El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo el viernes que ya no era el momento de “juzgar” la elección de Qatar para la organización de la Copa Mundial de la FIFA que comienza el domingo.
“No sé cuál fue el criterio para elegir Qatar. De todos modos, no nos corresponde a nosotros juzgar los criterios. La elección está hecha, está decidida”, dijo en Lisboa, tras reunirse con el primer ministro de Portugal, Antonio Costa. “Las selecciones han sido convocadas, han empezado a entrenar. Lo que queremos es que los jugadores jueguen bien para darnos espectáculo a todos”, añadió Lula da Silva.
Desde su designación a fines de 2010 para organizar este evento planetario, obtenido para sorpresa de todos a costa de Estados Unidos, Qatar ha sido blanco de numerosas críticas: acusaciones de corrupción para ganar, suerte reservada a los trabajadores migrantes, respeto por la derechos de las mujeres y personas LGBTQ+, impacto ambiental del torneo…
En el plano deportivo, el presidente electo de Brasil dijo que creía “sinceramente” y “humildemente” en las posibilidades de su país de ganar el torneo. “Veinte años después, es hora de que Brasil vuelva a ser campeón del mundo”, dijo en rueda de prensa junto al primer ministro portugués.
“Primero porque no van bien algunas selecciones importantes. Segundo, porque no va un país tetracampeón, que es Italia. Tercero, porque Cristiano Ronaldo ya no juega como hace quince años”, añadió, haciendo sonreír a Costa.
El jefe del Gobierno portugués, por su parte, quiso distinguir el apoyo a la selección portuguesa de las consideraciones políticas sobre el país anfitrión del Mundial.
“Cuando vayamos allá, ciertamente no iremos a apoyar el régimen en Qatar, la violación de los derechos humanos en Qatar o la discriminación de las mujeres en Qatar. No, iremos a apoyar a la selección nacional”, dijo.