El tan a veces olvidadizo y desagradecido fútbol estigmatizó sin razón al infinito Miguel Ángel Lotina (Meñaka,18-06-1957), cargándole todas las culpas de los descensos a Segunda de Logroñés (1997), Celta (2004), Real Sociedad (2007), Deportivo (2011) y Villarreal (2012). “El único que estuve la temporada entera fue el de del Depor, el resto pasaba por allí”, recuerda Lotina, el maestro del barro. Olvida el fútbol que si ha habido alguien que se ha enfangado para rescatar escudos del pozo ha sido él, el que llevó a viajar de nuevo por Europa al Depor en 2009 cuando ya no era el Súper Depor.
El mismo que también elevó al Numancia por primera vez a Primera (1999), el que ascendió a Osasuna (2000), el que catapultó al Celta por primera vez a la Champions (2003) -donde ganó en San Siro al Milan- y al Espanyol por cuarta y última vez a la Copa (2006). Cansado en gran parte de la volátil memoria del fútbol español, y aunque ya con 56 años, el maestro Lotina decidió ir a encontrarse a partir de 2013 a Catar, Chipre y, sobre todo, en Japón, donde ha pasado los últimos 5 años y donde le adoran. Y dando vueltas por el mundo ha conocido un nuevo Lotina que ha abrazado el balón. “Ahora me gusta tener la posesión y la presión alta”, aclara el vasco, que ha perdido 15 kilos con la exquisita pero austera alimentación nipona.
Aunque destituido del Vissel Kobe de Andrés Iniesta en junio después de tres meses, Lotina se siente en paz en su pueblo, a la espera de un equipo que quiera empaparse de su enseñanza. Reflexiona con MD de todo, también de un fútbol que ha evolucionado pero que “ha perdido humanidad en algunas cosas”.
Apenas lleva poco más de un mes sin entrenar tras ser destituido del Vissel Kobe. ¿Qué planes tiene ahora?
En realidad, después de acabar el año pasado en Japón mi etapa (con el Shimizu S-Pulse), el plan era descansar un plan de años, pero, a pesar de que habían empezado mal, apareció la oportunidad de entrenar a Iniesta y me tiré a la piscina. Cuando estuve en el Cerezo, el Vissel Kobe ya me quiso fichar pero no cuajó. Las cosas en el Kobe no han ido como esperaba ests tres meses y ahora sigo con la misma idea de descansar. Quiero escuchar a mi cuerpo, ver si tengo ganas de trabajar en unos meses y si surgen propuestas interesantes.
Aunque fuera una etapa corta, ¿qué tal la experiencia de entrenar a Iniesta?
Hablábamos bastante, sobre todo del Barça y del Manchester City, y le gustaba nuestra manera de entrenar, de ejercicios con objetivos. Sigue siendo un chaval que todavía disfruta con el fútbol, se cuida un montón y todavía tiene ese último pase dañino y preciso en tres cuartos de campo a pesar de sus 38 años y una gran toma decisiones. En el aspecto defensivo sufría más pero a su edad es lógico.
También tuvo otro ex azulgrana como Bojan, aunque no pudo contar con Sergi Samper, lesionado del cruzado.
Con Bojan bien, tiene buenos conceptos, los del Barça, pero no tenía demasiada continuidad. Al final, el problema es que su puesto está detrás del punta y, con un 4-3-3, ¿dónde lo metías?. Pasamos del 4-3-3 a luego jugar con un 4-2-3-1 pero en la posición de mediapunta ya estaba Iniesta. Y la ausencia de Samper fue uno de los problemas, él es el que sabe cuándo conducir, cuando acelerar, cuando parar, cuándo jugar en largo y en corto y era el único jugador de la plantilla con esas características.
“Iniesta es un chaval que todavía disfruta del fútbol, se cuida un montón y sigue teniendo ese último pase dañino”
Con usted, el Vissel Kobe registró dos victorias, un empate y 6 derrotas en 9 jornadas. Aparte de la lesión de Samper, ¿qué cree que le faltó más para que le saliera mejor su etapa en el club?
