Madrid investiga a un médico por expedir certificados falsos para no usar mascarilla


Tras varias semanas persiguiéndole por sus distintos perfiles en las redes sociales, los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional dieron con él en casa de sus padres, en Cuarte de Huerva (Zaragoza). Desde su habitación, y sin que ningún miembro de su familia lo supiera, el hombre, un desempleado de 38 años con antecedentes por coacciones, orquestaba toda una campaña negacionista de la Covid. “Tenía muchos seguidores y fue uno de los que incitó a que miles de personas de toda España se reunieran en la plaza de Colón contra el uso de las mascarillas hace algo más de una semana”, aseguran fuentes de la investigación.

La policía le acusa de incitar al odio y a la violencia contra los políticos y sanitarios en redes sociales y de difundir datos falsos de la situación de la pandemia haciéndose pasar por un slto cargo del ministerio de Sanidad. “Llamaba como si fuese un mensajero del doctor Fernando Simón”, responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, aseguran las mismas fuentes.

“A los que estén pensando en suicidarse, cargaos a un político antes”, es una de las frases que publicaba en sus perfiles incitando al odio y a la violencia contra políticos y diferentes colectivos profesionales, como sanitarios o periodistas a los que consideraba responsables de “la farsa del covid”. El detenido calificaba la pandemia de “plandemia”, señalan los investigadores, por considerar y difundir que se trataba de una estratagema política para controlar a la población.

Los investigadores temieron que el detenido –cuya salud mental está entredicho– cometiera un acto violento en cualquier momento, y lo definen como un “ególatra, que vivía para alimentar su ego a través de las redes sociales”. Le acusan de usurpación de funciones públicas, amenazas, incitación al odio, a la violencia y un delito contra la integridad moral a través de las redes sociales, así como de calumnias contra autoridades y funcionarios públicos.

Según fuentes de la investigación, tamién llamó a hospitales, residencias de ancianos y clubes de fútbol, y en algunos casos de hizo pasar por un facultativo del Instituto de Salud Carlos III. En sus comunicaciones transmitía datos e informaciones falsas a sus víctimas. En concreto, llegó a contactar con un equipo de fútbol de primera división para informar falsamente de que algunos de sus jugadores tenían que volver a hacerse las pruebas de detección porque eran erróneas o positivas.

La localización del detenido fue compleja, puesto que usaba servidores extranjeros y tarjetas SIM de otros países para evitar ser detectado desde sus perfiles en las redes sociales, “muy activos en la difusión de datos falsos sobre la pandemia”, aseguran los investigadores.

Según destaca la Dirección General de la Policía en un comunicado, el arrestado suponía un grave peligro para la salud pública. Entre los mensajes que transmitía contra la integridad moral de altos cargos institucionales y diferentes colectivos los agentes le atribuyen los siguientes comentarios: “Todo esto se solucionaría con un tiro en la nuca a Pedro Sánchez”; “Al colegio de médicos hay que prenderle fuego y punto”; “Si no tuviera padres, hace meses que habría matado a un covidiota. Son gente ignorante y mala que merece morir”.

Igualmente señalaba directamente a profesionales de los medios de comunicación con nombres y apellidos: “¿Alguien sabe dónde vive esta rata inmunda?… quiero ir a su casa y darle un buen susto”. De hecho, llegó a amenazar con quemar un periódico de Aragón, difundió calumnias sobre la Unidad Militar de Emergencias, asegurando que entraban en las residencias de ancianos con el objetivo de asesinarles y divulgó el texto “26 solo” acompañando a una fotografía de la fachada del Ayuntamiento de León con una pancarta que rinde homenaje a 26 mujeres asesinadas por violencia de género. Sus amenazas, según las mismas fuentes policiales, también fueron dirigidas a profesionales sanitarios con nombre y apellidos.

El detenido también mostraba odio hacia los colectivos antivacunas, a las que responsabilizaba de que la población no se tomara en serio “la farsa de la covid” por ser “hippies y perroflautas”.


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