Los veranos podrían durar medio año a finales del siglo XXI

Los efectos devastadores del cambio climático es algo de lo que muchos expertos vienen advirtiendo desde hace años. Científicos alertan de enfermedades que llevan «enterradas» en el hielo desde hace varios millones de años y que ahora salen a la superficie por el deshielo de los glaciares, con el peligro que ello conlleva. Ahora un nuevo estudio señala que a finales del siglo XXI los veranos podrían durar medio año, nada más y nada menos.

Aunque en un principio pueda parecer una completa locura, lo cierto es que en las últimas seis décadas el verano se ha alargado una media de 17 días a nivel global. Yuping Guan, autor principal del estudio, explica que los veranos son cada vez más calurosos y extensos mientras que los inviernos son más cálidos y cortos. Es la consecuencia más directa del calentamiento global.

La idea de veranos más largos puede sonar bien para disfrutar del aire libre o para unas vacaciones en familia. Pero los efectos serían devastadores para la agricultura, el medio ambiente y la salud. Según este estudio, las olas de calor serán cada vez más intensas y aumentarán los casos de enfermedades transmitidas por mosquitos, sobre todo en países desfavorecidos.

Entre los años 1952 y 2011 la duración del verano pasó de 78 a 95 días. Mientras, la duración de la primavera pasó de 125 a 115 días, la del otoño de 87 a 82 días y la del invierno de 76 a 73 días. Las previsiones para el año 2100 indican que los veranos durarán medio año y los inviernos apenas dos meses.

El estrés por calor será una enfermedad común a finales del siglo XXI

Aunque actualmente el estrés por calor sea una enfermedad casi desconocida, según un estudio realizado en la Universidad de Rutgers (Estados Unidos) y publicado por la revista Environmental Research Letters, a finales del siglo XXI será la responsable de la muerte de 1.200 millones de personas en todo el mundo. Si no se reducen las emisiones de CO2, miles de millones de personas sufrirán los efectos de la humedad y del calor extremos.

El estrés por calor es una patología que se da cuando el cuerpo está expuesto a temperaturas extremas que no son habituales. El organismo es incapaz de enfriarse por sí mismo a través del sudor, lo que provoca el aumento súbito de la temperatura corporal. Esto da lugar a daños muy graves en órganos vitales como el cerebro.


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