Lukashenko sugiere que ayudó a los migrantes  a llegar a la Unión Europea

Lukashenko sugiere que ayudó a los migrantes a llegar a la Unión Europea


Con uno de sus habituales juegos de palabras, el presidente bielorruso admitió este viernes que sus tropas han ayudado a entrar en la Unión Europea a los inmigrantes agolpados en la frontera con Polonia, pero negó que se tratase de una maniobra orquestada. “Pienso que es totalmente posible. Somos eslavos, tenemos corazón. Nuestros soldados saben que los migrantes van a Alemania”, respondió Aleksandr Lukashenko en una entrevista en exclusiva con la cadena británica BBC. “Quizás alguien les haya ayudado, no investigaré esto”, agregó.

El régimen de Minsk ha sido acusado en los últimos meses tanto por la UE como por los opositores bielorrusos de atraer a miles de migrantes de Oriente Próximo en vuelos, muchos de ellos procedentes de Estambul, para después utilizarlos como arma de presión política contra vecinos como Polonia y Lituania. El caso polaco, donde se han juntado miles de personas en la frontera con Bielorrusia, es el último y más grave de todos, pero los incidentes se remontan a verano. Lituania, por ejemplo, aprehendió entre junio y julio a unas 4.000 personas que cruzaron ilegalmente la valla.

Lukashenko negó cualquier responsabilidad de su Gobierno, aunque admitió su inacción. “Les dije que no voy a detener a los migrantes en la frontera, a retenerlos allí, y si siguen viniendo de ahora en adelante tampoco les apresaré porque no van a venir a mi país: ellos van al tuyo. Pero no les invité a venir aquí. Y para ser honesto, no quiero que pasen por Bielorrusia”, aseguró el mandatario, en el poder desde 1994.

El Ministerio de Exteriores bielorruso acusa a la UE de provocar esta crisis tras romper las relaciones con Minsk en el último año. El club comunitario, que en junio de 2020 firmó un acuerdo con Bielorrusia para facilitar la expedición de visados a los ciudadanos de ambas partes, rompió apenas dos meses después con el régimen de Lukashenko por la represión iniciada tras las elecciones presidenciales, calificadas por todos los observadores como fraudulentas y con las que Lukashenko se perpetuó en el poder.

Lukashenko reconoció durante la entrevista los excesos policiales cometidos contra los manifestantes. “OK, OK, lo admito, hubo gente que fue golpeada en el centro de detención de Okrestina, pero también hubo agentes que fueron golpeados y eso no lo mostrasteis”, dijo el mandatario al entrevistador. Según la organización opositora Dirección Popular Anticrisis del exministro Pavel Latushka, hasta agosto había en la cárcel el pasado agosto unos 600 presos políticos, de los cuales “al menos 16 murieron de forma extraña”. Se informó de que Vitold Ashurok había sufrido un infarto, pero su cadáver fue devuelto a la familia con un golpe en la cabeza.

La diplomacia bielorrusa señala que las sanciones en su contra han afectado, entre otros puntos, a la cooperación migratoria. “La Unión Europea ha dejado de financiar un proyecto de asistencia técnica internacional para la construcción de centros de detención para inmigrantes ilegales en nuestro país”, dice un comunicado divulgado por la Embajada del país eslavo en España. El Gobierno bielorruso asegura que ha intentado comunicarse con Bruselas repetidas veces, pero, según su versión, el diálogo se rechaza sistemáticamente “aplicando un doble rasero en la evaluación de las acciones de sus propios Estados miembros, que son criticados por organizaciones internacionales, como la OSCE y el Consejo de Europa”.

La cuestión clave es si estas personas son migrantes o refugiados. Para Minsk, son refugiados y la UE les niega el asilo. Según su versión, la UE lo está “instrumentalizando” cuando, con sus acusaciones a Bielorrusia, intenta justificar “su negativa a cumplir con las obligaciones derivadas de la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados”, señalan. Pese a ello, Bielorrusia ha comenzado a repatriar a numerosas personas atrapadas en su territorio tras no poder acceder a Polonia, mientras que su aerolínea de bandera, Belavia, anunció hace unos días que no transportará a más personas procedentes de Yemen, Irak y Siria.

Por otra parte, Lukashenko mantuvo esta jornada una nueva conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin. “No se ha encontrado aún la salida (a esta crisis)”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. “La comunicación entre Putin y Lukashenko no es suficiente. También es muy importante continuar con los contactos directos entre Lukashenko y los representantes de la Unión Europea”, añadió después de acusar a los agentes de seguridad polacos de emplear la violencia “contra estos refugiados, estos migrantes”.

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