Defensivamente el equipo mejoró mucho, era el más goleado cuando llegamos. En Champions nos fue mejor, también porque teníamos rivales de Tailandia y Corea, que no son tan fuertes como los de Japón. Creo que nos faltaban jugadores para practicar el fútbol de posesión que queríamos. Creo que aparte de Samper nos faltó un jugador que nos diera esa seguridad atrás y esa salida de balón como Vermaelen (el también ex azulgrana se fue del Vissel Kobe en diciembre al no renovarle el club nipón el contrato).
¿Seguir entrenando en Japón es la prioridad para usted?
En Japón he estado muy bien y la ventaja es que conozco su liga y sus jugadores, tanto la primera como la segunda. He recibido llamadas de Corea, Emiratos Árabes y Arabia Saudí pero he dicho que no. Ya digo que ahora quiero descansar y ni yo mismo sé lo que haré.
Ahora justo hace 10 años que no entrena en España tras su paso por el Villarreal. ¿Estaría abierto a volver a entrenar aquí?
Hace 4 o 5 años tuve alguna llamada de equipos con directores técnicos que habían trabajado conmigo, uno de Primera y dos de Segunda, pero no lo consideré oportuno en ese momento. Pero también hace años que no tengo representante aquí. El mío, Sergio Ruiz, es para el extranjero. ¿Si estoy abierto? Estoy dispuesto a escuchar objetivos y a ver si cuaja o no. Cuando eres joven eres atrevido y aceptas cualquier cosa, para adelante con todo. Pero con la edad tienes otra perspectiva y te planteas mejor los objetivos.
Es curioso, porque usted se ha lanzado a la aventura de ir a entrenar al extranjero por primera vez ya de más mayor. Ya tenía 56 años en 2013 cuando se fue a entrenar a Catar, su primera experiencia fuera y ahora ya tiene 65.
Tengo mérito. Cuando me fui a Catar no tenía ni idea de inglés. Soy torpe con los idiomas peor he ido mejorando. Sí que es cierto que me he atrevido a ir a países totalmente diferentes ya de mayor, hay que ser valiente. He podido conocer otra gente y otro tipo de vida. Sobre todo Japón, porque el carácter de los catarís es más parecido al de los españoles. Me apetecía un cambio de aires, quería quitar peso a mi familia, fuera no existe la presión mediática que hay aquí. Claro que ganar es importante en Japón, pero no es algo a vida o muerte como aquí.
Ha logrado grandes hitos como los ascensos de Osasuna y Numancia a Primera, la clasificación del Celta para la Champions y la Copa del Espanyol pero se le achacan también los descensos a Segunda de Logroñés, Celta, Real Sociedad, Deportivo y Villarreal. ¿Considera injusto que se la haya colgado ese sambenito en España?
Sí que es injusto. El único equipo que descendió conmigo entrenándolo toda la temporada fue el Deportivo (en 2011) y bajamos con 43 puntos. En el Deportivo sí que es cierto que era la época posterior al Súper Depor y que en aquellos años vendíamos más que comprábamos y sólo compramos a Guardado, pero había plantilla para mantenerse. Ese fue el descenso que más sentí como mío y el peor momento de mi carrera. Pero los demás descensos, pasaba por ahí. En Villarreal estuve 7 semanas (en 2012) y los números que hice (3 victorias, 5 empates y 3 derrotas) fueron los mejores de los tres entrenadores que tuvo el equipo esa temporada, pero el que descendí fui yo.
En mi carrera he tenido varios ascensos y descensos, varias puntas, y hay que saber aceptarlo. También he sido de los pocos entrenadores que ha ascendido en todas las categorías desde Preferente. Y también logré un ascenso en Catar, que aunque no sea lo mismo que subir aquí es difícil cumplir los objetivos. Nos pensamos que aquí somos el súmum pero en otros países también se trabaja bien y hay otros entrenadores y no es tan fácil como la gente se pueda pensar.
“El único descenso en el que entrené toda la temporada fue el del Deportivo. En los otros, pasaba por allí”
En más de una ocasión ha reconocido que alguna temporada, por decirlo coloquialmente, lo que hizo fue querer ‘comerse el marrón’.
