Usman Garuba puede haber encontrado su catapulta definitiva en la NBA gracias a su contrato dual con los Golden State Warriors. Aunque sobre el papel se trata de un vínculo menos interesante en cuanto a derechos y obligaciones, la modalidad two-way ha sido un recurso habitual de la franquicia de San Francisco en los últimos años. De hecho, hasta seis jugadores del equipo de la bahía han acumulado más apariciones y minutos en la liga que el interior español en sus dos años como miembro de pleno derecho de los Houston Rockets.
Los casos de Gary Payton II y Damion Lee, los más conocidos, pero también los de Anthony Lamb, Ty Jerome, Juan Toscano-Anderson o Marquese Chriss son el ejemplo a seguir para el madrileño de 21 años. Todos ellos, bajo contratos duales o no garantizados, gozaron de casi 20 minutos por partido y superaron los 50 encuentros con impacto destacado bajo las órdenes de Steve Kerr. Algunos incluso lograron firmar contrato estándar con el equipo.
Garuba, mientras tanto, acumuló 99 apariciones y 12 minutos de juego de promedio en sus dos temporadas en Texas después de ser elegido como número 23 del Draft de 2021 por la franquicia, que este verano le traspasó a los Atlanta Hawks por motivos económicos, los mismos que le llevaron luego hasta Oklahoma City Thunder. Aunque la intención inicial era quedárselo, OKC terminó por rescindirle el contrato y abocarle a buscarse de nuevo la vida.
Un esquema donde brillar
Los Warriors son un equipo donde Garuba puede brillar. Golden State usa alineaciones pequeñas y uno de sus jugadores clave tiene un perfil físico comparable al de Azuqueca de Henares. Draymond Green, con sus 1,98 metros y 104 kilos, ha ejercido en más de una ocasión de cinco, además de ocupar el puesto de cuatro titular en la plantilla y encargarse de aportar liderazgo defensivo y distribución ofensiva. Son capacidades que tiene precisamente el madrileño, 2,03 metros y 104 kilos, un portento en defensa que además ha mejorado notablemente sus aportaciones ofensivas.
En su última temporada con Houston, Garuba afinó la puntería desde la larga distancia y terminó el curso con un 40,7% de acierto en triples (24/59). Lanzó poco y los Rockets nunca terminaron de apostar por él en un esquema confuso y plagado de jóvenes con ganas de acaparar el protagonismo, una situación difícil de encajar para un jugador con más desarrollo en buenas dinámicas de grupo, algo que ya se vio en Madrid y con la selección.
Una lesión o baja prolongada, como se vio en el pasado en casos como el de Lee o Lamb, puede abrirle las puertas de la rotación habitual al español, acostumbrado a maximizar sus oportunidades en pista desde que aterrizó en Estados Unidos.
Combinar la presencia en el primer equipo y el afiliado de la G-League, en este caso los Santa Cruz Warriors, no será algo nuevo para un Garuba que ya destacó en la segunda competición de la NBA con los Rio Grande Valley Vipers durante su temporada de novato en la mejor liga del mundo.
¿Cómo funciona el contrato ‘two-way’?
El contrato two-way de Garuba cuenta con un estipendio de poco más de 300.000 dólares, la parte proporcional de la mitad de un contrato mínimo estándar para un novato en la competición. Se paga, sin embargo, como tarifa fija por partido disputado, y por lo tanto si es cortado solo ingresará hasta ese punto.
Bajo este formato, el madrileño no podrá disputar los playoffs de la liga, a no ser que a mitad de curso pueda convencer a la franquicia para que le mejore el contrato y le incluya en su plantilla de 15 jugadores con pleno derecho.
Esta modalidad dual permite a los Warriors añadir jugadores que no computan en el límite salarial del equipo, y el límite de partidos a disputar está fijado en 50 de los 82 totales de temporada regular.
Jugar para obtener la pensión
Uno de los motivos por los que Garuba descartó la opción de regresar a Europa y ser protagonista con el Real Madrid fue que está cerca de lograr la pensión vitalicia de la NBA, que a día de hoy ronda los 60.000 dólares al año para aquellos jugadores que alcanzan los tres años de experiencia en la competición. En el caso del interior madrileño, al comparecer como two-way, requerirá mucho más que un mero partido disputado para acceder a este derecho de jubilación, que los exjugadores elegibles perciben a partir de los 62 años.
Para poder confirmar su pensión, Garuba deberá estar activo en 41 partidos de temporada regular (50%) y tener contrato vigente el 2 de febrero, algo que no está asegurado ahora mismo ya que los vínculo two-way pueden ser rescindidos con facilidad y sin penalización para la franquicia.
Viendo los numerosos ejemplos en el pasado reciente, Garuba ha encontrado en Golden State un entorno ideal para catapultar definitivamente su trayectoria en la NBA. Contará casi seguro con oportunidades para brillar, y si las aprovecha puede ganarse un futuro contrato garantizado con la propia franquicia o, como alternativa, el interés de muchas otras para negociar un nuevo vínculo el próximo curso.