Los Boston Celtics tienen clara la hoja de ruta que les llevará hasta el anillo de la NBA. Los Golden State Warriors, en cambio, se ven con la necesidad de ajustar su juego ante el órdago del oponente, que llega con ventaja en el marcador y en las gradas al cuarto partido de las Finales de la NBA de 2022. El TD Garden de la capital de Massachussets volverá a lucir sus mejores galas para animar al equipo del trébol hacia el 3-1 en la serie por el título esta madrugada (03:00 horas peninsulares, Vamos y League Pass), mientras que el conjunto visitante buscará un salvavidas al que agarrarse para situar el empate 2-2 rumbo a San Francisco.
El duelo por el anillo ha constatado que Boston es un equipo joven pero madurado, preparado para el asalto definitivo al trono de la liga. Los veteranos y dinásticos Warriors, en cambio, han mostrado más fisuras que nunca en su cita con la historia, un cambio de paradigma que les obliga a hacer ajustes de calado.
El tobillo de Stephen Curry
“Voy a jugar, es todo lo que sé por ahora”, compartió el ’30’ con los medios a menos de 24 horas para el salto inicial del cuarto asalto. El base y referente de los Warriors, su favorito en los pronósticos para el MVP, se lesionó el tobillo izquierdo en una caída con Al Horford, y el jugador tiene un largo historial de problemas precisamente en esa articulación.
Aunque juegue, el jugador más valioso de Golden State puede notar el bagaje físico de la eliminatoria, especialmente ante unos Celtics que le han puesto en el punto de mira en ataque. El porcentaje de pantallas en las posesiones en que Curry ha sido el defensa tras bloqueo ha incrementado notablemente cada partido, pasando de un 21% en el primero al 30% en el tercero. En ese último asalto, Boston anotó en el 67% de esas jugadas, un porcentaje sangrante.
“Es una cuestión de tolerancia al dolor. A estas alturas de la eliminatoria, si puedes jugar juegas”, zanjó.
Contrarrestar la envergadura y el tamaño
Aunque Steve Kerr no quiso revelar sus cartas ante los periodistas, es probable que el cuerpo técnico de los Warriors busque alguna manera de ganar terreno en la batalla por la pintura. En el tercer partido, los Celtics se merendaron el juego bajo aros con 52 puntos en la zona y 47 rebotes. El conjunto visitante se quedó en 26 tantos y 31 capturas, otro elemento diferencial a favor de Boston.
La presencia de Robert Williams III, autor de 4 de los 7 tapones del conjunto de Massachussets, influyó mucho dentro del área restringida, obligando a modificar muchos tiros fáciles a sus oponentes. Otro elemento que sí mencionó específicamente Kerr fueron las pérdidas, 17 para Golden State.
“Siempre es una posibilidad, nunca descartas nada”, contestó el técnico de la bahía cuando le preguntaron sobre buscar la ayuda de Moses Moody y Jonathan Kuminga. “¿Tenemos que insertar a otro jugador en la rotación? ¿Hay que cambiar la alineación? Todo eso lo discutimos y luego tomamos la decisión que nos parece más acertada”.
Brown y Green, rendimientos opuestos
El principal dolor de cabeza para los Warriors no ha sido Jayson Tatum. El ejecutor principal para los Celtics ha sido un Jaylen Brown pletórico y que, a estas alturas, merece el puesto de principal candidato al MVP de las Finales. En las dos victorias de Boston, el escolta ha rendido a un nivel excelente con 24 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias en el primer partido y 27 tantos, 9 capturas y 5 pases de canasta en el tercero. Además, se ha comido en el uno contra uno a un Draymond Green venido a menos durante toda la eliminatoria.
Recuperar la mejor versión de su interior, desaparecido tanto en ataque como en defensa, será una de las prioridades para Kerr y sus compañeros de banquillo de cara al cuarto asalto por el título.
La sensación es que los Celtics tienen la sartén por el mango, y son los Warriors quienes necesitan encontrar a su salvavidas: ¿Será Curry? ¿Thompson? ¿Green? ¿Alguien del banquillo? Lo veremos esta próxima madrugada.