El gobierno del presidente Donald Trump concluyó el viernes una semana de amenazas vagas sobre una respuesta militar a la crisis política en Venezuela con una reunión en el Pentágono para sopesar sus opciones, aunque todavía no hay indicios de alguna acción en un futuro inmediato.
Poco después de que el secretario interino de Defensa, Patrick Shanahan, y otros altos funcionarios revisaran las opciones tras el fallido intento a principios de la semana de los dirigentes opositores en Venezuela de provocar un levantamiento, Trump dijo haber examinado la situación con el presidente ruso Vladimir Putin.
Trump, cuyo gobierno está intentando derrocar al presidente Nicolás Maduro y ha reconocido como mandatario encargado al líder opositor Juan Guaidó, dijo que él y Putin comparten el propósito de una solución pacífica a la crisis.
“Él no busca en absoluto implicarse en Venezuela, aparte de su deseo de ver que algo positivo le suceda a Venezuela”, declaró Trump. “Y soy del mismo parecer. Queremos llevar alguna asistencia humanitaria. En este momento la gente está muriéndose de hambre”.
La referencia de Trump a la postura rusa de no intromisión contrasta con la afirmación del secretario de Estado, Mike Pompeo, de que Moscú es parte del problema en Caracas. Pompeo aseguró a principios de la semana que Maduro se disponía a huir de Venezuela pero Rusia lo persuadió para que se quedara.
En su descripción de la conversación entre Trump y Putin, el Kremlin señaló que el mandatario ruso subrayó la necesidad de respetar el derecho de los venezolanos a la autodeterminación.
Le dijo a Trump que la intromisión externa en los asuntos internos y los intentos para obligar a un cambio de régimen por la fuerza en Caracas socavan las perspectivas para una solución política a la crisis.
El Pentágono no tiene una participación directa en Venezuela, pero ha estado consultando con la Casa Blanca sobre las maneras en las que puede apoyar a la diplomacia estadounidense y prepararse para las contingencias que pudieran presentarse, entre ellas una crisis que ponga en peligro a los estadounidenses en Venezuela.
En una entrevista el viernes con un pequeño grupo de reporteros, Shanahan dijo que el almirante de la Armada Craig Faller, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, viajó a Washington para reunirse con él y otros altos funcionarios, entre ellos Pompeo y John Bolton, el asesor de seguridad nacional de Trump.
La sesión puso de relieve los intentos del gobierno para insinuar la posibilidad de una acción militar, quizá como forma de incrementar la presión pública sobre Maduro, aunque parece poco probable una intervención militar directa de Estados Unidos.
Revisaron y refinaron la planeación y opciones militares para responder a la crisis, declaró Shanahan. Declinó facilitar detalles, y no dio indicios de que hubieran decidido adoptar alguna acción militar.
“Tenemos un amplio conjunto de opciones diseñadas para ciertas condiciones, y hasta ahí dejo las cosas”, afirmó. Ante la exigencia de que precisara si las opciones incluyen una intervención militar directa, declaró: “Dejo eso a su imaginación. Todas las opciones están sobre la mesa”.
El ámbito de responsabilidad de Faller incluye Venezuela, y las fuerzas aérea y naval de Estados Unidos en la región son capaces de efectuar una vigilancia que pudiera respaldar la compilación de inteligencia al interior de Venezuela.
El gobierno de Trump ha puesto énfasis en la presión diplomática y económica en su intento para obligar a Maduro a que deje el poder.
A la pregunta de si Venezuela representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos que justifique el uso de la fuerza militar estadounidense, Shanahan dijo que Rusia, China e Irán están implicados en el país sudamericano, y agregó: “En este momento lo importante es Maduro y su régimen ilegítimo, así como Guaidó y garantizar que el pueblo de Venezuela tenga el entorno y las condiciones para corregir todas estas deficiencias humanitarias”.
El senador republicano Lindsey Graham escribió en Twitter: “¿Dónde está nuestro portaviones?” Cuando se le solicitó un comentario sobre esa insinuación, Shanahan dijo a la prensa: “Todas (las opciones) incluirían todas”.
Shanahan dijo que quería una actualización sobre la situación tras los acontecimientos de esta semana en los que Guaidó hizo un llamado a una sublevación militar dos días antes.
El intento de rebelión fracasó en su objetivo de impulsar a los militares venezolanos a rebelarse, pero sí se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y policías en los que hubo muertos en diversas ciudades del país.
“Esta fue una verdadera evaluación, y después tener la certeza de que todos estamos en consonancia” con el gobierno, apuntó.
Cuando le preguntaron si el fallido intento para provocar un levantamiento a fin de derrocar a Maduro dejaba entrever fallas en la inteligencia estadounidense, Shanahan declaró: “Tengo mucha confianza en la calidad y la precisión de la información que estamos obteniendo”.
“No me parece que tengamos alguna laguna de inteligencia”, agregó.
Pompeo declaró a Fox News el jueves que conserva las esperanzas de que haya un alzamiento entre los venezolanos.
“Las fuerzas armadas no se fracturaron en la manera como esperábamos, pero es sólo cuestión de tiempo”, señaló. “Es el caso que Maduro podría gobernar por poco tiempo más, pero no va a gobernar. Estructuralmente no hay manera de que permanezca en el poder. Llegó la hora de que se vaya, y necesitamos que los cubanos y los rusos lo sigan por la puerta”.
En la sesión informativa de Faller también asistieron el director de Inteligencia Nacional, Dan Coats; el jefe de despacho interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, y el general de la Infantería de Marina Joseph Dunford, presidente del Estado Mayor Conjunto.
Shanahan canceló esta semana un viaje a Europa para permanecer en Washington y asistir a las reuniones sobre Venezuela.
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