Paul Manafort regresará en las próximas horas a una corte por primera vez en meses, mientras fiscales y defensores discuten si el exjefe de campaña de Donald Trump mintió intencionalmente a los investigadores acerca de divulgar información de sondeos a un socio que según las autoridades tiene vínculos con el espionaje ruso.
Abogados de la oficina del fiscal investigador Robert Mueller dicen que Manafort violó las condiciones de su acuerdo judicial al hacer declaraciones falsas después que aceptó colaborar con ellos en septiembre. Sus defensores responden que tenía recuerdos confusos de datos y sucesos de hace varios años, padece depresión y ansiedad y había tenido poco tiempo para prepararse para los interrogatorios.
Manafort, preso en Virginia a la espera de su sentencia, había pedido no comparecer, pero la jueza Amy Berman Jackson lo denegó porque ya se lo había excusado en varias ocasiones.
Exconsultor político aficionado a la vestimenta lujosa, Manafort pidió permiso para comparecer vestido con traje en lugar del uniforme penitenciario, pedido que la jueza concedió.
Las denuncias de que mintió a los investigadores le restan posibilidades de tener una sentencia menos severa.
Manafort se declaró culpable de asociación ilícita en Washington en septiembre y fue declarado culpable de ocho crímenes financieros en Virginia. Será sentenciado el mes próximo en Virginia con la perspectiva de pasar años tras las rejas.
La audiencia de la corte podría realizarse al menos en parte a puertas cerradas dadas las tachaduras en los documentos intercambiados por las partes. Un documento de la defensa, mal tachado, contiene la revelación notable de que Manafort reveló datos de sondeos de la campaña de 2016 a su socio Konstantin Kilimnik, también acusado por Mueller, y luego mintió sobre ello.
Kilimnik no está preso y ha negado tener vínculos con el espionaje ruso.
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