“La derrota me ha golpeado. Es la dura realidad al final del camino”, reconocía Stephen Curry tras caer junto a sus Golden State Warriors por primera vez en una eliminatoria de playoffs en el Oeste. Después de trenzar un récord de 19 victorias y ninguna derrota en su conferencia desde 2014, Los Angeles Lakers devolvieron al territorio de lo humano al equipo dirigido por Steve Kerr. “Para ser sincero, creo que el equipo ha llegado a su límite. Apenas estuvimos en el terreno de playoffs a lo largo del año, y este no es un equipo de campeonato”, reconoció sin embudos el entrenador.
Después de cuatro anillos y seis viajes a las Finales de la NBA en ocho años, por primera vez los Warriors de playoffs no pisarán el escenario reservado a los mejores equipos. “Ningún competidor se lo cree hasta que te demuestran que no eres un equipo de campeonato. Me ha alcanzado a siete minutos para el final, y se trata de aceptarlo, pasar página e intentar ser mejores el próximo año”, apuntó Curry, el único que se ha mantenido a la altura de las circunstancias a lo largo del curso. Ni Klay Thompson ni Draymond Green, sus inseparables en esta última década dorada, sacaron a relucir su mejor juego.
El ‘30’ quiso apoyarles antes de marcharse de vacaciones antes de lo deseado. “Aunque pueda parecer otra cosa, o que se hable de otras cosas, nos entendemos muy bien y sabemos lo que debemos hacer para ganar. Creemos en nosotros mismos, y eso permite que el vestuario también crea. Ahora el sentimiento es desgarrador, pero es positivo saber que esa idea permanece”, concluía.
Stephen Curry se lamenta durante la eliminatoria contra Lakers
El escolta, su célebre Splash Brother, finalizó su primera eliminatoria en su ciudad natal con 10,7 puntos, 5 rebotes y 2,3 asistencias en tres partidos disputados en L.A., con porcentajes pavorosos del 25% en tiros de campo (11-44) y el 26,7% en triples (8-30). “Tuve muchos tiros buenos, y por eso duele. No se si era fatiga mental o que, pero este no es el final de camino”, explicó el jugador de 33 años. “Es la primera vez que estamos los tres sanos y no llegamos a las Finales, pero aunque pica y duele, y dolerá todo el verano, sigo creyendo en este grupo”, agregó.
Green, a quien más apremia la guillotina, quiso remarcar que ahora todo lo posible para seguir siendo miembro de la plantilla de San Francisco. “Quiero ser un Warrior el resto de mi vida, seguir con estos tipos, y vamos a trabajar para que esto ocurra”, afirmó ante los periodistas. “Ha sido nuestra peor temporada juntos y, aún así, hemos tenido la oportunidad de intentarlo”, reivindicó. El bullicioso ala-pívot, a veces esencial y otras prescindible por sus recurrentes salidas de tono, marcó el inicio de una temporada nefasta con su puñetazo a Jordan Poole a días del arranque en octubre. El joven talento de la segunda unidad, desde entonces, no pudo disimular su falta de química con el núcleo duro del grupo.
“Quiero ser un Warrior el resto de mi vida, seguir con estos tipos”
Los cambios pueden llegar en el plantel, pero también en los despachos. El gran arquitecto del proyecto, Bob Myers, no ha renovado todavía su contrato en la ejecutiva, y quizás no lo haga. La eliminación, en todo caso, no fue una sorpresa mayúscula dado el pobre balance lejos de casa a lo largo del año, un 11-30 que no invitaba al optimismo. Sextos clasificados por un pelo, las polémicas y las lesiones, también la ausencia de dos meses de Andrew Wiggins por un problema familiar de bulto, hicieron trastabillar la dinámica de los vigentes campeones.
Con la derrota, los Warriors ponen fin a una racha récord de 28 eliminatorias consecutivas ganando al menos un partido fuera de casa. Hay quienes apuntan al fin de su dinastía, pero ellos todavía aguantaron la fachada en un día que recordarán durante mucho tiempo. El verano dictará sentencia.