El diplomático Matthew Nimetz, enviado especial de la ONU para mediar entre Grecia y la antigua república yugoslava de Macedonia (FYROM, en sus siglas inglesas), cumplía este domingo años y no pudo tener mejor regalo de aniversario: la histórica firma del acuerdo por el que los dos países vecinos pondrán fin —aún queda mucho trabajo legislativo por delante— a un contencioso nominal pendiente desde 1991 y que mantenía bajo denominación provisional a la antigua integrante de la Federación Yugoslava. En presencia de los primeros ministros de Grecia, Alexis Tsipras, y Macedonia, Zoran Zaev, los titulares de Exteriores de ambos países rubricaron en la frontera un pacto saludado con entusiasmo por la Unión Europea.
Mientras miles de personas se manifestaban a ambos lados de la frontera contra el acuerdo —por el que el pequeño país balcánico (2,1 millones de habitantes) pasará a llamarse República de Macedonia del Norte—, el júbilo presidía el acto celebrado en Psarades, en la ribera griega del lago Prespa, fronterizo entre ambos países y por el que llegó en lancha el socialdemócrata Zaev, primer ministro macedonio, con su comitiva. Tsipras le aguardaba en Psarades junto a la delegación helena. Antes de rubricar el documento, mientras los dos dirigentes daban muestra de una gran sintonía, Zaev prescindió de su corbata y se la ofreció a su homólogo griego para subrayar la solemnidad del momento. Al final, entre bromas, quedaron ambos descorbatados.
A la firma asistieron Federica Mogherini, jefa de la diplomacia europea, y Johannes Hahn, comisario de Ampliación, así como representantes de la ONU y la OTAN. Tras la firma, todos cruzaron la frontera hasta Otessevo para compartir un almuerzo cuyo ambiente fue definido por la televisión pública griega ERT como “similar al de un banquete de bodas”.
El acuerdo pone fin a 27 años de conflicto bilateral y permitirá levantar el bloqueo de Grecia a la entrada de Macedonia en la Unión Europea (UE) y la OTAN. Ahora tendrá que ser ratificado por los respectivos Parlamentos y sometido a referéndum en Macedonia, en un proceso que se prevé lleno de escollos. Este sábado, el Ejecutivo de Tsipras sobrevivió a una moción de censura de la conservadora Nueva Democracia (principal partido de oposición) propiciada por lo que considera “un mal acuerdo”. La mayoría parlamentaria del Gobierno se vio reducida en un escaño, al votar uno de sus diputados a favor de la moción.
Mientras se celebraba la ceremonia de la firma, en Grecia las protestas contra el acuerdo degeneraron en enfrentamientos entre manifestantes y policías, que respondió con gases lacrimógenos en el pequeño pueblo de Pisoderi, a 25 kilómetros de donde se llevó a cabo la firma y donde se concentraron unas 500 personas. Seis policías y seis manifestantes resultaron heridos, indicó la policía. En Macedonia, unas 5.000 personas protestaron pacíficamente contra el acuerdo en Bitola (suroeste), en una concentración organizada por el principal partido de la oposición, VMRO-DPMNE, al que pertenece Gjorge Ivanov, presidente del país y principal detractor del pacto. La protesta se reprodujo horas después en la capital, Skopje.
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