Luka Doncic y las limitaciones de su físico: sobrecarga, dietas y lesiones que no sanan

Luka Doncic y las limitaciones de su físico: sobrecarga, dietas y lesiones que no sanan

Cuando se debate sobre Luka Doncic es difícil evitar dos temas polémicos que se han enquistado ya entre sus defensores y sus detractores: sus protestas a los árbitros y su estado de forma. Incluso los que podemos considerarnos seguidores de la estrella eslovena tenemos que reconocer que a veces es difícil de aguantar su actitud con los colegiados, por mucha razón que pueda tener en ocasiones. Es algo que siempre se dice que debe cambiar, reconociéndolo él mismo el primero, pero que ya es complicado que suceda porque parece algo enquistado en su propia personalidad.

La realidad, eso sí, es que a sus seguidores nos preocupa mucho más el segundo punto polémico, el de su estado de forma, el cuidado de su cuerpo y los problemas que esto le pueda ocasionar en el presente y en el futuro. Da la sensación de que los debates sobre su peso y forma le han perseguido desde su segunda temporada en la NBA, cuando empezó a experimentar un cambio físico importante con respecto a la primera, y desde entonces el tema se reactiva de vez en cuando con la única excepción de los meses en los que se disputó la burbuja de Disney en 2020, en los que sí que se le vio en una excelente condición física.

El asunto va mucho más allá de si “Luka está gordo” o no. Se trata de una cuestión en la que se mezclan estilo de juego, genética, hábitos, dietas o las exigencias que tiene en los equipos en los que juega.

Un estilo de juego exigente

Luka Doncic se ha convertido en el máximo ejemplo de estilo de juego heliocéntrico, recogiendo el testigo de James Harden, un jugador con el que a menudo se le compara por la cantidad de tiempo que tiene el balón en sus manos. Se trata de una comparación demasiado superficial, llegando incluso hasta a ser vaga, pero pone en relieve la sensación generalizada que existe con él: no suelta la bola.

Los datos lo respaldan en buena parte. Salvo en su temporada rookie, en la que quedó undécimo, Luka no se ha bajado del top 2 en porcentaje de uso en toda su carrera, según los datos de Basketball-Reference. En dos temporadas ha tenido el porcentaje más alto, y en otras dos se ha visto superado solo por Giannis Antetokounmpo. En su campaña más “acaparadora”, la de esta 2022-23 pasada, el 37,6% de las posesiones de su equipo terminaron en sus manos cuando estaba en la pista, más de un tercio del total.

Luka Doncic, defendido por Giannis Antetokounmpo durante un Mavs-Bucks

LM Otero / AP

Como la gallina y el huevo, no se sabe qué fue antes, si la acaparación de balón de Luka o la ausencia de otros generadores fiables a su alrededor. Con la selección eslovena es más que evidente, porque al fin y al cabo tienen lo que tienen y no hay más, pero también le sucede en Dallas. El único generador de alto nivel que tuvo a su lado hasta la temporada pasada fue Jalen Brunson, y tras su explosión no llegamos a ver lo que podría haber sido por su salida rumbo a New York. No nos engañemos, si Doncic acapara tanto, también es porque es la opción más efectiva para su equipo.

Ahora que en los Dallas Mavericks tiene a Kyrie Irving al lado, se supone que deberíamos ver jugar más a Doncic sin balón, una faceta de la que sacaba mucho provecho en el Real Madrid y en sus primeros años con Eslovenia, y que ha perdido en la NBA. Los momentos en los que Luka no tiene el balón en Dallas son, o bien breves segundos en lo que tarda en pasar un bloqueo y recibir la bola, o posesiones en las que descansa, a veces incluso con las manos en las rodillas, tratando de coger aire para jugar él la próxima. 

Será tarea de Jason Kidd equilibrar mejor el reparto de posesiones de su equipo para que Doncic se descargue un poco y que las posesiones sin balón no se limiten simplemente a descansar en la esquina.

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Jason Kidd y Luka Doncic discuten una jugada en la banda

JOHN G. MABANGLO / EFE

Porque ese uso desmedido conlleva una excesiva carga física para él. Decíamos antes que solo Antetokounmpo le discute a Luka la corona del jugador con mayor porcentaje de uso de la NBA, y creo que coincidiremos todos en que no se pueden comparar los físicos de ambos. Llevar tanto el peso del equipo se paga, y no solo en que su rendimiento en temporadas y partidos suela ir de más a menos. En lo que lleva en la liga estadounidense, Doncic se ha perdido una media de casi 13 encuentros por temporada, y esa cifra ha aumentado hasta los 16 y 17 partidos en las dos últimas, eso sin tener en cuenta la cantidad de ellos que ha jugado tocado o directamente lesionado.

