El grupo francés de productos de lujo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH) comprará la marca de joyería estadounidense Tiffany por 15.800 millones de dólares (algo menos de 13.500 millones de euros), unos 500 millones de euros menos de los que figuraban en la oferta inicial, realizada en noviembre de 2019. Aquel acuerdo fue cancelado en septiembre y desde entonces ambas empresas han litigado por la adquisición, hasta que finalmente han llegado a un nuevo acuerdo, del que han informado hoy.
Según los términos del nuevo entendimiento, LVMH pagará 131,5 dólares en efectivo por cada acción de Tiffany, en lugar de los 135 dólares anunciados en noviembre del año pasado, según han informado ambas empresas en un comunicado, en el que anuncian también que han retirado el litigio legal que mantenían en un juzgado de Delaware (EE UU) a cuenta de la adquisición. El nuevo precio supone un ahorro de unos 425 millones de dólares para el grupo francés, propietario de marcas como Louis Vuitton o Moët Chandon y dirigido por el multimillonario Bernard Arnault.
“Este acuerdo equilibrado alcanzado con el consejo de administración de Tiffany permite a LVMH trabajar en la adquisición con toda serenidad y retomar el diálogo con la dirección de Tiffany sobre las modalidades de la integración, señala en la nota Arnault, que afirma estar “más convencido que nunca del formidable potencial de la marca” estadounidense. “Seguimos creyendo en la potencia y el valor de la marca Tiffany y en los incontestables beneficios estratégicos y financieros de esta unión a largo plazo”, señala, por su parte, Alessandro Bogliolo, director general de Tiffany.
La luz verde a la fusión llega después de casi un año de tiras y aflojas entre los dos actores, después de que en noviembre de 2019 se anunciara que el grupo francés adquiriría la mítica joyería estadounidense a un precio fijado en 135 dólares por acción, lo que suponía la mayor compra realizada por el imperio francés del lujo. Todo parecía entonces encarrilado y se esperaba que la operación, con la que LVMH ganaba presencia en EE UU, estuviese concluida para mediados de este año.
Sin embargo, tras una serie de retrasos, el pasado mes de septiembre, LVMH decidió cancelar la compra debido a una “sucesión de eventos” que han “debilitado la transacción”. Según la versión de LVMH, el Gobierno francés solicitó a la empresa que cancelase la adquisición como respuesta a una amenaza de subida de aranceles a productos franceses por parte del Gobierno de EE UU. La reacción de Tiffany fue interponer una demanda en un juzgado estadounidense para forzar al grupo francés a completar la operación. LVMH respondió a su vez con otra, en la que esgrimía la pandemia de coronavirus como argumento para romper el acuerdo y acusaba a la cúpula de la joyería de mala gestión en los tiempos complicados de la pandemia.
La guerra entre ambas no duró demasiado. Esta semana, ambas empresas anunciaron que retomaban las conversaciones, que han cristalizado este jueves con un acuerdo que, en síntesis, incluye una tímida rebaja de precio.
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