¿Quién no se ha enamorado alguna vez de la sonrisa de alguien? Y no solo hablamos de amor, ni siquiera de positividad, sino de que el mero hecho de sonreír te puede hacer ver más interesante. Y, por lo tanto, más atractivo. Después de leer este artículo querrás alejar las caras de influencer de tus selfies, lo que nunca pasa de moda es la naturalidad.
Rebelde sin causa: ¿ser o no ser?
Aunque si nos dicen “por ahí viene la persona que te gusta”, siempre tratamos de actuar con nuestra pose más seria para parecer más seguros de nosotros mismos. Al parecer no andamos tan desencaminados, al menos la ciencia también pensó en ello antes de inclinarse hacia la sonrisa. Así lo demostraban las primeras investigaciones de Caleb Warren. En ellas, se probaba que ser diferente o rebelde atraía a los demás.
Pero el estudio siguió su curso. “La expresión emocional más común, al menos en los anuncios y revistas, es sonreír. Por lo tanto, decidimos evaluar si resulta más interesante sonreír o ser inexpresivo”, explica Warren. Para ello crearon varios anuncios en los que aparecían actores desconocidos y personajes como Michael Jordan o James Dean en dos versiones. La idea era que los colaboradores eligieran cuál de las dos expresiones les resultaba más interesante. Y en esta fase cayó hasta el eterno estereotipo del rebelde sin causa: la mayoría eligió la sonrisa.
La sonrisa pega con (casi) todo
Dentro del ámbito del marketing, los voluntarios también eligieron la sonrisa como la expresión adecuada para cualquier marca o evento. Eso sí, salvando las competiciones. No es muy habitual que los contrincantes se sonrían en el cuadrilátero, sino más bien lo contrario. Por eso, cuando se mostró una pelea de artes marciales los colaboradores no dudaron en asegurar que resultaba más interesante el sujeto inexpresivo.
“Un rostro menos expresivo se interpreta como un signo de dominio, lo cual es importante en estos casos”. Así argumenta Warren la decisión de los voluntarios. Pero como la vida no se basa en pelear sino en vivir, la sociedad debería aprender mucho de esta investigación. Ya sabes, sonreír es gratis.
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