Sí, porque siempre he sido atrevido y he tenido mucha confianza en mí. Recuerdo que la temporada de la Real Sociedad (06-07) mi representante me dijo “no te metas ahí, que no tienen plantilla para Primera”. Pero cuando eres más joven no escuchas los consejos, yo no veía eso, sólo la historia de la Real Sociedad y lo que significaba para mí. No salió bien, pero cogí al equipo que había hecho sólo 2 puntos en 8 jornadas y llegamos a la última con opciones de salvarnos. Fue una buena temporada y la gente así lo reconoció.
¿Cuál ha sido el mejor momento de su carrera?
Para la prensa, la Copa con el Espanyol (2006), pero, para mí, los ascensos con Numancia (1999) y Osasuna (2000) fue cuando más disfruté.
Lo del Espanyol no deja de sonar todavía hoy increíble. De ganar un título a casi bajar a Segunda si no hubiera sido por el gol de Coro.
Mira, el Espanyol tiene más de 120 años de historia y la única vez que se ha clasificado dos veces seguidas para la UEFA (actual Europa League) ha sido conmigo, cuando quedamos quintos (curso 04-05) y tras ganar la Copa (05-06). Al final queda la manera en cómo nos salvamos, pero yo me acuerdo de eso.
¿Cómo recuerda esos momentos previos y posteriores al gol de Coro?
La verdad es que no me paré a pensar lo que significaba el descenso, todo fue muy rápido. Recuerdo que estábamos dando continuamente órdenes para ayudar a la gente porque 2 o 3 minutos antes habíamos fallado una ocasión y algún jugador ya estaba medio tirado en el campo, había que ayudarles.
¿Cuál es el jugador que más le ha sorprendido de los que ha tenido?
He tenido la suerte de entrenar a grandes jugadores. Por historia y lo que ha sido, Iniesta es el mejor que he tenido. También he entrenado a otros como Iván De la Peña y Mostovoi, pero los dos jugadores que más evolucionaron conmigo fueron Javi Moreno y Filipe Luis.
¿Y cuál es el jugador que se lo ha puesto más difícil?
Messi, sin ninguna duda (risas). Bufff, lo sufrí, era tremendo, tremendo… Y antes de Messi, Raúl me marcaba siempre.
¿Qué planteamiento táctico hacía para frenar a Messi cuando se enfrentaba a él?
Yo siempre planteaba un uno contra uno y una ayuda por dentro, el que le marcaba le tapaba por fuera. Lo que pasa es que Messi, y eso no lo he visto en ningún otro jugador, lo tiene todo, sabe hacer de todo y lo hace un montón de a veces, por eso ha sido tan grande y lo sigue siendo. Si le tapabas el pase sabía cuándo driblar, si le tapabas el chut, te sacaba un pase, sabía también cuándo hacer una pared. Y si la ayudaba no estaba bien hecha pasaba entre los dos jugadores… Maneja todos los registros.
“¿El jugador que más me ha hecho sufrir? Buff, Messi. Era tremendo, tremendo…”
Ha hablado de que intentó implantar un fútbol de posesión en el Vissel Kobe. Sus equipos siempre se han diferenciado por ser sólidos defensivamente y a usted se le ha calificado como un entrenador “defensivo”.
He evolucionado mucho como entrenador porque el fútbol ha evolucionado muchísimo. Especialmente ha tenido mucha influencia el fútbol español y no hablo de Guardiola, sino antes, con ese fútbol de posesión y posición de Rijkaard y que Guardiola aumentó. A mí siempre me ha gustado defender bien y además, la mayoría de mis equipos, por no decir todos, han mejorado mucho defensivamente cuando los he cogido yo. Y no lo digo yo, lo dicen los jugadores.
