16 años sin pisar los playoffs. Fue una pequeña decepción para las gradas, que ahora deberán celebrar desde casa la clasificación definitiva. Llegará, si no hay más sorpresas, en alguna de las dos visitas seguidas a Portland esta misma semana.