Genética, hábitos y dietas

Este verano se suponía que iba a ser el definitivo. Con los Dallas Mavericks eliminados en temporada regular y sin jugar los playoffs, Doncic tenía por delante su verano con más descanso de los últimos años, con un mes y medio entre el último partido con Dallas y su incorporación con la selección de Eslovenia.

No parece haber cambiado demasiado la cosa. De hecho, incluso obrando un pequeño milagro al meter a un equipo tan limitado como Eslovenia en los cruces, algunos tenemos la sensación de que ha sido el peor Luka con su selección de sus últimos años, por detrás del Eurobasket del año pasado y, por supuesto, de los Juegos Olímpicos de 2021. Y la clave vuelve a estar en el físico, y en una lesión que parece que arrastra desde marzo y que puede perseguirle durante la temporada si nos atenemos a sus propias palabras.

Luka Doncic, haciendo lo que mas ha hecho ante Canadá

Luka Doncic fue uno de los grandes protagonsitas del Mundial 2023

“No sé qué decir”, expresó Doncic en una entrevista con Sports Illustrated previa a su último partido con Eslovenia en la Copa del Mundo. “No estoy bien. Al mismo tiempo, tengo que prepararme para un partido más, y luego para toda una temporada en la NBA”.

Luka se refería a una lesión en el cuádriceps de su pierna izquierda, la cual aún no ha terminado de curar. A tres semanas vista del comienzo del training camp será complicado que se pueda recuperar antes de empezar la pretemporada con los Mavericks. Mientras otras estrellas internacionales se saltaban la cita para recuperarse físicamente, Doncic no solo no podía faltar a su cita con Eslovenia, también jugó sendos 37 minutos en dos partidos extras una vez que el equipo estaba eliminado y que solo valían para conocer la posición final en el torneo.

En principio, todos los ingredientes para el verano del cambio estaban presentes. Casi dos meses de descanso. Mentalización y hambre después de una temporada de fracaso a nivel colectivo en Dallas. Incluso se había llevado al preparador físico a sus vacaciones por primera vez en su carrera. Pero tener todos los ingredientes no te asegura que la receta te vaya a salir bien, y con Doncic terminamos el verano con más dudas que las que teníamos al empezarlo, y con la certeza de que ese gran cambio deseado no parece haberse producido.

El ejemplo de Nikola Jokic

Si intentamos ver algún caso similar al suyo, probablemente el cambio físico más drástico de la NBA actual sea el que firmó Nikola Jokic. Al principio de la temporada 2019-20 el serbio decidió ponerse a dieta y hacer más ejercicio en horas extras fuera de los entrenamientos, y lo intensificó durante los meses de parón por COVID, hasta el punto de que hubo fotos suyas que se hicieron virales. “¿Ese es Nikola Jokic o Novak Djokovic?”, se bromeaba. Algunos compañeros y excompañeros como Jameer Nelson le escribieron por privado para felicitarle por el cambio. “Cuando haces algo así le demuestras al equipo que harás lo que sea por ganar, y eso arrastra al resto”, le decía el base a ESPN.

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Luka Doncic y Nikola Jokic departen después de un enfrentamiento en la NBA

David Zalubowski / LaPresse

No sabemos si Luka es capaz de hacer un cambio similar al de Jokic a base de una dieta sana porque cada cuerpo es un mundo y tiene unas posibilidades diferentes. La dieta que le funcionó tan bien a mi vecino a mí no me valió para nada. Y tampoco sabemos exactamente cuál es el problema concreto con Luka, si se trata de dieta, preparación física u otros motivos. Pero sí que parece claro que su físico no está afinado al máximo dentro de sus posibilidades. Quizás sea principalmente una cuestión de genética, e incluso aunque así fuera, el mismo Luka es el primero que dice cada año que debe hacer más para encontrarse mejor físicamente.

La carrera de Doncic ya es de Hall of Famer, pero decir simplemente eso sabe a poco para alguien llamado a hacer grandes cosas, a dominar. A sus 24 años, Luka aún tiene tiempo para llegar a esas cotas, pero entra ya en la fase crucial de su carrera, la que se supone que debería regalarnos sus mejores años y varios anillos si el equipo y los despachos en Dallas o en otra hipotética franquicia en el futuro le ayudan. Y aunque sus números (incluso jugando lesionado) y su impacto vayan a ser enormes de cualquier manera, y aunque sea candidato al MVP de la NBA durante muchos años más pase lo que pase, no podemos obviar la nube de duda que va creciendo poco a poco, temporada a temporada, y que nos advierte de que es posible que quizás no lleguemos a ver la mejor versión posible de Doncic debido a motivos físicos.




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