El cambio ha sido brutal, te das cuenta de que con el balón tienes que defender menos y también apuesto ahora por una presión alta. Antes era más de esperar en tres cuartos y empezar la basculación. En el primer año de Guardiola, casi nadie presionaba arriba, el que empezó a hacerlo fue Paco Jémez con sus equipos y luego y hoy ya lo hacen muchos equipos. Pero eso no quiere decir que no ya no haya repliegues intensivos. El Villarreal lo hizo contra el Bayern en Champions y muy bien. Se trata de manejar todas las fases ofensivas y defensivas, el fútbol va hacia eso, dominar todos los registros.
Se ha visto en la reciente Euro femenina, ha ganado Inglaterra, que domina todas las maneras de jugar.
Sí, aunque la que más me ha gustado a mí ha sido España.
La figura de Ivan Palanco como ayudante ha sido fundamental en su evolución como entrenador.
Sí, los métodos de entrenamientos han cambiado mucho. Hoy la manera de entrenar ya empieza en cómo va a ser tu filosofía de juego y el plan de partido del día siguiente, en nuestra época no era tan así. Ha aparecido el perfil del entrenador que tiene los entrenos muy planificados y tuve la suerte de encontrarme a un míster catalán que había trabajado en la Fundación Cruyff como Ivan Palanco que dominaba eso que yo sentía pero que no sabía transmitir. La manera hoy de jugar no tiene nada que ver con la de hace 20 años.
¿Algún equipo que le guste especialmente de los actuales?
En España en los últimos años me ha gustado mucho el Villarreal, porque sabe hacer de todo, te puede jugar atacando y defendiendo. También la Real Sociedad y el Sevilla y fuera de España el City porque Pep siempre te enseña cosas, el Bayern, el Chelsea de Tuchel con un sistema de tres centrales que a mí me funcionó en el Depor… Para el fútbol de posición necesitas gente desequilibrante arriba, por eso el Barça tiene a Dembelé, y Guardiola siempre quiere jugadores con uno contra uno e interiores con llegada.
Los tres equipos españoles que ha nombrado, Villarreal, Sevilla y Real Sociedad, tienen a tres entrenadores vascos, Unai Emery, Julen Lopetegui e Imanol Alguacil. Si contamos a Jagoba Arrasate (Osasuna) y Andoni Iraola (Rayo), son un total de cinco entrenadores del País Vasco en Primera. Y hay otros míticos como Javier Clemente y usted. ¿Qué tienen los técnicos de Euskadi?
Me lo han preguntado varias veces. Creo que tiene que ver con la educación, yo le doy mucha importancia a la educación de casa. No quiero decir que sea mejor o peor, simplemente que lo que vemos en casa es diferente. Yo le doy mucha importancia, ahora tenemos la educación a través de la palabra, antes era la del ejemplo. Pero no sé la razón, no te puedo dar una respuesta.
“Se ha hablado con desprecio de los ‘entrenadores alineadores’. Pero ha sido una gran virtud de Del Bosque y Zidane y que ahora echo de menos”
¿Ha retrocedido en algo el fútbol?
Antes se hablaba mucho en plan despectivo del ‘entrenador alineador’, especialmente los del Real Madrid. El entrenador ha cambiado mucho, la gente joven tiene un plan de entrenamientos buenísimo y todo calculado, pero creo que eso del alineador se ha perdido. Me he dado cuenta de lo importante que es un buen ‘alineador’, poner en el campo a los jugadores que mejor se relacionan y saber hacer los cambios. Si te encuentras con un míster de buenos entrenamientos y que sea buen alineador, entonces estamos ante el técnico perfecto, es una reflexión mía. Se ha dicho mucho de Zidane y Del Bosque pero creo que es una gran virtud suya.
En los medios y en la sociedad en general hay esa sensación de que el fútbol se ha ‘bunkerizado’ y que los jugadores se han vuelto inaccesibles. ¿Lo comparte?
Te voy a explicar una anécdota, aunque no diré ni el equipo que entrenaba ni ningún nombre. Jugábamos en Getafe y llegamos el día antes al hotel. Teníamos cena a las 21:00 y, de repente, aparece el director del hotel, avisándome de que había un chico de una televisión de Madrid con una cámara que pedía a ver si podía salir yo. Salí, y había un chaval de 25 años. Me dijo: “Es mi primer trabajo, me han mandado aquí para que coja imágenes del equipo bajando del bus pero me he perdido y he llegado ahora. No tengo ninguna imagen con la que volver”.
