Málaga consigue que las tecnológicas prefieran el sur



Un usuario utiliza unas gafas y un ordenador de realidad virtual en la nueve sede de la empresa Vodafone.Garcia-Santos (El Pais)

El imponente edificio del antiguo gobierno militar, en el Paseo de la Farola de Málaga, ha sido derruido en su interior. A un paso del mar, el proyecto parece acoger un nuevo hotel para la Costa del Sol, pero la realidad es diferente. Es la futura sede del centro de ciberseguridad que Google abrirá en 2023. Cerca, apenas a dos kilómetros y junto a la estación de AVE, Vodafone inauguró el último día de enero sus instalaciones provisionales, las primeras de I+D fuera de Londres. Y el banco estadounidense Citigroup anunció a mediados de marzo que abrirá su hub europeo de finanzas en la capital malagueña. Los gigantes tecnológicos llevan años ligando su nombre al de la ciudad andaluza. ¿Cómo lo ha conseguido? “No es un asunto de suerte, es de perseverancia”, asegura Ezequiel Navarro, presidente de la fundación INNOVA IRV, nacida a primeros de año y formada por entidades públicas y empresas privadas. Su objetivo durante la próxima década es ambicioso. Quiere atraer 1.500 millones en inversiones y crear 3.000 empleos.

La cifra no parece descabellada en la Málaga actual, pero sería una utopía si se retroceden 30 años, cuando se inauguraba el Parque Tecnológico de Andalucía —hoy Malaga TechPark— en unos terrenos baldíos a 20 kilómetros del casco histórico. Este espacio puso las bases atrayendo a multinacionales y fomentando firmas locales. Hoy acoge 621 empresas en las que trabajan 21.000 personas y que facturaron 2.104 millones en 2020. Su papel es fundamental en el despertar tecnológico de la ciudad, pero el cóctel de éxito tiene otros ingredientes. Entre ellos, el sector destaca la colaboración entre las instituciones —municipal, regional y estatal— más allá de los colores políticos y el desarrollo de infraestructuras y comunicaciones, con la ampliación del aeropuerto como bandera. También la creación de numerosos foros tecnológicos, la apertura de incubadoras o el Club Málaga Valley, creado en 2006 con el objetivo de fundar un Silicon Valley en Europa. “Hemos aprovechado todas las oportunidades. Una suma de acciones que ha permitido que las empresas piensen en Málaga”, destaca el alcalde, Francisco de la Torre, que opina que la calidad de vida es otro aspecto clave. La llegada de la fundación INNOVA IRV es la guinda, promoviendo incluso la creación de un centro de chips y semiconductores en el que el Ministerio de Industria invertirá 89 millones de euros.

Los anuncios de nuevas llegadas son constantes, como el reciente de Citigroup. Fichará a 30 jóvenes banqueros que, además de salario, quieran calidad de vida. El sector bancario copia la estrategia de grandes compañías como Globant, que anunciaron la apertura de una sede en Málaga hace ya un año. Pero en el escenario hay también compañías creadas por jóvenes talentos malagueños que hoy ofrecen facturaciones millonarias y lideran sus sectores. Freepik, BeSoccer, Uptodown o Premo son algunos ejemplos. Protagonista especial es Bernardo Quintero, de 48 años. Arrancó su carrera empresarial en 1998 con la creación de Hispasec y más tarde creó VirusTotal, que en 2012 fue adquirida por Google. Lejos de soñar con mudarse a California, él pidió que las oficinas se quedaran en Málaga. El gigante tecnológico aceptó y, con los años, ha ido apostando por la ciudad incluso para abrir su centro de ciberseguridad a nivel europeo, dentro de los 650 millones de dólares de inversión que prevé en España en cinco años. “La relación de Google con Málaga tiene ya un largo recorrido”, destaca Quintero, nacido en Vélez-Málaga, donde reside. En estos años ha dado multitud de charlas en colegios e institutos, fomentando que los chavales sean también creadores y no solo usuarios de tecnología, formándolos en programación. Con el apoyo de su empresa ha impulsado un curso de experto universitario en ciberseguridad en la Universidad de Málaga (UMA) y becas para mujeres para fomentar su presencia en este ámbito. “Hemos sembrado para desarrollar el talento”, añade el emprendedor, con medio centenar de trabajadores.

Su crecimiento ha sido mucho más orgánico que el que prevé Vodafone. La firma pretende invertir 225 millones de euros en Málaga y contratar a 600 ingenieros entre 2022 y 2023. De momento, son ya 40 los que trabajan en las nuevas instalaciones malagueñas, donde se desarrollarán proyectos ligados al internet de las cosas, 5G avanzado, inteligencia artificial o realidad virtual. Málaga fue elegida en un concurso internacional en el que participaban ocho ciudades. Nunca se dijo cuáles, pero los parámetros estudiados hicieron que la capital ganara “claramente”. “La decisión fue un equilibro entre criterios técnicos y la calidad de vida”, explica Rafael Alcaide, director territorial de Vodafone en España, quien destaca que la colaboración entre la Secretaría de Estado de Comunicaciones, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga fue determinante. “Eso marcó la diferencia”, señala. También se premió la facilidad de acceso a talento egresado.

Lo que no está claro es dónde van a encontrar tantos ingenieros informáticos, aunque Telefónica haya puesto en marcha un proyecto en el municipio para formar a un millar de personas en programación. Los informes de la UMA recogen que el 61% de su alumnado en ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas trabajan fuera de Málaga tres años después de acabar sus estudios. “En el escenario actual hay que formar más talento y atraer al de fuera, pero también retener al de aquí”, asevera Rafael Ventura, vicerrector de Innovación Social y Emprendimiento, quien cree que la universidad malagueña aporta “conocimiento, profesionales y posibilidades de colaboración” al entorno tecnológico. Ventura habla desde El Rayo Verde, edificio centrado en la innovación y el emprendimiento que busca ser base de startups “que en ecosistemas con empresas tractoras tienen más facilidad para su desarrollo”.

Sin ese escenario, sin embargo, ya hay casos de éxito como los mencionados de BeSoccer o Freepik, dirigida por Joaquín Cuenca, primer español en vender una empresa a Google. También destaca Uptodown, plataforma de descarga de aplicaciones convertida en la principal alternativa a Google Play. Su consejero delegado, Luis Hernández, de 43 años, cree que Málaga “es hoy una apisonadora”, pero alerta de la importancia de proteger al emprendedor local y evitar que las multinacionales los fichen para sus equipos rompiendo el tejido local. “Ahí perderemos oportunidades. La gente joven aporta más a largo plazo con sus proyectos que siendo uno más de la plantilla de un grande”, explica Hernández. Asegura que Málaga está lista para competir con grandes ciudades europeas y pide políticas autonómicas y nacionales para facilitar fiscalmente la llegada de trabajadores nómadas y nuevas corporaciones. “El reto está ahora en la calidad, más que en la cantidad”, concluye Hernández.

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