La ciudadela inca de Machu Picchu, el principal atractivo turístico de Perú, reabrió sus puertas al turismo el pasado miércoles, tras permanecer cerrado desde el 21 de enero pasado por las protestas antigubernamentales que vive el país y que, desde diciembre, suman un saldo de 70 muertos.
“Se ha dispuesto la reapertura del Santuario de Machu Picchu, a partir del miércoles 15 de febrero de 2023, en las mismas condiciones, horarios y circuitos establecidos”, informó el Ministerio de Cultura a través de Twitter.
La cartera agregó que esta decisión fue posible después de haber asumido un “compromiso de forma conjunta” con las autoridades municipales, dirigentes de organizaciones sociales, de servicios de transporte, directivos de la Cámara de Comercio y las diferentes instituciones que integran la Unidad de Gestión de Machu Picchu.
Señaló, en este sentido, que la reapertura de la maravilla mundial “responde a la necesidad de apostar por el diálogo y la paz, en el marco del trabajo articulado entre las autoridades y población, que requieren la reanudación de la actividad cultural y la reactivación económica de Cusco”.
El cierre de la ciudadela inca se anunció el 21 de enero pasado, luego de que quedaran suspendidos los servicios de trenes hacia el pueblo de Machu Picchu ante daños registrados en la vía férrea y la necesidad de preservar la seguridad del santuario y sus visitantes.
El país andino está sumido desde diciembre pasado en una grave crisis política y social que derivó en acciones de protestas en varios puntos del país, sobre todo en regiones del sur, como Cusco, para exigir la renuncia de la presidenta, Dina Boluarte, y elecciones adelantadas a 2023, entre otros reclamos.
Las protestas estallaron tras el fallido autogolpe del expresidente Pedro Castillo (2021-2022) y suman 70 decesos, de los cuales 48 eran manifestantes que murieron en enfrentamientos directos con las fuerzas del orden, uno era un policía y una veintena más fallecieron por hechos vinculados al bloqueo de carreteras, según diversas fuentes.
El distrito cusqueño que alberga Machu Picchu vive principalmente del turismo y sintió con fuerza la suspensión de este tipo de actividades durante la pandemia de la covid-19, aunque empezó a recuperarse a partir de noviembre de 2020, cuando el santuario retomó sus operaciones con un número reducido de turistas y en horarios diferenciados para cumplir con los protocolos sanitarios.
En los últimos dos meses, debido a la inestabilidad política y social del país, se estima que el distrito ha perdido unos 2,5 millones de soles (unos 650.000 dólares) diarios, mientras que las pérdidas a nivel regional ascienden a 7 millones (1,8 millones de dólares), según datos de la Cámara de Comercio local, recogidas en medios locales.
La ciudadela de Machu Picchu, famosa a nivel mundial desde el viaje exploratorio del estadounidense Hiram Bingham en 1911, es reconocida desde 1983 como patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco, y desde 2007 es considerada una de las nuevas siete maravillas del mundo.
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