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Mané y Son, dos indetectables en el Metropolitano


Ni Son ni Mané acaparan la atención como Messi o Cristiano. Tampoco generan el ruido mediático de Neymar o Mbappé. Aunque a diferencia de ellos estarán en la final de Madrid. Dos futbolistas indetectables que lucen desde la discreción, siempre a la sombra de estrellas como Kane o Salah. El surcoreano y el senegalés han dejado su firma en la Champions hasta el punto de que resulta imposible desgranar el paso de Tottenham y Liverpool sin ellos antes de llegar al Metropolitano.

La ausencia prolongada de Kane, estructural en el engranaje de Pochettino, exigió al entrenador argentino encontrar soluciones que mitigaran el impacto de la baja del ariete. En ese escenario dio con Son, un apoyo en el ataque de un Tottenham gratificado por la capacidad de adaptarse a las circunstancias. El ‘7’ del conjunto londinense anticipó su importancia hace algunos meses aunque ha sido en el tramo decisivo de la temporada cuando se ha cargado el equipo a sus espaldas.





Comparativa entre Son y Mané

Indescifrable y escurridizo, es impreciso encasillar a Son como un simple extremo. Un jugador que fluye al compás del sistema y también de su instinto, fundamental en el cruce frente al City en los cuartos de final de la Champions. El ex del Leverkusen castigó al campeón de la Premier en White Hart Lane y volvió a condenar a su rival en Manchester, más listo que el resto, acertado tras dos errores de bulto de Laporte en el primer tiempo que acabaron por apear al cuadro de Guardiola.

Son ha aceptado que el Tottenham necesita más de una versión de cada uno, no solo decisivo al espacio sino también en el juego interior. Un lector brillante que ha mejorado las jugadas de su equipo, también avalado por sus 20 tantos y 10 asistencias que desafían al carácter comedido que define a los asiáticos. Son sostuvo al Tottenham en un trance crítico del año, fundamental para un Pochettino que tras la hazaña de Ámsterdam asumió que sus maestros son sus jugadores.

Eso mismo opina Klopp sobre Mané, crítico cada vez que recuerda que pudo haberle incorporado en su etapa en el Dortmund. Nacido en un pueblo recóndito de Senegal, es un obrero con mirada retadora, valiente cuando tuvo que socorrer el inicio desatinado de curso de Salah. Hiperactivo en el ataque del Liverpool, nadie resume mejor que él las virtudes de un equipo de autor. Pero Mané ha crecido más allá de sus propias expectativas, resolutivo con el balón y también sin él.

Idolatrado en Anfield por su sacrificio, su mérito no está en correr sin cesar sino el grado de acierto en cada una de sus acciones a pesar de la velocidad de las mismas. Un jugador con muchos más registros que cuando llegó a Liverpool, frenético al espacio pero preciso en el juego posicional. No se olvida su exhibición ante el Barça en la Champions, pesadilla para una zaga azulgrana que no supo detectar a un Mané que aparece y desaparece como por arte de magia.

Madrid premia a dos personajes que a veces pueden parecer hasta secundarios, imprescindibles sin embargo para Pochettino y para Klopp. Son y Mané hicieron entrar al Tottenham y al Liverpool en otra dimensión en Europa, finalistas de una Champions que no se explica sin sus actuaciones.

Fuente: Sofascore


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