A la hora de salir a comer o a cenar a un restaurante solemos fijarnos mucho en las opiniones que se encuentran en internet para saber si la comida es buena o si el menú es muy caro. También puede que algún amigo o familiar nos lo recomiende, por lo que puede que pensemos que vamos preparados para saber más o menos lo que nos va a costar. Sin embargo, existen algunos trucos que usan todos los restaurantes para que gastemos más. Trucos que será bueno conocer para de este modo evitarlos o también, ser conscientes de que los están usando.
Los trucos que usan los restaurantes para gastar más
Si alguna vez has gastado más de lo esperado en un restaurante, puede que en realidad lo que ha pasado es que se ha aplicado alguno de los trucos que en realidad, utilizan todos los restaurantes para animarnos a gastar más.
Puede que muchas veces esos trucos sean imperceptibles, ya que se corresponde con el uso del neuromárketing y la psicología del consumo, como por ejemplo apostar por una decoración que sea especial y que haga que nos quedemos más rato y por ende, gastemos más, o que el diseño de la carta sea algo que nos lleve a que los platos más caros resalten más.
Pero entre todos esos trucos, hay algunos que destacan por ser los que más se usan. Son estos:
La letra en el menú
La letra del menú suele ser siempre clara para que podamos ver bien lo que se ofrece y con ello que nos apetezca pedir más. A partir de ahí el tipo de letra también hace mucho. Por ejemplo la cursiva se usa mucho en restaurantes caros, ya que implican elegancia. La letra redonda denota cercanía, mientas que la mezcla de idiomas nos da la impresión de autenticidad.
Nombres largos
Cualquier plato con un nombre largo da la sensación de ser un plato más elaborado y apetitoso y también, más completo, de modo que las cartas de los restaurantes se llenan de ellos.
Los precios no llevan el símbolo de la moneda y no se redondean
Las cartas de los restaurantes suelen anotar lo que cuesta cada plato que se ofrece, pero es difícil que veas el símbolo del euro (€), al lado de cada precio, de modo que aunque sabes que se trate de dinero no te fijas tanto. Si apareciera el símbolo, tu cerebro sabría que estás a punto de gastar dinero y seguramente pedirías menos.
Por otro lado, como en otros muchos productos, los precios nunca se redondean de modo que nos de la sensación de que no son tan caros.
Tamaño de las porciones
En pro de solicitar más el menú, muchos restaurantes elaboran platos sueltos con porciones que son más pequeñas ya que si sólo pedimos eso, acabamos con hambre. Puede entonces que pidamos otro plato o que la próxima vez elijamos el menú, al que siempre se le da prioridad.
Cómo se distribuyen los platos
En la carta los platos que más interesa sacar o servir suelen colocarse en la parte superior derecha de cada página que es hacia donde nuestro ojo suele mirar primero.
Platos que son más caros
En las cartas vemos también algunos platos que son más caros de lo normal pero generalmente no están ahí para pedirlos y sí para verlos y que al comprobar el precio, elijamos otro similar de inferior coste pero que todavía será un buen gasto. Por ejemplo un marisco a 50 euros, y que nos lleve a elegir otro a 30 euros.
Fotos en el menú
Lo mismo ocurre con las fotos que ves en el menú. Suelen ser de los platos que más se venden o que son de temporada y también verás que muchas veces son postres, que son más difíciles de vender.
Recomendaciones de vino
Un gran problema al comer fuera y pedir un buen vino es que posiblemente pidamos una recomendación, y acabemos pagando la botella más cara. Es mejor evitar esas recomendaciones y solicitar un vino que sea de gama media, de modo que tenga cierta calidad y no cueste tanto.
Por último seamos conscientes también que al comer o cenar en un restaurante, las bebidas nos vas a costar dos o tres veces más de lo que cuestan en el supermercado y asegúrate también si nos van a cobrar o a «exigir» propina.
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