En ese momento, me acordé de sus padres que le habían pagado los estudios y pensé en que era su primer trabajo. Le dije: “Tienes 5 minutos para entrar en el comedor y coger imágenes, pero sin sonido”. El chaval me dio las gracias 1.000 veces y al día siguiente me vienen tres jugadores, uno de ellos el capitán, y me dijeron que no les había gustado el detalle. Les dije que era el primer trabajo del chaval y que había estado encantado, pero tuvimos un rifirrafe. Fue una cosa que no entendí nunca, una cosa es la intimidad y, otra, pasarnos de la raya. Muchos jugadores de los que suben ahora vienen de filiales y ya han estado en la selección. Han mejorado mucho en aspectos como la nutrición pero en otras cosas se ha perdido algo de humanidad.
¿Ha cambiado mucho la relación entrenador-jugador?
Si hablamos de Europa, los nuevos futbolistas que llegan a Primera lo hacen mucho más preparados, tienen buenos entrenadores y saben dar su opinión de fútbol. Hace 30 años no tenían tanta información.
Precisamente en Japón lo que echa de menos es que el jugador de su opinión.
Sí. Allí el entrenador es el entrenador y hay un respeto tremendo a él, y el problema es que no te cuestionan nada y no sabes su opinión. Tienes que cogerles aparte para hablar con ellos y conocer cómo se sienten.
¿Qué ha aprendido en Japón?
A nivel personal mucho, es una sociedad con un gran respeto y en la que hay mucha seguridad. A nivel futbolístico, la importancia de los análisis. No sólo analizar lo que hacemos nosotros, sino también lo que hace el rival y cómo adaptarnos. Los analistas son muy importantes, todos los días trabajamos con vídeo y hacemos una reunión antes de cada entrenamiento para explicar lo que vamos a hacer.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido del país?
La cantidad de jugadores que hay. Hablamos de un país de 125 millones de habitantes y por primera vez las fichas de niños que juegan a fútbol han superado a las de béisbol. No digo en pocos años, pero en 10-15 Japón va ser una potencia mundial en el fútbol.
“El futbolista japonés nunca está cansado, siempre quiere mejorar. Pero le falta competitividad y picardía”
¿Qué gran virtud y qué gran defecto destacaría del prototipo de futbolista japonés?
Su gran virtud es que quieren mejorar, no se cansan nunca, pueden entrenar 4 horas al día y al día siguiente oteas 4, nunca te pondrán una mala cara. No les gustan los entrenos cortos de hora y hora y media como a los que estamos acostumbrados en España, ellos se te quedan en el campo por lo menos otra hora (risas). Tienen mucha capacidad de mejora técnica y táctica por ese sacrificio pero, por otra parte, les falta competitividad y picardía.
En el último Mundial, Japón quedó eliminada en octavos contra Bélgica por 3-2 tras empezar la segunda parte ganando 0-2. ¿Puede ser el gran ejemplo?
Totalmente. En ese partido tuvieron la calidad para marcar dos goles pero luego no tuvieron esa capacidad para enfriar el partido, parar el ritmo con faltas…Su problema es que juegan igual vayan 0-0 o 0-2 y su falta de competitividad de refleja en el aspecto defensivo y la estrategia. No son agresivos para defender el uno contra uno y tienen muchas jugadas preparadas en la estrategia ofensiva pero en la defensiva sufren, no son contundentes en los bloqueos. Por eso su ambición es ir a jugar a Europa, aunque ganen menos dinero que en Japón o cualquier otra liga asiática quieren ganar competitividad para mejorar.
Aunque siga en activo, ¿le queda alguna frustración como entrenador?
No tengo frustraciones. Soy bastante tranquilo en ese sentido, mi historia está ahí y no echo nada de menos. Sí que es cierto que, como buen vizcaíno, soy del Athletic y me hubiera gustado entrenarlo. Surgió la oportunidad varias veces pero, por una cosa u otra, no salió. Pero tampoco dejo de dormir por ello.