La vida le sonríe a Roberto Mancini. El técnico italiano, en su día prácticamente despreciado por un Manchester City al que convirtió en campeón de la Premier League por primera vez en su historia, fue valiente al asumir las riendas de una ‘Azzurra’ que se había quedado fuera del Mundial de Rusia 2018 y en tan solo tres años no solo ha hecho un equipo campeón de la Eurocopa sino que lo ha logrado mediante una identidad bien definida.
Dicho de otra forma, bien se puede afirmar que el triunfo de Italia es más consecuencia que casualidad, y más que ninguno de sus jugadores, el principal ‘culpable’ es ‘il allenatore’ (el entrenador).
Roberto Mancini es el creador de esta Italia atractiva y vistosa que, estructurada en 4-3-3 y en las antípodas del ‘catenaccio’, crece mediante el balón y somete al rival siempre que puede. Hay veces que no resulta posible, como en las semifinales frente a España, pero ni siquiera entonces se encierra en su área y, aunque sea sin balón, mediante la presión alta y diferentes mecanismos, ni mucho menos pierde el mando.
Por otra parte, los resultados le dan la razón a Mancini en cuanto a su apuesta. Su inicio como seleccionador fue titubeante al ganar solo uno de los seis encuentros de su arranque, pero desde que Portugal le derrotó en septiembre de 2018 no ha vuelto a perder. En total, e incluyendo el encuentro de este domingo, 32 partidos sin perder acumula ya la Italia de Mancini.
La Fiorentina, la Lazio, el Inter de Milán, el Manchester City, el Galatasaray y el Zenit contaron con Mancini como entrenador antes de su llegada a la ‘Azzurra’ habiendo surgido en sus últimas aventuras ciertas dudas en torno a su figura. Con esta Italia en la que con el que empezó todo desde luego que ha disipado todas.
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