“Hola realzales. Hoy os voy a preparar un exquisito txangurro a la donostiarra”, pregona Maddi
Torre, sonriente, con todos los ingredientes preparados en la encimera de su cocina. Una divertida iniciativa de la defensa de la Real, que rara vez deja indiferente a nadie y que combate a la cuarentena con una alegría que se agradece. Brandi, perejil, sal, puerros, cebolla, pan rallado, mantequilla, aceite y, “nuestros protagonistas”, según define la txuri urdin, un changurro de kilo y otro de kilo 400 para deleitar al personal con uno de los incunables de la gastronomía donostiarra.
Maddi Torre dedicó un delicioso changurro a la donostiarra a través del Twitter oficial del club. Un rato agradable en compañía de la polifacética futbolista de la Real, que estudia Medicina mientras defiende el escudo txuri urdin y que, salta a la vista, se defiende en los fogones con una magistral naturalidad. En el vídeo se palpa su pericia en la cocción de los hermosos crustáceos que dio paso al “laborioso” ejercicio de desmigarlos. “Unas 330 horas de trabajo con el que no me vais a volver a pillar nunca más”, bromeaba Torre.
“¡Madre mía, me ha salido hasta bien!”, celebraba la guipuzcoana después de rehogar la verdura y flambearla con una pizca de coñac. Rellenó, espolvoreó y gratinó los changurros y emplató el manjar como si rematara a gol de cabeza a la salida de un córner. Ahora bien. Maddi no promete nada parecido para la próxima ocasión: “Me han dicho mis padres que la próxima vez me deje de historias y haga una tortilla francesa a la donostiarra”.
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