Los tribunales desmontan el ‘caso SGAE’ diez años después


El gran éxito musical de Teddy Bautista se titula Get On Your Knees. En él, el compositor clama: “Ponte de rodillas y reza, reza, reza”. Lo escribió para Los Canarios en 1968, año en el que estuvo entre las canciones más vendidas en varios países. La pieza suena aún hoy exuberante. Eduardo Teddy Bautista (Las Palmas de Gran Canaria, 77 años) ha dejado de rezar después de casi una década arrodillado. La Audiencia Nacional le ha absuelto a él y a otros nueve acusados por el presunto desvío de fondos de la entidad que dirigía hasta 2011, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). La Fiscalía pedía penas que iban desde 12 años y medio a dos años de cárcel. Esta sentencia absolutoria se suma a la del pasado 2 de marzo. Se le acusaba de administración desleal por la compra de los teatros Lope de Vega y Coliseum, también mientras presidía la SGAE. Pero el juez descartó que se produjera “mala fe o engaño”, a pesar de que el fiscal pedía esta vez cuatro años de prisión.

“Me siento reconfortado por la ratificación de lo que ya sabía, pero han pasado diez años… Y se han dicho muchísimas cosas y muy pocas buenas. Ahora a ver cuánta gente rectifica y cuántos reconocen su equivocación”, dice Bautista

Con estas dos sentencias, la causa archivada en 2016 contra Caco Senante y Teddy Bautista por apropiación indebida, y la absolución de Ramoncín por delitos de apropiación indebida también en 2016, la investigación de la SGAE queda sin culpables y el mediático caso se desinfla. “Me siento reconfortado por la ratificación de lo que yo ya sabía, pero han pasado diez años… Y se han dicho muchísimas cosas y muy pocas buenas. Ahora lo me apetece es leer y escuchar. Ver cuánta gente rectifica y cuántos reconocen su equivocación. Yo siempre he sido muy consciente de que no había hecho nada irregular. Lo que he sentido ha sido el sufrimiento de mi familia, pero soy muy consciente de todo lo que he hecho y no tengo absolutamente nada que cambiar”, dice a EL PAÍS Teddy Bautista por teléfono.

Ha pasado casi una década desde que el 1 de julio de 2011 la Guardia Civil irrumpiera en la sede de la SGAE para detener a su principal gestor, Teddy Bautista, y a otras nueve personas dentro de la Operación Saga, autorizada por la Audiencia Nacional. La investigación dibujaba un entramado que se llevó presuntamente 47,6 millones de euros. Bautista llevaba 34 años ocupando varios cargos en la entidad. El día antes, las elecciones en la SGAE habían vuelto a premiar a su lista. En la investigación, que dirigió el juez Pablo Ruz, participaron más de 50 agentes, e incluyó órdenes de registro en domicilios particulares de los imputados y en algunas de las empresas de la Sociedad Digital de Autores (SDAE), perteneciente a la SGAE. Entre los nueve imputados estaba José Luis Rodríguez Neri, supuesto cabecilla de la trama, hoy también absuelto.

Bautista, que no pisó la cárcel aunque pasó tres días detenido, siempre declaró su inocencia durante estos años. “Todos los acuerdos en la SGAE los tomábamos entre los ejecutivos y las personas de confianza”, declaró en el juicio, el pasado septiembre. Y añadió: “Cada año la entidad sometía al Ministerio de Cultura sus actas y auditorías. Nunca nos pusieron el menor inconveniente a cómo se hacían las cosas”.

La sentencia de la Sección Segunda de la Sala Penal de la Audiencia Nacional le da ahora la razón: argumenta que sus decisiones de contratación estaban avaladas por la sociedad y repercutieron en un beneficio para la misma. Explica que la propia SGAE retiró primero la acusación penal y después la civil al no sentirse perjudicada por estos hechos y que, “tras valorar la prueba, no ha quedado acreditado que los acusados actuaran al margen de los órganos sociales de la entidad, sino que cumplían y ejecutaban los acuerdos adoptados por aquellos”.

La Sala dice que no queda acreditada la tesis de la acusación, sino que más bien, “debemos afirmar que ha quedado acreditado que todas y cada una de las decisiones de contratación realizadas entre la SGAE y la SDAE fueron conocidas, adoptadas y aprobadas por los órganos de dirección de ambas sociedades, con previo y pleno conocimiento de las condiciones de contratación, con la aprobación presupuestaria anual a cargo de los presupuestos de la SGAE, quien era la última beneficiaria de los productos contratados”.

La Fiscalía Anticorrupción imputaba a los acusados delitos de apropiación indebida, administración desleal, falsedad de documento mercantil y asociación ilícita. Sin embargo, la sentencia indica que el delito de apropiación indebida exige la prueba concreta de que el administrador ha hecho suyos fondos que le estuvieron confiados o que les ha dado otro destino. En este caso, aclara la Audiencia, “esa prueba concreta no se ha producido; al contrario, a lo largo de la prueba practicada se ha acreditado por las defensas que los fondos de la SGAE, transferidos a la SDAE, se utilizaron para la adquisición y pago de los servicios acordados contratar por los órganos sociales”.

Desde 2011 Bautista ha estado preparando su defensa y viendo las turbulencias por las que pasaba la SGAE, con varias elecciones y acusaciones de mala gestión. Parte de la SGAE renegaba de su gestión, pero otros reiteran su nostalgia por una época en la que la entidad “se hacía respetar” y recaudaba decenas de millones. En 2018 Bautista se presentó a las elecciones, pero las perdió. En abril de ese mismo año acudió a la sede de la SGAE para recibir el homenaje de los miembros de MUSICAEM (Música, compositores y artistas en los medios), quienes le concedieron el premio de honor por su trayectoria como artista, por “toda una vida dedicada a la música”. Durante el acto dijo: “Las mentiras tienen un problema: siempre hay alguien que se las cree. Yo quiero la verdad, pero también tiene su problema: es incómoda. Pelearé hasta el último minuto por recuperar la verdad”.

Caco Senante, con su causa archivada desde 2016, declara a EL PAÍS: “Hay que destacar la labor del fiscal, señor Alonso Carbajo. Ha perdido todos los juicios. Esto demuestra que el ataque a la SGAE fue una operación orquestada con el único objetivo de acabar con una entidad de gestión que cobraba eficazmente los derechos de autor. Y eso no les gustaba a algunos. Sobre todo a los que les correspondía pagar por el uso del repertorio de autores. Hoy, la SGAE recauda y reparte la mitad que cuando estaba Teddy Bautista”.

“Estoy feliz”: Teddy Bautista tras su absolución en el caso de la compra de dos teatros

“Me siento aliviado y alegre por Teddy”, señala Antonio Onetti, actual presidente de la SGAE, que cuenta que habló con Bautista al conocerse la sentencia: “Me llamó para contármelo. Estaba muy contento. Y yo. Se ha demostrado que la SGAE no era un nido de corrupción, como muchos decían. Teddy hizo una labor muy importante para poner a la SGAE en lo más alto. Luego, al final de su mandato, realizó cosas menos buenas, pero eso es parte de estar gestionando. Seguro que hay gente que no está de acuerdo con cosas que hago yo ahora. Hoy se ha repuesto su honorabilidad. Eso es importante, porque se le hizo un juicio mediático condenatorio. Han sido diez años muy duros para él, terribles. Ahora espero que ese descrédito social que tenía la entidad cambie”.

Bautista se centrará ahora en relanzar su carrera como músico. En pocas semanas editará la segunda parte de Ciclos, un disco de rock progresivo que grabó en 1974 al frente de Canarios. En esta década dura no ha dejado de componer.


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