Semblante serio, mirada mustia, Luka Doncic no desprendía esa chispa con la que enciende su amalgama de ocurrencias, sino tedio y hasta una desesperación que evocaron el ‘viejo Doncic’, el de las pataletas a los árbitros, sancionado el esloveno a finales del tercer cuarto con una técnica por protestar una falta no señalada y enviado al banquillo por Jason Kidd para que el asunto no fuera a más. Otro mal día para Dallas ante los Washington Wizards (113-105) tras el de Orlando Magic. Los Mavericks no ríen si no sonríe Luka, descontento con sus descafeinados 22 puntos -aparte de 9 rebotes y 6 asistencias-, con un impreciso 8/21 en tiros de campo.
Doncic es universal, pero no sobrenatural. Aunque lo natural, que baje algo la guardia, parezca en él anómalo. El base, acostumbrado a la exquisitez constante, sin nunca bajar de los 30 puntos, ha encadenado por primera vez esta temporada dos encuentrossin alcanzar la treintena de puntos entre los Magic y los Wizards, algo inédito en campaña regular desde marzo, desde mayo sin tener en cuenta fase regular o play-offs. Y desde marzo no registraba también una cifra tan baja en anotación, entonces 15 tantos ante Minnesota.
Con todo lo que es esta campaña con su paso a un nivel físico superior, quedó el esloveno limitado entre las múltiples trampas tácticas de Washington y un visible agotamiento, evidente también en su poco acertada serie combinada de lanzamientos de los dos últimos partidos, un 17/51, lo que supone tan sólo el 34% cuando no había bajado del 50%. Su cómplice favorito exterior, Spencer Dinwiddie, puso lo que no pudo dar Luka, primoroso con 33 puntos (11/17 en TC y 7/12 en triples).
Pero, por encima de todos, Kyle Kuzma, el tormento el interior de la franquicia de Texas con 36 tantos y 11 rebotes para dejar en el olvido bajas tan significativas para los Wizards como Bradley Beal y el ex compañero del esloveno, Kristaps Porzingis. En una de las pocas incidencias en el intrascendente final, Facundo Campazzo volvió a jugar con los Mavericks dos semanas y 7 partidos después, aunque los 11 segundos finales de adorno en los que Jason Kidd ya puso en la cancha a los suplentes.
Los Wizards atenuaron a Doncic con fuerza a la par que maña, con agresividad pero sin dejar de lado la variedad defensiva para desconcertar al base, entre diferentes 2×1 -aplicándolo con más fiereza en el poste bajo y las esquinas-, y alternativas para neutralizarle en el pick and roll, no sólo los cambios a los que tan acostumbrado está el esloveno para salir siempre o casi siempre ganador en los duelos individuales, sino recurriendo también al ‘drop’, con el defensor de la pantalla con una defensa más especulativa y el defensor del manejador pasando pantallas, lo que incomodó sobremanera a Doncic. El ‘fade-away’, el arma con la que el ex del Real Madrid ya es del todo indefendible, tampoco lució como suele.
Jugadores como Deni Avdija o el propio Kuzma le aguantaron bien en el uno contra uno. También Rui Hachimura, luciéndose el japonés con 23 tantos. A pesar del 58-61 del descanso, el equipo de Wes Unseld Jr. ya había dejado claro que sabía como ensombrecer a Doncic, con sólo 7 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias en el primer tiempo. Los Wizards persistieron en su plan y siguieron conteniendo al esloveno en el tercer cuarto -7 tantos-, y Washington fu ampliando en los últimos 12 minutos el 87-83 con el que cerró el tercer cuarto.
Aunque sin Christian Wood, y cuando más lo necesitaba, el banquillo volvió a dejar solo a Doncic, sumando 24 puntos contra los Magic y 25 ante los Wizards. Por muy bueno que sea, por muy fuerte que esté sobre todo esta temporada, Luka no siempre lo puede todo.