Luis Enrique comparó a la selección con una botella de cava que estaba a punto de descorchar. Y ante Eslovaquia, esa botella de cava se descorchó a lo grande con una goleada por 0-5 que le dio a España el pase a los octavos de final de la Eurocopa.
Luis Enrique fue decisivo para que la botella estallara. Tras el partido ante Polonia, el seleccionador se dio cuenta que tenía que cambiar si quería ganar a Eslovaquia y seguir en la Eurocopa. Y cambió a lo grande. El día anterior al partido, probó con seis cambios, pero el día del encuentro se quedaron en cuatro y afectaron a todas las líneas del equipo.
Luis Enrique reforzó el lateral derecho con Azpilicueta y sentó a Marcos Llorente, centrocampista reconvertido que parecía fijo en ese puesto. Además, quitó a Pau Torres para dar entrada a Eric Garcia y pasar de jugar con dos centrales zurdos a uno diestro, Eric, y otro zurdo, Laporte.
En el centro del campo, la entrada de Busquets por Rodri fue decisiva para que la selección se liberara en ataque donde Luis Enrique puso a Sarabia por Dani Olmo para buscar más desborde por banda.
Cuatro cambios que fueron decisivos para que España se quitara de encima toda la presión. Ahora, todo apunta que Luis Enrique repetirá el once inicial ante Croacia en los octavos de final de la Eurocopa. Un equipo que va camino de ser el once tipo de España en este torneo.
Luis Enrique parece que lo ha encontrado tres partidos después. Ya probó ante Polonia con la pareja Gerard Moreno-Morata en ataque quitando a Ferran Torres y ha encontrado en Sarabia el tercer miembro del tridente. Y es que por muchos cambios que haga, Luis Enrique tiene claro que lo que no va cambiar es su sistema, el 4-3-3.
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