En el siglo XXI, tan solo tres equipos han sido capaces de remontar un 3-2 en contra en las Finales de la NBA: los Lakers en 2010, los Heat en 2013 y los Cavaliers en 2016. Los Boston Celtics, que no han tenido precisamente unos playoffs demasiado positivos en su feudo (6-5 de balance), buscarán alargar hasta el séptimo partido una eliminatoria que los Golden State Warriors pueden sentenciar esta próxima madrugada en el TD Garden, un escenario de leyenda ideal para celebrar el anillo del 75 aniversario de la liga. A partir de las 03:00 horas peninsulares en España (Vamos y League Pass) se disputará el primer match-ball de la serie por el título.
Ime Udoka insistió tras las derrotas de su equipo en el cuarto y quinto encuentro que el principal problema de los suyos no es la defensa sino el ataque. En los tres choques que han perdido en estas Finales, los Celtics no han alcanzado los 100 puntos, cuando su promedio en las victorias ha sido de 118. En el plano defensivo, han logrado reducir la efectividad de Golden State a números humanos: los de Steve Kerr promedian 105 puntos en la eliminatoria por el título con un 45% de acierto, mientras que en la ronda anterior contra los Mavs de Doncic lograron 115 con un 52%.
Después de encadenar dos rondas de siete partidos, Boston sabe que debe repetir la misma proeza que les llevó a superar a Milwaukee y Miami en las semis y finales de conferencia. La fatiga, y se notó en Tatum y Brown cuando no descansaron ni un minuto en la segunda parte del quinto partido, será también un factor a tener en cuenta en la consecución del título. Más allá del ataque y la defensa, incluso del factor físico, Udoka sigue subrayando en letras mayúsculas el principal problema de sus pupilos: las pérdidas.
“Somos difíciles de batir cuando no perdemos el balón, y claramente fáciles de batir cuando lo hacemos”, decía Tatum tras la última derrota. La cifra mágica es de 16 pérdidas. Cuando están por encima, su balance en playoffs es de 1-7; por debajo, de 13-2. Cuidar el balón resultará esencial para los locales, que además deberán preocuparse de las dos principales armas ofensiva de los Warriors. Después de no meter ni un triple por primera vez en su carrera en unos playoffs (0 de 9 en el quinto), Steph Curry (30,6 puntos, 51,8% TC y 41,7% 3P) saldrá agresivo a por el triunfo y además contará con el apoyo de Game 6 Klay, como se conoce a Thompson por su excelente rendimiento en los sextos partidos: 20,7 puntos y un 49,7% de acierto le avalan. Los Warriors tiene claro lo que importa esta madrugada. “La clave de nuestro juego es la defensa”, resumió Steve Kerr.